Archivo mensual: febrero 2018

‘Lady Bird’: Girlhood

Girlhood es la definición del periodo en la vida de una niña-joven entre los o y 18 años. Así como el título de una estimable película que dirigió otra mujer, la francesa Céline Sciamma, en 2014, que tuvimos ocasión de ver en el SEFF. La que nos ocupa, ‘Lady Bird’, narra, en clave independiente y de comedia agridulce o dramática, la iniciación a la vida adulta de una chica que se hace llamar así, integrada en su contexto familiar, de lugar de residencia, educativo, social y amistoso.

Y a fe que esta protagonista es una suerte de alter ego de la actriz, directora y firmante del guión, Greta Gerwig – cosecha del 83, natural de Sacramento donde su personaje central vive y estudió, como ella lo hace en el film, en una escuela católica, hija de una enfermera… Para qué seguir – así que esta ópera prima tiene un componente autobiográfico innegable.

Lady Bird arranca con una frase, debida a Joan Didion, que es toda una declaración de principios : «Aquel que hable del hedonismo en California, nunca ha pasado una Navidad en Sacramento». Como la que le comenta Lady Bird, Christine en realidad, a su madre en el arranque del filme : «Odio California, quiero vivir a través de algo, quiero ir a la Costa Este, donde está la cultura» Eso se lo dice a su madre cuando ambas lloran a lágrima viva en una de sus actividades comunes favoritas en el coche, escuchar en la radio un fragmento de Las uvas de la ira, de John Steinbeck.

Escenas de este tipo son las que hacen que esta no sea una película indie más de adolescentes desubicadas e inquietas. Transmite vida, alma y credibilidad tanto en su forma como en su fondo. Nada resulta impostado, ni tampoco artificiosamente espontáneo. Por el contrario, es diferente, emotiva y singular.

Revela el desencuentro de una madre y una hija que se adoran, pero que chocan, debido al afán de su progenitora por conservarla e imponerle sus puntos de vista en el año de gracia de 2003.Y también las amistades, ciertos desclasamientos, las traiciones, las deslealtades, la educación católica pero no oscurantista, la autocrítica, el perdón…

…Los estudios, el trabajo, las aspiraciones artísticas y educativas, antes que amorosas, aunque también haya romances. Pero no son prioritarios Todo ello, en el contexto de un modo de vida en el que solo el dinero puede lograr ciertos sueños. El acceso a la vida adulta con un bagaje complejo, si bien desequilibrado, cuya escala de valores no coincide con otros filmes indies más superficiales.

94 minutos de metraje. La fotografía, matizada y luminosa, se debe a Sam Levy y la música, que subraya y no se impone, a Jon Brion. Entre su excelente y atractivo reparto – Laurie Metcalf, Lucas Hedges, Timothée Chalamet… – destaca una espléndida Saoirse Ronan. 2 Globos de Oro y 5 nominaciones a los Oscar son algunos de sus avales.

Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 7 de marzo. VÉANLA Y HÁGANLO CUANTO ANTES. Es un consejo.

‘The party’: Adivina qué pasa esta noche

La guionista, música, directora de teatro y realizadora inglesa Sally Potter, cosecha del 49, Oficial de la Orden del Imperio Británico desde 2012 «por sus servicios al cine» – que tiene en su haber películas como ‘Orlando’, sobre la novela homónima de Virginia Woolf, o ‘La lección de tango’- aborda en ‘The party’ una historia minimalista, pero de muy largo alcance.

Una historia – rodada íntegramente en blanco y negro, de 71 minutos de metraje, con una excelente fotografía de Aleksei Rodionov, cuyo milimétrico guión ha sido escrito también por ella misma y que se desarrolla en un único espacio, pero en la que su agilidad y ritmo eluden el riesgo del teatro filmado – que sigue a una mujer, que convoca en su casa a sus amistades más íntimas, para celebrar un nombramiento que supone el culmen de su carrera. Pero nada ocurrirá de acuerdo a lo previsto…

Potter se sirve de sus personajes – la flamante ministra de Sanidad, su cónyuge, un intelectual e historiador que renunció a una cátedra en Yale por apoyarla en su carrera política; su más querida amiga y compañera de lucha, ahora cínica y descreída, pero siempre leal, y su excéntrico esposo alemán, coach espiritual;  su colaboradora más próxima, una figura invisible pero crucial, su banquero y cocainómano marido presa de una debacle emocional y una pareja de lesbianas, profesora de Estudios de Género y cocinera respectivamente que esperan trillizos varones por fecundación asistida – para disparar impíamente sobre los grandes temas contemporáneos en clave de irresistible comedia negra.

