Producción brasileña de 139 minutos de metraje, realizada por el guionista, realizador y artista visual de ese país, Karim Aïnouz, cosecha del 66, con una hermosa y matizada fotografía de Hélene Louvart y una música no menos excelente de Guilherme y Gustavo Garbato. Escrita por Murilo Hauser adaptando la novela homónima de Martha Batalha en la que se nos narra la historia, ambientada en los años 50, de dos hermanas tan unidas como diferentes, cuyas vidas y destinos son forzadamente separados por el machismo feroz de susconsevadora familia y entorno.
Mejor Película de la Sección Una Cierta Mirada de Cannes. Premio del Público del Festival Mar del Plata. 4 galardones más en la Seminci vallisoletana, incluyendo Espiga de Plata y Actriz. Candidata por su país al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Con tales antecedentes y las mejores críticas, ha durado en la ingrata, e incomprensible, cartelera sevillana TAN SOLO UNA SEMANA. Quien esto firma, la vió in extremis el pasado jueves… Verdaderamente deplorable. Si se hubiese programado en el SEFF habría habido colas interminables para verla. Lo que supone el contexto.
Esta firmante desconoce el libro en el que está basada, pero le ha parecido modélica la puesta en escena tan estilizada y al tiempo tan volcánica. Así como el noble – con vocación de estilo en cada encuadre – e inteligente uso que hace tanto de las reglas del folletín com de las del melodrama más grande que la vida. Porque es capaz de transcenderlas creando un relato intenso y conmovedor, al tiempo que elíptico y hasta sobrio. No utiliza apenas subrayados, los personajes son complejos, incluso los más nauseabundos y las violencias patriarcales…
… ¡¡¡Ah, cómo están retratadas las violencias patriarcales!!! Las familiares, las sexuales, las «amorosas», las conyugales vía violaciones legales, vía sometimiento a las voluntades del padre y del marido, vía renuncia a la vocación en un tiempo y un país ferozmente clasista y machista. Resulta conmovedora, si bien tan dura, la imposible búsqueda de esas dos mujeres que no se tenían más que la una a la otra entre tanta oscuridad. Por la vía epistolar o por la de la investigación. En esos casi encuentros que nunca se producen porque el lugar que les reservaba el patriarcado a aquellas que desafiaban sus reglas era la miseria, era el ostracismo social. Aunque también en tales lugares hubiese espacio para los afectos y la solidaridad.
Un reparto impecable,encabezado por las espléndidas Carol Duarte y Julia Stockler que compartieron el premio de interpretación de la Seminci, potencia si cabe aún más los valores de esta película.
Háganse con ella.