Archivo mensual: junio 2016

Dos de dos: Orgullo y prejuicios

Quien esto firma, en shock por los resultados electorales del pasado domingo, no tiene las neuronas en su mejor momento, pero sí filmes ya vistos y pendientes de reseñar. Por ello, adelanta sus ‘deberes’, al hilo del Día del Orgullo LGTBI, a dos películas en las que la temática homosexual está presente aunque de manera radicalmente distinta. En la primera, los protagonistas son dos amigos adolescentes y en la segunda, un hombre maduro y un joven delincuente de poca monta.

La primera es brasileña y la segunda, venezolana. Tienen en común que ambas son óperas primas y una narrativa no convencional que, pese a sus valores, sirve para maquillar tiempos muertos, oquedades de guión, lentitud y silencios que no siempre se avienen bien con sus respectivos argumentos. Parece que los diálogos estuvieran mal vistos en este tipo de filmes, pero si todo se fía a imágenes más bien lánguidas, miradas y gestos supuestamente expresivos y morosidad en el ritmo, no teniendo el suficiente oficio… apaga y vámonos.

El riesgo citado de convertirse en un ejercicio de estilo vacío de contenido es más acusado en la primera. Hablamos de la producción de Brasil ‘La orilla (Beira- Mar), codirigida por Filipe Matzembacher y Marcio Reolon. De 83 minutos de metraje, el guión es de los propios realizadores. La fotografía, bella y sugerente, está a cargo de Joao Gabriel de Queiroz y la música, discreta y eficaz, la firma Felipe Puperi.

Porque la historia de dos amigos adolescentes que se redescubren afectiva y eróticamente en una suerte de viaje iniciático a las raíces familiares de uno de ellos, tiene demasiadas ambiciones y no tantos logros. Todo lo fía a una sutileza pretendidamente elegante, pero que carece de garra y de verdad. Da demasiadas vueltas sobre sí misma, con un narcisismo pretencioso y superficial. Una pena, porque la sinopsis podría haber llevado a un desarrollo mucho más prometedor.

La segunda es la venezolana ‘Desde allá’, de 93 minutos de metraje, cuyo responsable es Lorenzo Vigas, coautor también del guión junto a Guillermo Arriaga. La fotografía con oficio Sergio Armstrong y la preceden excelentes reconocimientos como los de Mejor Ópera Prima en La Habana y el León de Oro en Venecia, del año pasado.

Aunque dotada de una mayor densidad dramática, tampoco escapa a las convenciones de este nuevo cine de autor antes descritas. El más que improbable romance sobrevenido entre un pandillero y su cliente maduro debería haber sido narrado con desgarro y pasión. Por el contrario, el tratamiento es gélido y distante. Con unos giros de guión efectistas y difícilmente justificados. Y ese final…

Lástima, porque desaprovecha una ocasión de oro para profundizar en cierta prostitución masculina y en el poder absoluto del dinero en una sociedad clasista, machista y desigual. Su pretendida reivindicación homosexual casi roza paradójicamente la homofobia, pues el protagonista desea tanto como rechaza los jóvenes cuerpos que contrata por mor de sus prejuicios. Alfredo Castro hace un gran trabajo y es muy superior a un personaje incomprensible.

‘Expediente Warren. El caso Enfield’: Demonios familiares

Para mi gato Manolito, en lucha también contra sus demonios interiores. Tranquilo, precioso. Lo daremos todo porque salgas adelante.

Los Warren, Ed – demonólogo y escritor – y Lorraine – clarividente y médium – eran investigadores paranormales especializados en casas encantadas. Durante los años 70 del pasado siglo, sus casos más conocidos fueron los de la muñeca diabólica Annabelle, la vivienda de Amityville, el hogar de la familia Perron, todos localizados en su país, Estados Unidos, salvo el que nos ocupa, que tuvo lugar en Londres. Los cuatro han sido llevados al cine y los dos últimos, sendos expedientes, por el realizador James Wan.

