Archivo diario: marzo 31, 2017

No solo cine: Lucia y las mujeres de la limpieza

Lucia Berlin, nacida en Alaska el 12 de noviembre de 1936, dijo adiós a la vida en Los Ángeles otro 12 de noviembre de 2004, a causa de la maldita enfermedad maldita que se cebó en sus pulmones. El mismo día de su 68 cumpleaños. Casi siete décadas de una existencia atormentada, nómada, singular, compleja y al límite, con tres matrimonios rotos – un escultor y dos músicos fueron sus compañeros – y cuatro hijos a los que tuvo que sacar adelante, durante una gran parte de su infancia, en solitario, cuando apenas si había cumplido los 30.

Con dolores permanentes desde su primera juventud, debido a la doble  escoliosis que padeció, fumadora impenitente, alcohólica por tradición familiar, adicción contra la que luchó en varios periodos, entrando y saliendo de varios centros de desintoxicación. Con el último de sus cónyuges heroinómano. Trabajando en urgencias de hospitales, en consultas, dando clases y como limpiadora, entre un largo etcétera. Acompañando a su hermana, terminal, durante un año. Y escribiendo, saben, escribiendo…

Elvira Lindo ha dicho de ella: «Cuando tuvo tiempo esta mujer para escribir, con estas agotadoras experiencias. Cómo pudo hacerlo mientras viajaba buscando un futuro mejor, mientras mecía a sus bebés, mientras buscaba droga para Buddy, mientras su propia dependencia del alcohol se lo permitía» Y también que «a pesar de estas vivencias tan duras cerró la puerta a la pena, al dolor y al remordimiento».

Lo hizo. 77 relatos en los que late una biografía ficcionada, llena de intensidad, humor, ferocidad y esperanza. 43 de los cuales se publicaron bajo el título de ‘Manual para mujeres de la limpieza». Un éxito fulgurante, un descubrimiento póstumo deslumbrante. Comparada con Chejov y Carver, pero descrita como más cosmopolita y generosa que este último.

Esta obra ha sido definida como singular, con olor a verdad, conocedora de los mecanismos del relato, en lo que cuenta y como lo cuenta. Libre, intensa, inteligente, sensible, tierna y valiente. Como un texto de mujer, nacido de la experiencia personal e intransferible de una mujer.

Once mujeres y un hombre, del club de lectura de quien esto firma, han aportado sus miradas sobre ella esta misma tarde-noche. Reiterando lo ya citado, hablando de su escritura «desde el otro lado». De su estilo, tan elaborado como directo. De la forma en la que convertía sus experiencias en materia literaria.

De su manera tan especial de ver y describir las cosas. De su cercanía o lejanía con sus historias. De sus señas de identidad tan norteamericanas y, a la vez, tan universales. De otras cuentistas, y colegas, excelentes como Alice Munro o Samantha Schweblin. De su odio por las comas, De sus finales tan potentes y particulares. De…

No dejen que se lo cuenten. Hónrenla y léanla.