‘303’: En el camino…

Quien esto firma puede entender que el local de referencia de la cinefilia sevillana, único en esta ciudad en proyectar siempre en version original, haga concesiones a la comercialidad de sus ofertas a fin de llegar a un público más amplio. Sobre todo cuando no hay año en que no se especule con su cierre definitivo por razones económicas y esto resulta muy inquietante para l@s amantes del mejor cine.

Pero lo que le cuesta más asimilar es que las películas – que constituyen sus señas de identidad y que tienen siempre espectadores-as fieles – se vean postergadas por dichos títulos, hasta el punto de resultar estrenos trampa, con mínimas o una única sesión en los peores horarios, que desaparecen apenas comenzar su recorrido.

Este ha sido el caso de la que nos ocupa – producción alemana, fechada en 2018, de 120 minutos de metraje, realizada por el productor, guionista y cineasta austriaco Hans Weingartner, cosecha del 70, del que recordamos la estimulante ‘Los edukadores’ (2004), escrita por él mismo junto a Silke Eggert y Sergej Moya, con una estupenda fotografía debida a Mario Krause y Sebastian Lempe y una banda sonora tan sugerente como excesiva que firma Michael Regner – con tan sólo una semana de permanencia en la cartelera, en la que no ha dado tiempo ni siquiera a que funcione el efecto boca-oreja.

Mal hecho. Porque la historia de una chica y un chico – Jule y Jan – que, por caprichos del destino, viajan juntos en la autocaravana de ella, una Mercedes 303 de ahí el título, por los caminos que les llevan a diferentes países europeos aunque sus destinos sean diferentes… tiene todo los ingredientes para seducir a un amplio espectro de espectadores-as.

Ambos de 24 años, ella ha suspendido en Biología y va a Portugal a encontrarse con su chico y comunicarle algo importante. Él, estudiante de Ciencias Políticas, viaja al País Vasco para conocer a su padre biológico. Los dos, con dramas y duelos en sus vidas, encaran este viaje inesperado con reticencias y reservas mutuas que darán paso a estimulantes confrontaciones sobre competencia o cooperación, genética o aprendizaje, fidelidad o no, monogamia o no, afinidades de comunicación o simplemente químicas… Así, temiendo lo que tienen que afrontar cada cual, se descubrirán a sí mismos y la una al otro y viceversa.

Es una road movie con un romance muy particular. Aunque se han señalado justamente sus coincidencias con ‘Antes de amanecer’ (1995), de Richard Linklater, lo cierto es que tiene voz y personalidad propias. Habitada por el encanto, como quien esto firma señaló al compartir su trailer hace unos días, tiene la sabiduría de mostrar muy bien el proceso del enamoramiento, tomándose su tiempo y pasando por las fases de descubrimiento, entusiasmo irrefrenable, alegría, vitalidad – compatible con un incidente muy desagradable que sufre ella – (re)conocimiento mutuo, silencio y preocupación ante las emociones que van desbordándose y acercamiento físico lento y respetuoso.

Lo que en tiempos del tan zafio y machista «aquí te pillo, aquí te mato» y de las aún peores «iniciaciones» sexuales vía porno,  resulta reconfortante y diferente. Porque, además, tanto la una como el otro aportan su bagaje educacional e ilustrado a ese proceso, lo que le da otro contenido lejos de los clichés amorosos al uso. Además de tener una pareja protagonista con una enorme química y muy buen hacer, especialmente en lo que se refiere a la magnética Mala Emde. Aunque Anton Spieker no le va a la zaga…

No, no estamos hablando de una obra mayor. Pero sí de una propuesta deliciosa de y con la que no avergüenza disfrutar. Y que, se insiste, hubiera funcionado – de haberle dado algo de tiempo – muy bien en taquilla.

Háganse con ella.

 

 

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