Archivo mensual: mayo 2016

‘Una mirada documental’: Recordatorio urgentísimo

Mañana, lunes 9 de mayo, a las 19 horas, en la FNAC de Sevilla, tendrá lugar otra sesión del excelente ciclo ‘Una mirada documental’, que tan bien coordina el crítico y amigo Miguel Olid Suero.

Comenzará por el corto ‘Seis abuelos en busca de autor’, de Juan Rivadeneyra, quien asistirá a la proyección, participando en la habitual presentación y en el debate posterior. Cuenta la historia de seis ancianos que deciden formar una compañía de teatro, pese a sus limitaciones por enfermedades seniles tales como el párkinson, alzhéimer u otras similares, lo que les hace especialmente difícil memorizar el texto.

Y un homenaje al cine, en el mes en que se celebra el Festival de Cannes, que homenajea a una productora de serie B y de los años 80, Cannon Films. Se titula ‘Electric boogaloo’, del australiano Mark Hartley, con experiencia en trabajos similares.

Pues ya lo saben. Un programa doble que promete y mucho. No se lo pierdan.

No solo cine. Neoliberalismo sexual: Identidad azul, identidad rosa…

Que alguien como Ana de Miguel – autora cuyo libro, ‘Neoliberalismo sexual’, se ha presentado esta noche en la Feria del Libro de Sevilla, con un currículum como filósofa, profesora, teórica, escritora y feminista, inabarcable para el espacio de esta entrada – se acercara a quien esto rubrica y a su sobrina, Vera Martín Jiménez, sin conocerlas de nada, poco antes del comienzo del acto,  para saludarlas con complicidad e invitarlas a unirse a ella y a sus compañeras para tomar algo después… da cuenta de su enorme categoría personal.

Glosaron a la firmante y a su obra – en un acto organizado conjuntamente por la Universidad Pablo de Olavide y Ediciones Cátedra – dos personalidades tan conocidas y prestigiosas como Amparo Rubiales y Lina Gálvez. Pese a la lluvia, y como no podía ser menos, el recinto de La Pérgola, en el que tuvo lugar, se fue llenando casi por completo.

Amparo Rubiales agradeció a los responsables de esta cita anual que el feminismo tenga cabida en ella, aunque sea todavía algo residual, marginal. Se preguntó, de cara a las nuevas generaciones, cómo era posible que siguieran vigentes los estereotipos de género. Y como las reglas del patriarcado normalizan lo aberrante y a los cuerpos de las mujeres como mercancía. Por ejemplo, la palabra prostituidor no existe para la RAE, ni para Google.

Recordó el brillante currículum de la protagonista y la consideró en su plenitud creadora, en su empeño de reconstrucción de una ideología feminista. Consideró este volumen como «un buen libro de divulgación feminista escrito por una gran mujer, filósofa y feminista».

Destacó de él su descripción de la identidad rosa para las chicas y azul para los chicos, el primer símbolo de la opresión. Y el estigma, tan vigente, de la palabra feminismo, del que suscribe su consideración de «teoría, movimiento social y forma de vida». Incidió también en el mito del amor romántico, recordando la famosa cita al respecto de Simone de Beauvoir.

Lina Gálvez lo consideró como un libro muy riguroso y completo. Denso, divulgativo y entretenido. Y, entre sus muchas contribuciones, señaló tres. La justificación de la desigualdad como ‘libre elección’. Su reflexión sobre el ahora, sobre el momento presente, de revolución neoliberal. Porque, comentó irónicamente, ahora las revoluciones son de derechas.

Y la identificación de la citada libre elección con el empoderamiento y el feminismo. Lo que desdibuja al sujeto político feminista, que hay que repensar, y da lugar a confusiones más que insidiosas…

Ana de Miguel recomendó asimismo la notable bibliografía de las presentadoras. Y pidió a los hombres que den un paso al frente, invitándoles a reflexionar y a pensar. A ser generosos, en la misma medida que lo son con ellos las mujeres.

Deploró que educamos en desigualdad, que la tenemos muy interiorizada. Puso el ejemplo del apellido. Por primera vez en la historia de este país, las mujeres pueden elegir que el primer apellido de sus hijos-as sea el suyo. Raramente lo hacen y ningún hombre las anima a ello. Nos situamos como alfombras, no nos vemos como personas, como consecuencia de toda la historia, la ideología y la literatura misóginas.