Lo hace sirviéndose de giros inesperados y brillantes en la trama. Una trama cíclica que se inicia como concluye, excepto por una revelación clave. El relato es, por otra parte, pródigo en revelaciones y golpes de efecto que, pese a su aparente ligereza, conllevan una gran carga de profundidad.

El rol masculino de soporte que se ve cuestionado cuando la pareja triunfa; el intelectual enfrentado, en más de un sentido, al banquero; la política con sus glorias y miserias: la fe y la espiritualidad y la medicina alternativa puestas en solfa, pero útiles asideros en situaciones límites. Las diferentes formas de vivir y sentir el matrimonio, las relaciones, el feminismo y el lesbianismo… La mirada vitriólica de Sally Potter es tan impía, cínica y desternillante, sobre todo ello y sobre sus protagonistas, como eficaz.

Tiene, por si esto no fuera ya poco, un reparto tan atractivo y sólido como impecable. Kristin Scott Thomas, Bruno Ganz, Timothy Spall, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Cherry Jones y especialmente una inconmensurable Patricia Clarkson.

Es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 7 de marzo. VÉANLA SIN FALTA Y CUANTO ANTES.

‘La enfermedad del domingo’: Heridas

Quien esto firma, salió de ver esta película – escrita y dirigida por el malagueño Ramón Salazar, cosecha del 73, con ‘Piedras’ o ‘10.000 noches en ninguna parte’, en su haber; bellamente fotografiada por Ricardo de Gracia, con música de Nico Casal, que solo suena en contadas ocasiones y con un reparto en el que destaca, ante y sobre todo, el prodigioso mano a mano interpretativo entre las eminentes Bárbara Lennie y Susi Sánchez, el orden de los factores no altera el producto. A quienes también acompañan con solvencia, en mínimas apariciones, Miguel Ángel Solá, Richard Bohringer o Greta Fernández – hondamente conmocionada y al borde de las lágrimas.

Y esto lo escribe para que quede constancia de que esta no va a ser una crítica al uso, si es que alguna lo es dentro de este blog tan particular. Porque la historia de una hija que, poco más de 30 años después de ser abandonada por su madre cuando contaba 8 y era domingo, localiza y es identificada por su progenitora a la que le pide que pase 10 días con ella en la antigua casa familiar y algo más que en esta entrada no va a desvelarse… contiene tantas lecturas y sugerencias que merecen un tratamiento distinto.

Porque estamos ante dos mujeres paradójicamente unidas por los muy poderosos vínculos de la ira, la culpa, el imposible olvido, los secretos, los silencios, las mentiras, lo no compartido y separadas por todo lo demás, la clase, la formación, el entorno que habita cada una y sus circunstancias tan antagónicas.

Porque es la más joven, tenía que ser ella, quien invita a la dama de la alta burguesía, urbanita, sofisticada y filántropa, a compartir diez jornadas extrañas y desconcertantes en su bellísimo espacio rural de bosques y montes – dotados de un atmósfera poética y casi onírica, a la par que salvajemente realista – donde se desenvuelve a su aire, en solitario, y totalmente fuera de las convenciones sociales.

Porque en su puesta en escena, hermosa y desasosegante, las secuencias se cierran como cada  proyección de las diapositivas de esa mínima parte de la existencia compartida en común. Porque convierte el itinerario físico y emocional del reencuentro en algo diferente, tan intenso como inquietante, tan emotivo como feroz. Porque se hace sentir el desprecio. la rabia acumulada tanto como el afecto denegado y la nostalgia de lo que no pudo ser.

