Documentales en plataformas, Netflix. ‘Las mujeres y el asesino’: Pascale, Cathy, Elsa, Agnes, Héléne, Magalie y Estelle

Las siete mujeres que dan título a esta entrada fueron brutalmente secuestradas, violadas y asesinadas en el Este de París, zona de La Bastilla, entre 1991 y 1997. Contaban entre 19 y 32 años de edad, eran varias estudiantes, una psicóloga, trabajadoras, una diseñadora de interiores…

No tenían rasgos físicos, ni perfiles, comunes: morenas, rubias, castañas, pelirrojas, altas, bajas o de diferentes constituciones… Lo que a su asesino le atrajo de ellas, según confesión propia, fue la energía que transmitían.

Dos mujeres, otras dos mujeres, escriben y filman este absorbente y terrible documental de tales crímenes reales: Mona Achache – actriz, directora y guionista francesa de origen marroquí, cosecha del 81 – y Patricia Tourancheau – periodista y escritora francesa, cosecha del 59, cronista del caso – que aporta su testimonio ante las cámaras.

Ellas retratan a otras. Como a la primera mujer en dirigir la Brigada Criminal, una unidad de élite, cuando tal profesión era considerada un trabajo de hombres: Martine Monteil, hija y nieta de policías, uno de los ejes conductores del relato, a la que vemos en la época de los hechos, a través de imágenes de archivo, y más de dos décadas después.

A Martine le llamó especialmente la atención la similitud entre los asesinatos de Agnes y Héléne – cuya madre es otra de las protagonistas y participó activamente en la investigación – y en el fallido de Elisabeth, una terapeuta ocupacional de 23 años, que, aún estando atada y amordazada, logró escapar y, aunque no la veamos en pantalla nunca, su testimonio fue clave en el juicio e hizo un retrato robot de su agresor.

Escenas similares, mismo ADN masculino desconocido porque no había ninguna base de datos con la que compararlo. Además, por entonces muere Diana de Gales en un fatídico accidente y todo el equipo pasa a investigar el caso… Pero pronto se retoma, dada la estremecedora brutalidad de los hechos, y entra en escen la coguionista y corealizadora citada, Patricia Tourancheau, a la sazón joven reportera de crímenes en, de nuevo, un mundo de hombres.

Antes ciudadana, según sus propias palabras, que periodista, tuvo que esperar a escribir sobre el caso para no perjudicar la investigación ya que quería que el temible asesino serial fuese detenido. Su testimonio también es el hilo conductor de la segunda parte del relato alternando con el de Martine.

Sin base de datos, un doctor Olivier Pascal, uno de los pocos hombres que aparecen aquí, tuvo que comparar el adn de las escenas del crimen con innumerables archivos donde estaban consignados los de otros delincuentes hasta que… hay un nombre, Guy George, que, además, ya había pasado por las dependencias policiales en 1995.

Pero sus rasgos faciales, la foto fue ampliamente difundida en el país entero, no tenían nada que ver con los del retrato robot. Se inicia la caza del hombre y el 26 de marzo de 1998 es detenido. Admite su culpabilidad ante la policía, de los asesinatos y de los muchos en grado de tentativa, doce más de otras tantas chicas, que no llegó a consumar.

Y en el juicio hay, de nuevo, dos juristas. La de la defensa y la de la acusación, representante de la familia de las víctimas, con una especialmente brillante y decisiva intervención de esta última. Pero el verdugo, imperturbable, lo niega todo hasta que…

Las dos cineastas firman y filman este potente e inquietante true crime, no solo con testimonios o imágenes de archivo de l@s dramatis personae, de las escenas del crimen en dibujos, de los deudos, sino con fotografías de los portales, del juzgado, de las salas del juicio, de pinturas y grabados sobre mujeres en trance de ser asesinadas, de planos de París, de extractos de una carta que luego sabremos quien la escribe y a quien va destinada…

…Sino también de reflexiones políticas, cívicas, morales, biografía del verdugo incluída. Es historia, se hizo justicia, dentro de lo que cabe ante tantas vidas destrozadas, y, gracias a la presión de esas familias rotas, se estableció en el país una base de datos centralizada en junio del 98, que permitió resolver muchos casos y evitar muchos asesinatos. Y el recuerdo final a esas jóvenes, preciosas fotografías, cuyas vidas fueron truncadas por un monstruo.

92 minutos de metraje, de intenso y absorbente metraje, que está, se reitera, en el catálogo de Netflix. Un documental francés, fechado en 2021, una mirada de dos mujeres, que no deberían perderse.

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