El ‘yo elijo’ es un retorcimiento más del patriarcado. Es aplicado especialmente a la prostitución, a la que avala y legitima gran parte de la izquierda, asumiéndola como «libre voluntad de las mujeres». Lo que, sin embargo, no se aplica al aborto. No se mercantiliza nada… excepto a las mujeres y a sus cuerpos troceados y abusados.

Así podríamos seguir y seguir. Gracias a la Universidad Pablo de Olavide, a Ediciones Cátedra, a Amparo Rubiales, a Lina Gálvez y a Ana de Miguel por una velada estimulante y memorable. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

‘En cartelera’: Profusión y ausencias

En este primer viernes de mayo, se estrenan nada menos que ¡catorce! películas, de las que en Sevilla, de momento, solo veremos diez. Consignaremos las  más interesantes, o destacadas, sobre el papel, comenzando por las que se proyectan en versión original en todas o en algunos días y sesiones.

La primera es la surcoreana ‘Ahora sí, antes no’, de Sang-so Hong. Sobre las dos versiones y posibilidades del encuentro entre un realizador de cine independiente y una pintora. Mejor Película y Actor en Locarno y en Gijón. Se impone verla.

La segunda es la francesa ‘Mayo de 1940’, de Christian Carion. Un drama histórico en el que un alemán antinazi busca a su hijo entre el éxodo provocado por ese terrible periodo. División de opiniones críticas, pero merece una oportunidad.

Las que siguen son todas estadounidenses. Como la tercera. Un western protagonizado por la mujer de un pistolero peligroso, que busca la revancha contra quienes hirieron a su marido. Se trata de ‘La venganza de Jane’, de Gavin O´Connor y ha cosechado impresiones negativas. Protagoniza Natalie Portman.

La cuarta es ‘Freeheld, un amor incondicional’, de Peter Sollett. Basada en hechos reales, muestra la lucha de una condecorada policía lesbiana, a la que diagnostican un cáncer terminal, para que su pareja de hecho pueda heredar su pensión. Algo a los que sus compañeros y jerarquías del Cuerpo se oponen frontalmente. Con Julianne Moore y Ellen Page. Se han destacado su mensaje y criticado su tratamiento. Pero el tema merece que no se la pierdan.

La quinta es un thriller, ‘Triple 9’, de John Hillcoat. Sobre un atraco en el que participan tanto delincuentes como policías corruptos. Con un reparto atractivo en el que sobresalen Casey Affleck, Woody Harrelson y Kate Winslet. Ha gustado, en general, por su fuerza y su potencia. Debe verse.

Dos españolas para completar la selección. Una, ‘Nacida para ganar’, de Vicente Villanueva. Narra la historia de una perdedora a la que el reencuentro con una amiga de la infancia marcará un punto de inflexión en su vida. Ha gustado y Sevilla Cinéfila tuvo ocasión de verla ayer. Muy pronto tendrán su crítica en el blog.

La otra es ‘El olivo’, de Icíar Bollaín, precedida de excelentes referencias. Pero a la animalista que esto escribe le resulta muy chocante su argumento de una chica que, por amor a su abuelo y por propia convicción, lo hace todo por salvar al árbol del título. Hasta aquí, de acuerdo. Pero esta misma joven trabaja en una granja de pollos y no se siente, en absoluto, concernida por los horrores – se muestren o no en el filme, eso es aparte… – que allí experimentan dichas criaturas sintientes. Ustedes mismos-as.

De entre las cuatro  inéditas, dos más de nuestro país, cuyas reseñas han sido más que irregulares – ‘Lejos del mar’, de Imanol Uribe y ‘Re-emigrantes’, de Óscar Parra de Carrizosa – y las dos siguientes exhibidas en el pasado SEFF.

Hablamos de la lituana ‘Peace to us in our dreams’, de Sharunas Bartas que a quien esto firma le pareció plúmbea e incoherente y la ucraniana ‘The Tribe’, de Myroslav Slaboshpytskyi, la más interesante y una de las elegidas para debatir en nuestra próxima tertulia del miércoles, 1 de junio. Esperemos, en este último caso, que esté en nuestras pantallas muy pronto.

‘La Palabra y la Imagen’. Temporada 4: ¡¡¡Vivan las diferencias!!!

