Esta firmante tenía muy claro qué opción elegir entre las tres convocatorias que ofrecía el 8M sevillano. Esta firmante tenía muy claro que su opción iba a ser la inequívocamente radical y abolicionista. Esta firmante, pese a todo, tenía el corazón partío porque amistades y personas queridas, familiares entre ellas, iban a secundar la mayoritaria.
Esta firmante, de entrada, tuvo sus reservas ante la performance de un cubo en el que arrojar prendas y objetos con los que nos oprimen a las mujeres los mandatos de género. Esta firmante se equivocó totalmente: fue un hermoso homenaje a las feministas radicales norteamericanas de los años 60 y un ejercicio magnífico y catártico. ¡¡¡Lo que pudimos echar en ese contenedor…!!!
Esta firmante pensó que iba a sentirse sola y en minoría, pese a su respaldo sin fisuras a quienes organizaron la concentración: Partido Feminista de Sevilla, Colectivo Las Cigarreras, RadFem de nuestra ciudad y onubenses y Feministas al Congreso entre otras. Esta firmante volvió a equivocarse felizmente, pues una de sus mejores amigas la acompañó y se integró absolutamente con ella y con ellas.
Esta firmante conectó sin reservas, sensorial e intelectualmente, con la intensa, vibrante, cañera y arrolladora concentración de hora y media en La Campana donde mujeres de todas las edades, especialmente jóvenes y dos niñas muy animadas, no pararon de corear eslóganes contra el patriarcado, el género, la prostitución, el capital, el porno, la guerra que nos esclaviza especialmente a nosotras, las leyes Trans e Irene Montero, entre tantos otros.
A propósito de la ministra, un cartel arrebatador y lleno de arte rezaba así: «Abrázame hasta que Irene Montero sea feminista». Pero además, entre las gargantas y los corazones al unísono clamando contra las opresiones y las violencias que sufrimos, se leyeron excelentes comunicados de las organizadoras citadas, de la compañera feminista Carola López Moya denunciada por colectivos trans por ejercer su libertad de expresión y de la referente y maestra Victoria Sendón de León.
Una concentración, pues, plena de contenido feminista, lúcida e insobornable y organizada con excelencia por jóvenes y mayores muy valiosas y comprometidas. Una concentración cuyo ritmo reivindicativo no decayó ni un solo instante. Gracias a quienes la hicieron posible. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.