Porque traza dos complejos y sabios retratos de mujer, servidos, todas las veces que se diga son pocas, por dos actrices prodigiosas en estado de gracia. Porque las muestra cara a cara, como personas antes que madre e hija. Porque lo que no se dice, lo que no se muestra, lo que está en el fuera de campo tiene tanto valor como lo exhibido. Tanto o más. Porque no las  juzga. Porque no hay condenas morales, solo las consecuencias de ciertos actos. Por ese final…

A la animalista que esto firma -«ningún animal fue maltratado en este rodaje» – le dolieron dos escenas. Brevísimas, pero fuertes.  Aunque puede entender que, de alguna manera, son necesarias en el relato. En esta suerte de cuento cruel e intensamente emotivo de amor y dolor, de pérdida y de reencuentro, que bajo ningún concepto deberían perderse.

En cartelera: M de mujeres

Para quien esto firma, supone una enorme alegría dejar constancia de una oferta de películas de estreno cuyas historias están mayoritariamente protagonizada por mujeres. Porque es un hecho lamentablemente excepcional. Pero este viernes, en el que conmemoramos el 37 aniversario del siniestro intento de golpe de Estado del 23F, se da esa feliz circunstancia, incluso con una de ellas tras la cámara. Destacamos cinco por este orden, tres estadounidenses, que también pueden verse en versión original subtitulada; una coproducción germano francesa doblada y una española.

La primera es ‘Lady Bird’, de Greta Gerwig. Entre el drama, la comedia y el cine independiente cuenta la historia de una estudiante que se hace llamar así y que intenta encontrar su propio camino, lejos de la sombra materna. Excelentes críticas, 1 Globo de Oro y 5 nominaciones a los Oscar. ES UNA DE LAS ELEGIDAS PARA DEBATIR EN LA PRÓXIMA SESIÓN DE NUESTRA TERTULIA DE CINE LUIS CASAL PEREYRA DEL 7 DE MARZO. HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

La segunda es ‘Yo, Tonya’, de Craig Gillespie. Ambientada en los años 90, es una mezcla de géneros entre el drama y la comedia negra, basada en la historia real de una patinadora, Tonya Harding, que cosechó éxitos deportivos ensombrecidos por una conducta sospechosa. 1 Globo de Oro, 1 BAFTA y 3 nominaciones a los Oscar, junto a sus excelentes críticas, avalan su visión obligada.

La tercera es ‘Todo el dinero del mundo’, de Ridley Scott. Un drama basado en el hecho real del secuestro del nieto del magnate John Paul Getty, al que su nuera trata de convencer desesperadamente para que pague el rescate. Una nominación a los Oscar. División de opiniones, predominando las positivas y no hay que obviarla.

La cuarta es ‘En la sombra’, de Fatih Akin. Cuenta la historia de la venganza de una mujer cuyos marido e hijo son asesinados en un atentado terrorista. Mejor Actriz en Cannes para Diane Kruger y varios premios de asociaciones de críticos a la Mejor Película de habla no inglesa, aunque no esté nominada al Oscar por dicha categoría. Contraste de pareceres, pero hay que verla.

Y la quinta es ‘La enfermedad del domingo’, de Ramón Salazar. Trata de un reencuentro muy especial, el de una madre y una hija treinta y cinco años después de que la primera abandonara a la segunda. Excelentes críticas y muy aplaudida tras su proyección en la Sección Panorama del Festival de Berlín. Protagonizada por las magníficas actrices Susi Sánchez y Bárbara Lennie. No hay que perdérsela.

‘La forma del agua’: Guerra Fría, corazones ardientes

Quien esto firma, ha visto dos veces ‘La forma del agua’, producción norteamericana de 123 minutos de metraje, dirigida por Guillermo del Toro, quien también la escribe junto a Vanessa Taylor, que cuenta con una hermosa fotografía de Dan Lautsen y una sugerente y evocadora partitura de Alexandre Desplat, junto a temas de clásicos musicales, y con un prodigioso equipo técnico que borda cada plano, cada secuencia, que hace magia con los efectos especiales y que tiene una prodigiosa dirección de arte. Que viene precedida de tantas aclamaciones como rechazos críticos y de reconocimientos tales como el León de Oro en Venecia, 2 Globos de Oro, 3 BAFTA y 13 nominaciones a los Oscar.