En esta historia, la pareja se traslada a Reino Unido – pese a la reticencia de la mujer, que tuvo un pálpito-visión previo de que este trabajo podría suponer un peligro mortal para su marido – para investigar allí el hogar de una madre soltera y sus cuatro hijos. Un hogar cualquier cosa menos dulce. Muy al contrario, poblado de fantasmas y presencias malignas, cuyas manifestaciones más inquietantes las perpetran a través de una de las niñas, de tan solo 11 años.

Producción estadounidense de 133 minutos de metraje. El guión lo escriben Carey y Chad Hayes. La fotografía, excelente, junto a los efectos especiales, la firma Don Burgess y la música, otro elemento dramático más, Joseph Bishara.

Wan sabe manejar perfectamente las claves del género y lo demuestra también aquí. Combinando ternura, amor, humor y terror en una elegante, refinada y eficaz puesta en escena que sobresalta cuando y como debe, incluyendo las potentes e intensas presencias de las entidades fantasmagóricas. Como en la primera, también muestra que, en ese otro lado,  hay verdugos y víctimas. Dominantes y dominados.

Pero ahora cruza el charco y cambia las mansiones acomodadas por un barrio pobre donde una heroica y animosa mujer – va también de mujeres  fuertes esta entrega, por más víctimas que sean de las fatalidades y de los abismos infernales- intenta sacar adelante, como puede, a sus cuatro hijos-as. Y se encuentra que, a sus problemas terrenales, se les unen los de ultratumba.

La fe contra el Averno. Las cruces del derecho y las del revés. La ciencia y la religión. El afecto tan sólido y cómplice de una pareja singular. La hija, que también hereda el don maldito de la videncia. Esa niña levitando y siendo poseída en una casa que tiembla, protesta, se agita y se retuerce con fantasmas de distinto signo. Unos créditos finales que no deben obviar, pues aparecen las imágenes reales del caso, de la época y de los personajes.

A la mujer herida que escribe estas líneas le ha resultado reconfortante su visión. Porque ningún susto de ficción puede equipararse con los que nos da la llamada vida real. Por sus cualidades intrínsecas, y pese a sus defectos, como el ser algo dulzona, conservadora y sentimental.  Como lo eran los protagonistas retratados. Por Patrick Wilson, Frances O´Connor, por la maravillosa Vera Farmiga y por el magnetismo de Madison Wolfe. Así que la recomienda sin paliativos.

‘Capitán Kóblic’: Desobediencia debida

El bonaerense Sebastián Borensztein, cosecha del 63, es un estimado y galardonado realizador y guionista de cine y de televisión, conocido sobre todo por su película ‘Un cuento chino’. Ahora presenta esta su última propuesta, en coproducción con nuestro país, cuya historia también escribe conjuntamente con Alejandro Ocón.

Historia, por cierto, que remite a los años de plomo de la feroz dictadura que asoló Argentina y que protagoniza el capitán de la Armada, al que se refiere el título, que cuestiona su participación en los siniestros vuelos de la muerte y decide abandonar.

Vuelos que él pilotaba y en los que se asesinaba arrojando al mar a indefensos-as y semiinconscientes prisioneros-as. Como escondite, escoge un lugar apartado donde un amigo tiene un hangar, Colonia Helena, cuyo comisario es un tipejo siniestro que no le pondrá las cosas nada fáciles.

Entre el western y el cine negro, la película es tan sugerente y bienintencionada como fallida en su guión. Un guión previsible, con demasiadas oquedades narrativas, que afectan a personajes como el de Inma Cuesta, aunque ella lo supla con su buen hacer interpretativo. Cierto es que cuida la atmósfera y el terror opresivo cotidiano de la dictadura está presente, pero parece tener ciertas dificultades al manejar las sutilezas y las obviedades.

