En el Centro Cívico Las Sirenas de Sevilla, ha tenido lugar hoy un merecido homenaje a la escritora, y tantas otras cosas más, María Teresa León, que han organizado conjuntamente el PCE de Andalucía y la editorial Atrapasueños. Presidido por las banderas roja y republicana, comenzó con una actuación extraordinaria que puso música, al cante y al toque, a poemas de Alberti , dedicados a ella.
El presentador, Daniel González Rojas, concejal de IU, dijo de la protagonista que «tenía todas las papeletas para caer en el olvido, por ser mujer, roja y mujer de. Porque nos han contado la Historia desde los vencedores, y desde los hombres, y seguirá en el exilio mientras no se publique en este país toda su obra»
Julia Hidalgo Argüeso, del Movimiento Democrático de Mujeres, recordó las modestas palabras de la autora: «Dejo a las mujeres de España mi entusiasmo por la vida. Nada más tengo». Glosó que «tuvo una vida esplendorosa» y destacó sus convicciones políticas por la igualdad de género, su republicanismo – «fue mucho más que una de las Sinsombrero» – su profundo antifascismo, su comunismo y su solidaridad – «hemos construido un puente de poesías y de cartas, un puente de militancia solidaria»- le escribió al recientemente desaparecido Marcos Ana.
Destacó que es una tarea revolucionaria reivindicar a nuestros héroes y heroínas. Que aunque le abandonara la memoria, pese a escribir el mejor libro autobiográfico, la historia de este país no es entendible sin ella y debemos recordarla como una defensora acérrima de la libertad, la igualdad y la cultura. Aitana, su hija, presente en el acto, y María Teresa «no son colas de cometa, sino estrellas que brillan con luz propia».
Felipe Alcaraz la describió como «una dirigente política de primer nivel que, entre otras muchas cosas, organizó la salvación de la pinacoteca del Prado y del Palacio de Liria. Solo por esto merecería pasar a la Historia». Hasta ahí, todo bien. Solo que después centró la mayor parte de su intervención en la figura de Bécquer, biografiado por María Teresa, pero sin analizar el enfoque o la mirada de León sobre el poeta, sino hablando exclusivamente sobre él. Con cultura y erudición, sí, pero no era el homenajeado…
Aitana Alberti León igualmente habló del exilio, de la recepción calurosa a las gentes republicanas por parte de Argentina, Chile, México…, de las Brigadas Internacionales, de su propia obra lírica, también de la que escribió siendo aún una niña, de que ‘Contra viento y marea’ es un libro muy moderno. Pero apenas si incidió en la figura materna. Aunque finalizó su exposición con un poema dedicado a ella que termina así: «Cuando despierte el alba, recordaré el sabor de tus mejillas».
«Que no habite el olvido en su figura», se pidió en un acto tan necesario como pertinente . Pero, pese a todo, se ha incurrido en ello también en estas dos últimas, y esperadas, intervenciones. Una pena.