En cuanto al reparto, en estado de gracia, destacamos a una extraordinaria Sally Hawkins y a unos no menos notables Octavia Spencer, Richard Jenkins, Doug Jones, Michael Shannon, o Michael Stuhlbarg, entre un larguísimo etcétera. Quien esto firma, repite, la ha visto dos veces confirmando su primera impresión de estar ante una hermosa, fascinante, diferente, compleja y muy arriesgada mezcla de géneros como el fantástico, el drama romántico, la metáfora política y el thriller.

Quien esto firma, es consciente – pese a su inveterada costumbre de no leer las críticas ajenas antes de escribir las propias – de que va a estar en minoría respecto a otras opiniones muy cualificadas, a las que tiene en gran estima.

Porque quien esto firma ha amado esta historia de una joven muda, pero no sorda, «la princesa sin voz», limpiadora en un laboratorio de alto secreto, empática y sensible; de su mejor amiga y compañera, una afroamericana lúcida y malcasada; de su mejor amigo y vecino, un dibujante de talento, pero rechazado, ex alcohólico, homosexual, cinéfilo y gatófilo; de un doctor entre dos mundos y dos países y de una criatura anfibia arrancada de su hábitat marino. Tod@s ell@s humillad@s y ofendid@s en función de sus diferencias y en el contexto de una feroz Guerra Fría en la que combaten siniestros personajes civiles, militares y espías, los villanos de la función, los malvados de este cuento.

Quien esto firma, se ha sentido absorbida por una intensa y conmovedora historia de amor y dolor, de pérdida y salvación, de vida más allá de la vida, entre dos seres únicos. Por estas múltiples historias de afecto, solidaridad y amistad que la habitan. Por su homenaje al cine, al musical clásico y muy especialmente a sus actrices, con todas sus consecuencias y referencias. Pero también por el retrato en negro – impío, con un humor soterrado y una cáustica ironía – del abuso de poder. De la tosquedad, zafiedad, incultura, crueldad e incompetencia de determinados funcionarios gubernamentales y sus lacayos.

Es una de las elegidas para comentar en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 7 de marzo. Habrá debate, por supuesto… Véanla, coincidan o discrepen, pero véanla.

‘El hilo invisible’: El tiempo entre costuras…

Quien esto firma, estima gran parte de la filmografía del guionista, productor y realizador Paul Thomas Anderson – cosecha del 70, con títulos en su haber como ‘Sidney’, ‘Magnolia’ o ‘The Master – pero no ha conectado con esta su última propuesta que ha suscitado, no obstante, admiraciones encendidas por parte de gente muy cualificada. Ténganlo muy en cuenta.

Al entender de esta firmante, ‘El hilo invisible’ – 130 minutos de metraje, escrita y bellamente fotografiada también por su realizador, con una buena partitura de Jonny Greenwood y excelentes interpretaciones de Daniel Day-Lewis, muy especialmente, Lesley Manville y Vicky Krieps, 4 nominaciones a los BAFTA y 6 a los Oscar – tiene una excelente factura y una puesta en escena hermosa, elegante y estilizada -lógicamente asociada al microcosmos que describe… – junto a una frialdad en el tratamiento, que supuestamente esconde intensas pasiones y oscuros secretos en el fuera de campo. Supuestamente, ahora se entrará en ello, porque…

…Porque el presunto refinamiento del que hace gala es unidireccional, a mayor honra y gloria de un personaje egocéntrico, déspota, tiránico y absolutamente misógino, que nos es mostrado con mucha mayor admiración que crítica. Porque el pretendido romance gótico no es tal sino un sometimiento de la mujer, de las mujeres que le rodean. Como su enamorada, su hermana y el personal a su cargo. Porque la reacción tardía, esquinada y perversa – de esas que encandilan a mucha gente de la crítica – de la protagonista no es afirmativa, sino absolutamente subordinada. Nunca hay un intercambio de igual a igual, nunca.