Ciertas dificultades en deslindar, a veces, lo prescindible de lo necesario, los clichés del rigor. En cualquier caso, es una elección narrativa legítima, como lo es la opinión de quien esto firma respecto a ella. Por lo demás, una película digna y comprometida, que tiene el acierto – entre otros muchos – de no condenar a un personaje central – magnífico, como siempre, Ricardo Darín – tan cómplice de los horrores como atormentado por ellos y que elige la opción moral de la desobediencia debida.

Mientras que sí lo hace, sin paliativos, con el interpretado por un excelente Óscar Martínez y sus secuaces.

92 minutos de metraje. La fotografía, desasosegante como la historia, es de Rodrigo Pulpeiro. Y la música, otro tanto, del prestigioso Juan José Jusid. Deberían verla.

‘El papel no puede envolver la brasa’: Vidas baratas

Esta noche, en la sala 14 del Nervión, que registraba un lleno casi absoluto, ha tenido lugar un acontecimiento cinematográfico extraordinario, único y difícilmente repetible. La proyección, organizada por el Instituto Francés de Sevilla, el Festival de Cine Europeo y Cinesur del documental francés ‘El papel no puede envolver la brasa’, con la presencia de su realizador, Rithy Panh, que posteriormente ha dialogado con el público. El crítico de cine y programador del SEFF, Alejandro Díaz, fue el conductor de este encuentro excepcional.

Quien esto firma, no va a hacer una crónica al uso. Demasiadas emociones y sensaciones se lo impiden, pero es igualmente imperativo consignar este notable evento. Así que mezclará sus impresiones del «documental ficcionalizado» con las generosas, lúcidas y detalladas respuestas de su firmante a las muy densas e incisivas cuestiones que le plantearon algunos-as de los y las presentes, en un tótum revolútum.

El título de este largometraje reproduce la frase de una de las 13 protagonistas prostituidas, la mayoría menores de veinte años, y recluidas, prisioneras a todos los efectos, en el Edifico Blanco de Phnom Penh, Camboya. Un edificio que albergó, paradójicamente, en el pasado el talento de artistas y creadores-as. Y el del epígrafe el de otra, que piensa que sus vidas son baratas. Mucho más, mucho peor que eso : sus vidas no valen nada, ni siquiera son merecedoras de tal nombre.

18 meses convivió el cineasta con estas mujeres, la mayoría de las cuales sigue inmersa en el infierno, otras han muerto y solo una ha logrado ‘liberarse’ por la vía conyugal. Ninguna de ellas ha querido, de las que han podido, ver la película. Les avergüenza hacerlo. Pese al enorme respeto con el que están tratadas. Pese a que ha registrado, una vez que se ganó su confianza, sus propias voces. Sus propias palabras, sin guión alguno. Tan solo la puesta en escena y la repetición de tomas en los casos necesarios.

La devastación, el horror absoluto de una esclavitud sexual de la peor especie nos es mostrada sin anestesia. Pero con un lirismo y una belleza – o dignidad, según su director – tan potentes como demoledoras. Ellas, las víctimas, se expresan, lloran, se lamentan, cantan, ríen, se reconfortan mutuamente haciendo, viviendo, sintiendo, un atroz recuento de sus miserables existencias.

Un atroz recuento del círculo vicioso de explotación, abusos y maltratos extremos en los que están inmersas. Círculo vicioso del que se derivan drogodependencias, enfermedades de transmisión sexual como el sida, embarazos no deseados, abortos frecuentes y dolorosos, hijos-as muertos-as o en manos ajenas, una total ausencia de futuro y de esperanza.

Del que se derivan autolesiones, intentos de suicidio, pérdidas familiares, afectivas y de las propias raíces. De las propias infancia, adolescencia, juventud y expectativas de vida. Una llama ‘vieja’, sin insultarla, describiéndola, a otra de 34 años…

Todo ello contado sin estridencias, ni aspaviento alguno. Sin chantaje, ni manipulación emocional. Con una planificación elegante y estilizada, pese a la brutalidad de lo narrado. Lo que la hace radicalmente honesta y aún más desgarradora, si cabe. Hasta lo insoportable.

