Ciclo Truffaut: Jules, Jim… y Helen

Gracias sean dadas de nuevo por el magnífico ciclo de François Truffaut, que el Instituto Francés de Sevilla y Cinesur Nervión han organizado. Y muy especialmente en el caso de la cinta que nos ocupa, proyectada ayer. Porque quien esto firma, que no había revisitado ‘Jules et Jim’ desde hacía décadas, ha tenido ocasión de profundizar en la fascinante personalidad de la mujer que amó  y  fue amada a y por estos dos hombres.

Una mujer, eje,  motor y protagonista fundamental de esta historia que, sin embargo, no aparece en su título. Se trata de Helen Grund, luego conocida como Helen Hessel e interpretada aquí por la maravillosa Jeanne Moreau, bajo el nombre de Catherine. Los otros dos vértices del triángulo real – que en la película aparecen bajo los rasgos y el talento de Oskar Werner y Henri Serre, como Jules y Jim, respectivamente – fueron Franz Hessel, con el que ella se casó, y Henri-Pierre Roché, que fue su amante.

Este último fue el autor de la novela, del mismo título, en la que el realizador francés se inspiró para esta obra, destinada a ser la primera de su filmografía. Finalmente, fue la tercera, tras ‘Los cuatrocientos golpes’ y ‘Tirad sobre el pianista’ ambas ya exhibidas. Quien esto firma no pudo, por circunstancias inesperadas y del todo ajenas a su voluntad, quedarse al coloquio dirigido por Joaquín Asencio, que tuvo por cierto una divertida, burbujeante y cantarina presentación a cargo de la agregada cultural del organismo, Annouchka De Andrade. Así que no sabe si se mencionó a la dama en cuestión o no…

Pero, volviendo a ella, esta singular y longeva berlinesa (1886 -1982) fue, según fuentes de Wikipedia y de su biógrafa Marie Françoise Peteuil, pintora, periodista, resistente, traductora y feminista, entre otros muchos registros. Su existencia estuvo llena de aventuras tan estimulantes como peligrosas.  Así, rescató a su ex marido de una muerte segura, se convirtió en granjera y reunió en su casa parisiense a buena parte de la intelectualidad alemana.

Provocadora, de fuerte temperamento, transgresora y fiel a sí misma hasta lo insoportable para su entorno y por encima de todo, así la han dibujado. El filme la retrata sobre todo como gran seductora y carismática, pero también frívola, caprichosa, tiránica y egoísta -para no hablar de ese final… – sin hacer apenas mención a sus muchos valores, anteriormente descritos. En esta entrada, no se pretende hacer su crítica. Solo reseñar que sus cualidades míticas siguen intactas.

Pero también dejar constancia de dos lacerantes escenas insultantemente misóginas. Los protagonistas recitando a Verlaine en su versión más machista y el desprecio absoluto de un joven a su pareja, una chica a que se considera estúpida y silenciosa, y se la trata como a a tal, para solaz y mofa del varón y de sus colegas. Repulsivas hasta decir basta.

Helen Hessel, una mujer excepcional a la que no se ha hecho la justicia que le corresponde. Una mujer excepcional que vivió intensamente y fue musa, amiga, valedora y mecenas de los artistas y pensadores más ilustres de su tiempo. Hijo suyo, por cierto, fue el conocido Stéphane Hessel (1917-2013), diplomático, escritor,  militante político, uno de los redactores de la Declaración de los Derechos Humanos y autor del famoso libro ‘Indignaos’. Bendita la rama que al tronco sale…

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