Porque recoge clichés tópicos como la veneración por la figura materna y oscuros conflictos familiares tramposamente sugeridos, pero vacíos de contenido. Porque a quien esto firma tampoco le ha parecido de recibo que no incidiera más – como ha hecho en otros filmes suyos con intensidad y talento – en las glorias y miserias de una época y un país dentro de un entorno privilegiado y excluyente. Porque le ha aburrido, a la par que irritado, este tiempo entre costuras.

En fin. Es solo la opinión de esta firmante. Véanla y fórmense la suya propia.

‘En cartelera’: Síndromes postraumáticos y dos películas para una tertulia

En este adelanto de la nuevas oferta de la cartelera de mañana destacamos tres películas, que también  – al menos, dos de ellas – se exhibirán en su versión original. A saber, y se comentarán por este orden, dos estadounidenses y una británica.

La primera es ‘Deber cumplido’, ópera prima de Jason Hall, sobre la novela de David Finkel, basada a su vez en hechos reales. Sigue a tres soldados estadounidenses que han vuelto de Iraq e intentan adaptarse a sus familias y nuevas vidas, pese a sus traumáticas vivencias  bélicas. Ha cosechado contrastes de pareceres, pero han interesado sus mensaje y tratamiento y hay que darle una oportunidad.

La segunda es la gran estrella. Hablamos de ‘La forma del agua’, de Guillermo del Toro. Entre el thriller, el fantástico y el drama romántico, narra la historia de amor entre la conserje de un laboratorio y un hombre anfibio allí encerrado, en los años 60, en plena Guerra Fría. Precedida de excelentes críticas y de reconocimientos tales como el León de Oro en Venecia, dos Globos de Oro y 13 nominaciones a los Oscar, ES UNA DE LAS ELEGIDAS PARA DEBATIR EN LA PRÓXIMA SESIÓN DE LA TERTULIA DE CINE LUIS CASAL PEREYRA, DEL MIÉRCOLES, 7 DE MARZO. No hay que perdérsela y hay que verla cuanto antes.

Y la tercera es ‘The party’, de Sally Potter. Mezcla asimismo de géneros como el drama, la comedia, la comedia dramática y la comedia negra, narra la historia de una fiesta, celebración de un importante nombramiento, que se convierte en un desastre inesperado. La avalan también las mejores referencias y tiene un reparto de lujo, en el que destacan Kristin Scott-Thomas, Emily Mortimer. Timothy Spall o Patricia Clarkson. ES OTRA DE LAS ELEGIDAS PARA DEBATIR EN LA SESIÓN DE MARZO DE NUESTRA TERTULIA DE CINE YA CITADA. VÉANLA CUANTO ANTES.

 

 

‘The Florida Project’ : Los juegos del hambre

Hay ideologías recalcitrantes en la ficción cinematográfica que no pasan por tales, sino que se disfrazan de normalidad. Como el retratar mayoritariamente a un determinado sexo en detrimento del otro; a una determinada raza en detrimento de las otras; a una determinada opción sexual en detrimento de la otra; a una determinada especie dominando a las otras o a una determinada clase pudiente en detrimento de la desfavorecida.  A quienes componen esta última, el cine suele mostrarles en las claves más marginales y melodramáticas. Pero esta película es la excepción.

115 minutos de metraje. La dirige, y la escribe junto a Chris Bergoch, Sean Baker – cosecha del 71, que ha declarado a Luis Martínez en una entrevista de El Mundo: «Mi cine es una respuesta a lo que no veo… en él hay una voluntad de enseñar lo que siempre permanece oculto» – la fotografía, en tonos pasteles y matizados en paradójico contraste con lo narrado, se debe a Alexis Zabé. Los temas musicales se integran perfectamente en el relato y no hay banda sonora, no cabe, propiamente dicha. El reparto, en estado de gracia, transmite naturalidad y credibilidad. Destacamos a Willem Dafoe, nominado al Oscar al Mejor Actor de Reparto, en un registro muy distinto al que acostumbra, y a la prodigiosa Brooklynn Prince.