Fechada en 2007. 90 minutos de metraje. La excepcional fotografía la firma Prum Mesa y la música, Marc Marder y Agnés Senemaud. Su autor confiesa que no quiere ser solo el cineasta del genocidio, que disfruta enormemente de la vida y que gusta también de las comedias. Pero su compromiso con los y las desheredados-as es irrenunciable. Y su mirada fílmica nos compromete también y de qué manera

Gracias sean dadas al Instituto Francés de Sevilla, al SEFF y a Cinesur Nervión por una velada MEMORABLE. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

Post scriptum: Quien esto firma, estuvo hasta bien pasadas las tres de esta madrugada completando esta crónica. Y, pese a su extensión, no ha podido recoger las más que interesantes, lúcidas y enriquecedoras cuestiones que se le plantearon al director. Feministas, éticas, políticas, fílmicas… y las respuestas sabias y generosas que recibieron. Escrito queda.

Muy urgente: Un evento que no hay que perderse

Otro regalo de cine para Sevilla, a las mismas puertas del verano. El Instituto Francés de nuestra ciudad, el Festival de Cine Europeo y la empresa Cinesur  han organizado una proyección y un encuentro absolutamente excepcionales que nadie, NADIE, debería perderse.

Tendrá lugar mañana, lunes, 20 de junio, a las 20 horas, en una de las salas del Nervión Plaza. Se exhibirá el documental francés, de 2007 y de 90 minutos de metraje, ‘El papel no puede envolver la brasa’. Su guionista y realizador, el franco-camboyano Rithy Panh, todo un lujo y un honor, estará presente y dialogará con el público. Presentará y moderará la sesión el crítico y programador del SEFF, Alejandro Díaz.

Rithy Panh , cosecha del 64, es – según transcripción libre y parcial de la nota de prensa enviada por ASECAN y Lourdes Palacios – «uno de los cineastas con mayor proyección internacional, ampliamente reconocido por la crítica y por los grandes eventos cinematográficos como Cannes o la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood».

Con 13 años huyó de su país, tras ser toda su familia exterminada por el régimen de los Jémeres Rojos. Tras pasar por un campo de refugiados tailandés, fue acogido por Francia, donde cursó sus estudios en el prestigioso IDHEC, Instituto de Estudios Cinematográficos Avanzados. Ha obtenido numerosos reconocimientos con sus trabajos. Como el del Festival Internacional de Cine de Chicago y, con este que nos ocupa, el del Mejor Documental en los Premios del Cine Europeo de 2007 y el del Internacional de TV de Shanghai.

‘El papel no puede envolver la brasa’ retrata, dándoles voz, a 13 prostitutas, todas menores de 20 años, recluidas en un paradójicamente denominado Edificio Blanco en Phnom Penh, Camboya. Unas mujeres, marcadas por unas circunstancias económicas y políticas aterradoras, que se expresan como nunca lo habían hecho antes. Unas esclavas sexuales cuyos cuerpos y mentes están irreparablemente destruidos, en lo que es un atentado a los derechos humanos más elementales.

Un auténtico acontecimiento cinematográfico de visión y asistencia obligadas. Están advertidos-as. No lo dejen escapar.

‘En cartelera’: Hijas, hermanas, familias…

La cartelera que se renovó ayer sigue la tónica de profusión de estrenos. Comenzamos, como es habitual, con las películas que se exhiben en versión original, en todas o en algunos días y sesiones. La primera es la portuguesa, que cierra la trilogía con la que Miguel Gomes aborda, en clave literaria y fantástica, la situación de su país. O lo que es lo mismo: ‘Las mil y una noches. Volumen 3: El embelesado’.