Otra sesión multitudinaria y brillante de La Palabra y la Imagen. Con el amigo y crítico Álvaro de Luna – mundocritica.com, FilmAffinity  -como excelente conductor, que sustituyó al inicialmente previsto Cristian J. Ceballos. Dos de las tres películas a debate levantaron pasiones y contrastes de pareceres. Hablamos de ‘Julieta’, de Pedro Almodóvar y a ‘Trumbo’, de Jay Roach.

A quien esto firma, va a resultarle muy difícil transcribir la riqueza de opiniones, miradas y lecturas de las que disfrutamos y de las que esta crónica va a ser un pálido y esquemático reflejo. Por lo que pide disculpas de antemano.

El cineasta manchego no deja indiferente a nadie. Su última propuesta aún menos. Solo suscitó unanimidades en positivo en su final, en el trabajo de Emma Suárez, en la calidad de la fotografía de Jean-Claude Larrieu y en el talento musical de Alberto Iglesias.

Por lo demás, sus defensores-as apreciaron en ella la belleza plástica, su puesta en escena, su historia, sus personajes como el de Rossy de Palma o el de Inma Cuesta, sus símbolos, su forma de afrontar el melodrama, su retrato de las relaciones madre e hija y de las mujeres, en general. La consideraron una de las obras mayores de su filmografía más reciente.

Sus detractores-as destacaron justo lo contrario. Mal escrita, mal filmada y mal contada. Sus personajes zombies carentes de vida y sin desarrollo dramático alguno, como los de la hija, Michelle Jenner, Inma Cuesta o, sobre todos-as el de Rossy de Palma. Pero también el de Darío Grandinetti. Falta de ritmo, de unidad  de coherencia narrativa y de credibilidad. Artificiosa. Ni un melodrama a lo Sirk, ni otro austero o deconstruído.

`Trumbo’, de Jay Roach también cosechó una fuerte división de opiniones. Entre quienes lo consideraron un biopic clásico, muy convencional, que no sabe desarrollar ni sacar partido a una historia tan necesaria e incluso con una factura cercana al telefilme y con una conclusión almibarada.

Y quienes estimaron su puesta en escena, su estética, su narrativa, su testimonio de un personaje único y de una indignidad como la caza de brujas. Todos-as coincidieron en los talentos de Bryan Cranston, John Goodman, Diane Lane o Elle Fanning. Más divididos-as respecto a la villana Helen Mirren.

‘Hitchcock-Truffaut’, de Kent Jones,  suscitó más coincidencias. En su fondo y en su forma, en su homenaje a dos cineastas y amigos,  y a un libro único, que celebra el cincuentenario de su publicación. Pero se le reprochó que la técnica escondiera el espíritu del homenajeado y que no hubiese arriesgado más en su tratamiento.

El miércoles, 1 de junio, más y será el cierre de esta cuarta temporada. Debatiremos sobre la española ‘La punta del iceberg’, de David Cánovas, en cartelera y debe verse pronto. Sobre la ucraniana ‘The tribe’, de Myroslav Slaboshpytskyi que, teóricamente, tendría que entrar pasado mañana y, de momento, no lo va a hacer. Estaremos muy pendientes. Y sobre la coproducción canadiense-norteamericana ‘La bruja’, de Robert Eggers, ganadora en Sitges, que se estrena el día 13, y que estrena, por primera vez, el género de terror en la tertulia.

Recomendamos así mismo, aunque no hayan sido elegidas, que no se pierdan tampoco  la surcoreana ‘Ahora sí, antes no’, de Hong Sang-so, que podrá verse ya este viernes, como la española ‘El olivo’, de Iciar Bollaín, aunque, como animalista, tiene mis reservas; la finlandesa ‘Reina Cristina’, de Mika Kaurismäki, y la islandesa ‘Corazón gigante’ de Dagur Kári, que lo hacen el 13. Y la francesa ‘Tres recuerdos de mi juventud’, de Arnaud Desplechin, que se estrenará el 27.

