La penúltima sesión de la segunda temporada de nuestra tertulia de cine registró otro lleno, pese a la coincidencia con el partido Sevilla-Benfica, final de la Europa League. Tres películas que comentar. La polaca ‘Ida’, de Pawel Pawlikowski. La francesa ‘El desconocido del lago’, de Alain Guiraudie y la estadounidense, ‘Dallas Buyer´s Club’, de Jean Marc Vallée. La crítica invitada, otro lujo, fue Mila Fernández Linares e incluso tuvimos el honor de contar también con Miguel Olid, cuya generosidad y apoyo a La Palabra y la Imagen agradecemos siempre.
Nuestra anfitriona no defraudó, todo lo contrario. Hizo gala tanto de conocimientos como de fluidez expositiva, aliñados con sentido del humor y una desarmante naturalidad. Sobre la primera cinta citada, hubo unanimidad sobre sus cualidades, calidades y valores. Su complejidad y densidad, condensadas en 80 minutos de metraje, fueron destacadas. Así como su factura clásica, su bellísima fotografía en blanco y negro, las excelentes interpretaciones de las protagonistas, su impecable ambientación, la historia dentro de la Historia.
La Polonia de los sesenta, los horrores de la guerra, el lado más oscuro de la vida frente a la protección del claustro. Las raíces, la identidad, las religiones, el miserable y criminal colaboracionismo de la ciudadanía del país respecto a sus compatriotas judíos. Pero también la sensualidad descubierta, el amor, la decisión, la fortaleza de una chica tan joven que quiere saber para escoger y la autodestrucción, otra opción terrible, de su única pariente, una mujer aniquilada. Y ese final…¿abierto o meridianamente claro?.
De la devastación al Eros. A la visibilización transgresora y sin tabúes de la homosexualidad masculina. La francesa, segunda cinta europea de la tarde, cuyo cine reivindicó nuestra maestra de ceremonias frente al norteamericano, también tuvo muchas y certeras aportaciones. Con las precisiones de su no proyección en la Clausura del Festival sevillano, del que fue la ganadora, y la censura encubierta de su proyección en una única sesión, la última de la noche en su estreno comercial en nuestra ciudad. Se habló de su mezcla de géneros, cine negro, thriller, amour fou. De su localización única. De su clima claustrofóbico en ocasiones, pese a su idílico escenario. Del cruising, que no es un deporte acuático… De la promiscuidad. De sus personajes. De la pasión devoradora de quien es testigo de un crimen y se entrega al asesino. Del detective. De esos desconocidos y sus juegos en el lago. De su complejidad y de su intensidad…
‘Dallas Buyer´s Club’ dio mucho y bueno de sí. La historia de este fascinante personaje real a quien le diagnosticaron el sida y un mes de vida y logró, contra viento y marea, sobrevivir siete años más gustó mucho, en general. Por descontado, los más que merecidos Oscar a Matthew McConaughey y a Jared Leto. La epidemia. Las vidas que se cobró en los ochenta antes de los antivirales. Sus treinta y seis millones de víctimas. La industria farmaceútica buscando únicamente la rentabilidad. El perverso sistema de seguros médicos solo para pudientes. La sanidad más clasista y privada. La FAD. Los Clubs que el, los protagonistas, promovieron también con miembros beneficiarios con posibles. Supervivientes y antihéroes en lucha contra el perverso establishment de la salud, tan excluyente y elitista.
El miércoles 4 de junio, a la misma hora y en el mismo lugar, será nuestra próxima cita y el cierre de esta brillante segunda temporada. Para celebrarlo debidamente, hemos escogido tres. Con algunos condicionales. Si la estimulante hindú, ‘The Lunchbox’, de Ritesh Batra, sigue en cartelera una semana más, será una de ellas. Dos más, a ver si se estrenan…, que tienen las mejores referencias. La rumana, ‘Madre e hijo’, de Calin Peter Netzer y la israelí, ‘Llenar el vacío’, de Rama Burshtein. Si se nos quedaran inéditas, está pendiente también ‘Hermosa juventud’, de Jaime Rosales y un debate sobre los últimos booms taquilleros de nuestro cine. Con Borja de Diego, otro etiqueta negra, como crítico invitado.
Sólo resta agradecer, como siempre, a Manuel de Medio, a La Casa del Libro, a Mila Fernández Linares y a l@s mejores tertulian@s del mundo mundial por hacer posible de nuevo otra velada enriquecedora y estimulante. Con los claxons, las tracas, los cánticos y los gritos de incontenible alegría que celebran la victoria sevillista de música ambiental, finalizo esta crónica. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.