La segunda es la ópera prima sueca ‘Mi perfecta hermana’, de Sanna Lenken. Una adolescente, su admirada hermana mayor y un descubrimiento perturbador. Ha interesado, en general, y debe verse.

La tercera es otro debut cinematográfico. La francesa ‘Mi hija, mi hermana’, de Thomas Bidegain, guionista habitual de Jacques Audiard. Una revisitación muy sui géneris nada menos que del inmortal clásico fordiano ‘Centauros del desierto’, con muy buenas referencias y que no hay que perderse.

La cuarta es su compatriota ‘Grandes familias’, de Jean-Paul Rappeneau. Sobre un financiero, residente en Shanghái, que vuelve a su país para intentar detener la venta de la casa familiar. Los especialistas la recomiendan, aunque el tráiler no resulte especialmente estimulante para quien esto firma.

La quinta es la norteamericana de terror ‘Expediente Warren 2: El caso Einfield’, de James Wan. Basada en otra historia real de la pareja de investigadores paranormales. Taquillazo en USA y respaldo crítico. Muy pronto, su reseña en Sevilla Cinéfila. De entrada, véanla.

La sexta es la británico-canadiense, primera incursión tras la cámara del excelente actor Robert Carlyle, quien también la protagoniza, ‘La leyenda de Barney Thomson’. Entre la intriga y la comedia negra, sigue a un peluquero, su madre dominante y unos crímenes sin resolver. División de opiniones y con cierto tufillo misógino, pero la han encontrado, en general, muy divertida y con una excelente Emma Thompson.

Un drama y una comedia feroz completan esta panorámica. La argentina ‘Capitán Kóblic’, de Sebastian Borensztein. Un hombre que se refugia en un pueblo para olvidar un pasado oscuro que le persigue hasta allí. Con algunas salvedades, sus reseñas son buenas y merece una oportunidad. Protagoniza Ricardo Darín.

Y la española ‘Amor tóxico’, de Norberto Ramos del Val. Un chico y una chica muy peculiares en la peor – o la mejor… – cita de sus vidas. Su tráiler tiene un cierto tufillo misógino, pero… habrá que comprobarlo.

‘Théo & Hugo’: En el mismo barco…

Para las víctimas del Club de Orlando. Para quienes sufren persecución, agresiones, cárcel y muerte por sus afectos y deseos.

Teatro Alameda, 20.30 de la noche del pasado miércoles. Como colofón al Ciclo LGTB, que organizan el Colectivo Defrente y la Fundación Triángulo, integrado en el seff365, se proyecta la francesa ‘Théo &Hugo’, escrita y realizada por Olivier Ducastel y Jacques Martineau. En la taquilla, se nos advierte que el aire acondicionado de la sala no funciona. Pero la temperatura exterior es muy agradable y dentro no se está mal.

Quien esto firma, tres mujeres más y seis hombres, somos los únicos-as espectadores-as de esta sesión. De un film inédito en nuestra ciudad. De una película singular y valiosa, de difícil estreno comercial. De una película de temática y tratamiento ADULTOS que será muy complicado – ojalá no fuera así… – revisitar en pantalla grande. Una verdadera lástima.

Pese a todo ello, en esta entrada va a intentarse no hacer ningún spoiler aunque se incurra en algunas abstracciones. La historia, que transcurre en dos intensas horas de la madrugada de un domingo desde las 4 hasta las 6, sigue a dos hombres jóvenes, que se conocen en el cuarto oscuro de un club gay, y prolongan su encuentro, entre las más diversas e inesperadas vicisitudes, por una ciudad solitaria.

Aunque pueda tener algo en común con dos películas tan dispares como ‘The living end» (1992), de Greg Araki y ‘Weekend’ (2011) de Andrew Haigh, lo cierto es que las coincidencias son tangenciales. Porque el relato es tan potente como inquietante en este caso.  Con un arrollador comienzo, veinte minutos de duración, de sexo comunitario y explícito en los sótanos de la discoteca, al compás de la música techno.  Todo ello unido al toque lírico, dentro de la promiscuidad indiferenciada y colectiva, del deseo a primera vista de los personajes.