Gracias a La Casa del Libro, a José Iglesias Blandón, a Álvaro de Luna, por resolvernos la sesión con tanta excelencia; a José Miguel Moreno Bautista y a Miguel Olid Suero, dos críticos y amigos, con cuyas aportaciones valiosas contamos siempre. Y, sobre todo, a los-as mejores tertulianos-as del mundo mundial por vuestras miradas únicas e irrepetibles. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

‘La Palabra y la Imagen’: Recordatorio urgentísimo

Mañana, miércoles, 4 de mayo, a las 19,30 de la tarde, en La Casa del Libro de Sevilla, calle Velázquez, y en su cuarta planta, tendremos una nueva sesión de nuestra tertulia de cine ‘La Palabra y la Imagen’.

Debatiremos las películas ‘Julieta’, de Pedro Almodóvar, ‘Hitchcock-Truffaut’, de Kent Jones y ‘Trumbo’, de Jay Roach. Nuestro invitado, un lujo y un honor, será Cristian J. Ceballos director de la revista de teoría y crítica cinematográfica Mise-en-scéne.

La entrada es libre y promete muchísimo. No os la podéis perder. Os esperamos.

Post Scriptum: Muchas personas, por sus diferentes circunstancias, llegan después de que la sesión de la tertulia haya comenzado y se quedan sin entrar. En este caso, les rogaría que no se marcharan, pues dentro siempre hay sillas de sobra y pueden con facilidad incorporarse al debate. Gracias.

 

‘La punta del iceberg’: Yo acuso

Ópera prima de David Cánovas, basada en la obra de teatro homónima de Antonio Tabares, que fue galardonada con los Premios Tirso de Molina en 2011 y Réplica en 2012. 91 minutos de metraje. Su guión lo firman el propio realizador, José Amaro Carrillo y Alberto García Martín. Su música, Antonio Hernández. Su fotografía, Juan Carlos Gómez.

La historia, en la que cualquier parecido con la realidad NO es pura coincidencia, remite a una alta ejecutiva de una multinacional enviada a una delegación de la empresa, en la que se han suicidado tres trabajadores. Su misión es elaborar un informe interno, lo más exculpatorio posible, pues la dirección confía en su eficiencia y en su dureza personal. Pero…

Hoy, 1 de Mayo, es un día idóneo para reseñar esta película. También para recordar que, entre 2008 y 2009, 35 empleados -as de France Télécom se quitaron la vida, como consecuencia del acoso y los abusos sufridos. Su ex presidente, Didier Lombard, fue imputado por la justicia en representación de la firma.

El director construye un drama, en clave de thriller y de factura impecable, en el que no deja títere con cabeza, sin obviedades, ni exasperación alguna. Dosifica la información poco a poco, encajando las piezas del rompecabezas, a medida que progresa la investigación, erizada de dificultades, de la protagonista, una soberbia Maribel Verdú.

Ella, despiadada y fría , en la teoría y en la práctica. Ella, forzada a mostrar su lado más duro en una jerarquía mayoritariamente masculina. Ella, impelida a dotarse de una coraza frente a los burdos comportamientos sexistas de sus, por decirlo así, «compañeros».

Ella, leal a los directivos, pero, al tiempo, suficientemente cualificada y honesta para escuchar las insidias de todo tipo que le van desvelando quienes, en aras de un plan muy rentable, se ven impelidos-as, por procedimientos tan sucios como sumarísimos, a asumirlo todo hasta el abismo final. Y no sale indemne.

Este terrorismo laboral sin paliativos es expuesto con demasiada distancia y contención, no exentas de ciertos clichés. Pero la mirada de David Cánovas promete y es la de un cineasta a seguir. Es una mirada valiente y comprometida. Tan comprometida como la de las interpretaciones de un reparto atractivo, que lo da todo.

Así,  en sus actores y actrices, tan entregados-as, reside gran parte de su fuerza. La fragilidad desesperada de Bárbara Goenaga. El cinismo impotente de Carmelo Gómez. La impiedad de Fernando Cayo. La vulnerabilidad de Ginés García Millán. La sorpresa de Álex García

A quien esto firma, la removió por dentro haciendo que emergiera un episodio  traumático de su adolescencia e íntimamente relacionado con su temática. Porque un hombre bueno, un vecino encantador, se arrojó al vacío del patio de luces de su bloque por problemas de acoso laboral, como se demostraría más tarde, tras coincidir unos minutos en el ascensor con ella, la última persona en verle con vida y cruzar unas palabras con él.

No hay perdón. Con todos sus defectos, una película necesaria que debe verse.