Y luego, la sorpresa imprevista. La que les lleva al lugar más inesperado como el toque agridulce y dramático de una noche tan hermosa como desenfrenada. La intimidad naciente, a la vez reforzada y puesta a prueba, en una tesitura tan desconcertante como lógica. Porque en este caso se huye de los caminos trillados, así que los protagonistas, y espectadores-as, se ven sometidos a los caprichos del destino.

97 minutos de metraje. Música electrizante y fotografía llena de fuerza y sugerencia de Manuel Marmier. Con unos estupendos, y derrochando mutua química, Geoffrey Coüet y François Nambot. Un auténtico regalo el de su proyección en Sevilla. No saben cuanto se alegra quien esto firma de haberla visto.

 

‘La Palabra y la Imagen’. Temporada 4: Balance de nueve encuentros

El pasado miércoles, día 1, se clausuró brillantemente otra estimulante temporada, la cuarta, de nuestra tertulia de cine ‘La Palabra y la Imagen’. Otra temporada pródiga en coincidencias, matices e intensas y apasionadas, aunque siempre respetuosas, discrepancias. Todo ello dentro del clima único de complicidad y camaradería entre los-as participantes y los-as críticos invitados-as.

Algo tan enriquecedor como las múltiples miradas, visiones y lecturas que suscitaron las películas debatidas. 23, concretamente. En nueve encuentros, tres correspondientes al cuarto trimestre del 2015 y el resto, a este año. Los primeros miércoles de cada mes, exceptuando el de enero, por las Fiestas. Con seis hombres y una mujer como invitados-a. A continuación, las enumeramos.

El curso lo inauguró, en octubre, una lección magistral del catedrático de Historia de los Medios Audiovisuales y experto en cine y literatura, Rafael Utrera Macías. Con una obra mayor y singular, ‘El mundo sigue’, de Fernando Fernán Gómez, sobre la novela de Juan Antonio Zunzunegui.

En noviembre, debatimos con Álvaro de Luna– mundocrítica.com, FilmAffinity- las muy premiadas ‘El club’, de Pablo Larraín y ‘Truman’, de Cesc Gay. Además, recomendamos títulos del SEFF y presentamos una revista ‘Mise-en-scéne’, con su director Cristian J. Ceballos.

En diciembre, bajo la batuta de Alejandro Ruiz Bobillo – Generación Geek, Planeta Desmarque – hicimos lo propio con la Palma de Oro de Cannes, ‘Deephan’, de Jacques Audiard y con ‘Nadie quiere la noche’, de Isabel Coixet. Quien esto firma sufrió, tres días después, la terrible, traumática e inesperada muerte de su gato Pedrito…

El año lo inauguró Antonio Acedo – Premios Andalucía de Periodismo y de Periodismo y Salud, prensa del SEFF – con un sentido homenaje a un colega también repentina y dolorosamente desaparecido en diciembre. El querido José Luis Jurado, Pepón, quien nos hizo los honores el año anterior. Se debatieron ‘Macbeth’, de Justin Kurzel, ‘Sufragistas’, de Sarah Gavron y ‘El puente de los espías de Steven Spielberg.

En febrero, se leyó un artículo muy bonito y cariñoso que el crítico, amigo y tertuliano de pro, Miguel Olid Suero, dedicó en ABC a nuestra actividad. Comentamos ‘El hijo de Saul’, de Lázló Nemes, que poco después se hizo con el Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa, ‘Mía madre’, de Nanni Moretti y ‘Spotlight’, de Thomas McCarthy.

En marzo, nuestro conductor fue nada menos que José Luis Cienfuegos, director del SEFF. A su cargo estuvieron las presentaciones y los debates de ‘Carol’, de Todd Haynes, ‘Ave César’, de los Coen y ‘El renacido’, de Alejandro González Iñárritu.

Abril se pintó de violeta gracias a nuestra conductora Mariló Rico Sánchez, periodista de informativos de Canal Sur Radio y flamante titular de Premios Luchadora, de UGT Andalucía y Meridiana, del Instituto Andaluz de la Mujer. Con ella comentamos ‘La habitación’, de Lenny Abrahamson, ‘Mustang’, de Denis Gamze Ergüven y ‘Nuestra hermana pequeña’, de Hirokazu Kore-Eda.

En mayo, repitió Álvaro de Luna y le correspondió introducir ‘Julieta’, de Pedro Almodóvar, ‘Hitchcock-Truffaut’, de Kent Jones y ‘Trumbo’, de Jay Roach.

Y el día 1 de este mismo mes de junio, cerró la temporada y el curso, el periodista y escritor José Luis Ordóñez, conductor del programa de Canal Sur Radio ‘La calle de Enmedio’. Con ‘La punta del iceberg’, de David Cánovas, ‘La bruja’, de Robert Eggers y ‘Corazón gigante’, de Dagur Kári.

Habrá una quinta temporada, que inauguraremos el miércoles, 5 de octubre. Charlaremos sobre lo visto en el verano, con especial atención a ‘El hombre de las mil caras’, de Alberto Rodríguez, que se estrenará el 23 de septiembre.

Gracias a La Casa del Libro de Sevilla, a José Iglesias Blandón, a nuestros-a invitados-a y a los-as mejores tertulianos-as del mundo mundial por unas sesiones difícilmente mejorables. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

 

Recordatorios muy urgentes de eventos del máximo interés cinematográfico

Pues así es. Hoy mismo, lunes 13 de junio, tenemos dos coincidentes en el tiempo. El primero y principal es el que coordina el crítico y amigo Miguel Olid Suero, ‘Una mirada documental’, en la FNAC sevillana de la Avenida de la Constitución.

El programa, como homenaje al Día Internacional de la Sordoceguera, que se celebrará a finales de este mes, constará de un documental sobre este tema ‘El abrazo de los peces’, del sevillano Chema Rodríguez y dedicado a su propia hija Clara, que lo es de nacimiento.

Como el realizador vive en Madrid, no podrá asistir a la proyección, pero sí lo harán tres mujeres a cual más interesantes y relacionadas directamente con dicha problemática, con las que se abrirá un coloquio. Dos de ellas, Aida Hernández y Rocío Torres, representantes de la asociación APASCIDE y codirectoras de la única residencia dedicada a estas personas en este país, ubicada en Salteras. La tercera es Gennet Corcuera, una sordociega de enorme talento y voluntad que, tras superar muchos obstáculos, ha llegado a ejercer la docencia.

Un evento más que interesante y prometedor. No se lo pueden perder.

Muy estimulante también es el hecho de que el Festival de Cine Europeo se sume a la celebración del Día del Orgullo con un ciclo de temática LGTBI. Lo hará, según se nos ha informado en un comunicado de prensa con tres estrenos absolutos,  integrados en su programa seff365, y en las que colaboran el Colectivo Defrente y la Fundación Triángulo, algunos de cuyos miembros se harán cargo de las presentaciones. En el Teatro Alameda, a las 20.30, y a tres euros la entrada.

Lunes, 13: ‘Te prometo anarquía’, México, de Julio Hernández Cordón, sobre dos chicos amantes y al margen de la ley. Precedida de excelentes críticas y de reconocimientos tales como Menciones Especiales en los Festivales de Morelia y San Sebastián y el FIPRESCI en el de Río de Janeiro. Presenta Fundación Triángulo.

Martes, 14: ‘Sworn virgin’, Italia, Laura Bispuri. La historia de una joven educada en una cultura ferozmente machista que, para escapar a tal destino, cambia de identidad bajo el juramento de permanecer virgen.  Mención Especial del Jurado de Cinema Jove y Premio Nora Ephron en el Festival de Tribeca. Presenta Colectivo Defrente.

Miércoles, 15: ‘Théo & Hugo’. Francia, Oliver Ducastel y Jacques Martineau. Dos muchachos que se conocen en un club y se enfrentan al día siguiente, con un amor en ciernes.  Ganadora del Teddy Audience Award sobre la temática LGTBI en la Berlinale. Presenta Fundación Triángulo.

Además, en la sede de la Fundación Triángulo, calle Yuste, 4, a las 20.30, y con entrada libre, se podrá ver el viernes, 17: ‘Zomer’, Holanda, de Colette Bothof. Un pueblo, un verano, dos chicas y un romance que cambiarás sus vidas. Su protagonista ganó el Premio a la Mejor Actriz en el Iris Prize Festival del pasado año.

Pues ya lo saben. Un programa de lo más atractivo antes de que nos invada el desierto cultural veraniego. Y también, de paso, se les hace un tributo a las personas sordociegas y a las víctimas del terror homófobo y fascista del club de Orlando.

 

‘Francofonía’: El poder del arte

El prestigioso ciudadano ruso Alexander Sokúrov – cosecha del 51  – es el maestro de ceremonias, realizador, guionista y mago que nos invita – si somos capaces de   superar nuestra fijación por la narrativa tradicional e incluso por la más ‘osada’ de la llamada independiente – a un viaje fílmico fascinante de 87 minutos de duración. Con una prodigiosa fotografía de Bruno Delbonnel y una partitura sugerente de Murat Kabardokov. Y con un reparto excelente, que se integra en el singular universo de Francofonía a la perfección.

Un viaje fílmico que mezcla pasado y presente, pero que se centra en la peculiar relación de amistad, en función de la defensa de los tesoros del Louvre, del conde alemán Franz Wolff-Metternich y del responsable de la pinacoteca Jacques Jaujard. Todo ello, en el París ocupado de los años 40 del pasado siglo, con la aquiescencia del cobarde y colaboracionista Gobierno del mariscal Petain, paradójico héroe de la Primera Gran Guerra.

Pese al acento en estos dos nombres, hubo nueve colaboradores-as esenciales gracias a los que estas joyas artísticas fueron salvadas. Seis hombres y tres mujeres que «arriesgaron sus vidas para guardarlas, esconderlas y protegerlas, no solo las del citado Museo, sino las de todos los Nacionales del país».

Esto se narra en otro filme de Jean-Pierre Devillers y Pierre Pochart, titulado «Illustre et inconnu. Comment Jacques Jaujard a sauvé Le Louvre», en cuya página de francetv pueden encontrar más detalles. Una historia emocionante hasta decir basta.

Así que lo único que quien esto firma le reprocha a esta obra mayor es que haya obviado a tan extraordinario equipo para centrarse en los dos protagonistas citados. Todo lo demás es rendida admiración por su narrativa insobornable; por su creatividad; por su hermosura; por su capacidad de sugerencia; por sus datos históricos; por sus reflexiones y análisis sobre Europa, el arte y el poder; por adentrarnos en una pinacoteca única, en su arquitectura, habitada y deshabitada.

Por convocar a Napoleón y a Marianne, con una mirada tan irónica como lúcida. Por recordarnos que en ese espacio incomparable hay muchos cuadros de mujeres que pintan. Por ser una declaración de amor a tales lienzos y esculturas. Por una narrativa radical y bellísima. Por sus títulos de crédito. Por su final. Por tantas y tantas otras cosas.

Su exhibición en Sevilla es un auténtico regalo. Se proyecta en Nervión, que sepamos, hasta el jueves de la semana que viene en ciertos horarios, que deben consultar, y en versión original subtitulada. Bajo ningún concepto deberían permitir que se les escape.