La clase de gente mostrada en esta película no tiene la silenciosa dignidad de l@s desheredad@s de Kaurismäki, ni el compromiso político de la clase obrera tradicional, ni la marginación romántica o lírica de ciertos miserables. No. Son personas sin domicilio fijo, ni ayudas sociales, ni acceso a empleos dignos, porque carecen de educación y todas las oportunidades les están vetadas. Así que recalan en moteles cutres, trapichean como pueden, con suerte tienen un empleo esclavo y desde luego, hij@s.

Esta historia sigue a una niña de seis años, hija de una madre soltera jovencísima que, junto a otras familias mayoritariamente compuestas por mujeres, malviven en esos espacios de Florida justo al lado de una de las encarnaciones del Sueño Americano, Disneyworld, un lugar que les resulta tan mítico como inaccesible.

Pero ella y sus amistades, que comparten tal destino, juegan y se evaden, crean sus propios códigos y reglas, hacen de cada día una fiesta entre descubrimientos y travesuras sin ignorar, aún no comprendiéndolo en su integridad, el círculo vicioso institucional que les oprime.

Juegan contra unas normas que las encadenan a un destino inamovible e ingrato. Juegan pese a todas sus carencias, pese al desorden de sus modus vivendi. Juegan contra las necesidades básicas elementales no satisfechas, sin dinero, sin tener asegurada la comida, ni siquiera el techo tan cutre que les cobija. Juegan, ríen, inventan y se revuelven contra un mundo y unos códigos adultos que no respetan y que no les respetan.

El realizador les muestra ante nuestros ojos, en estado puro. Sin concesiones, ni condescendencia, ni paternalismos. Sin juzgarles, sin culpa y con empatía. No manipula nuestros sentimientos, pese a ser muy emotiva. No ofende nuestra inteligencia, ni nuestra conciencia, con otra conclusión que la única posible.

La ilusión está ahí mismo, pero la pesadilla también… Un aldabonazo en nuestras existencias privilegiadas sin subrayados, trampas ni pretensiones. Una película valiosa y necesaria que nadie debería perderse.

15:17, tren a París: Choque frontal

Clint Eastwood es un clásico viviente, una leyenda del cine a sus 87 años, pero quien esté libre de pecado… En fin, en esta su última propuesta cinematográfica patina estrepitosa y lamentablemente. Se trata de la tercera entrega de una trilogía dedicada a los héroes americanos de la llamada vida real. Todos ellos, de género masculino y alguno dudosamente ejemplar.

O lo que es lo mismo, el Chris Kyle de ‘El francotirador’ (2014), el Chesley Sullenberger de ‘Sully’ (2016) y los Anthony Sadler, Spencer Stone y Alek Skarlatos de  ’15:17, tren a París'(2018) –  94 minutos de metraje, con un guión de Dorothy Blyskal, sobre el libro de los personajes centrales, una correcta fotografía de Tom Stern y una discreta banda sonora de Christian Jacob –   que ellos protagonizan y que da cuenta tanto de la forja de su amistad, desde sus años infantiles, hasta su gesta el 21 de agosto de 2015, en el que evitaron un atentado terrorista en el ferrocarril en el que viajaban con 500 pasajeros a bordo.

El descarrilamiento fílmico es frontal. A quien esto firma, no le ha interesado absolutamente nada la historia y menos aún como la cuenta. No hay en ella nada emotivo, ni épico, ni siquiera heroico, por mucho que se nos intente mostrar como tal. Está desprovista de verdad y de vida, de ritmo y de intensidad, incluso en las escenas en las que la acción debería ser más trepidante. Reaccionaria e imperialista hasta la naúsea, es además, pecado mortal,  aburrida y, por momentos, ridícula.

Errada tanto en los retratos personales como en la hazaña, la mezcla de ambos elementos resulta indigesta y fallida de principio a fin. Desprovista de sentido del humor, resulta – al menos, para quien esto firma – involuntariamente cómica en la descripción de los tres viajeros, verdaderos paletos ignorantes tanto en Roma, Venecia, Ámsterdam o Berlín, atentos a los clichés más tópicos de cada una de las ciudades, de selfie en selfie… para no hablar del entrenamiento o de la mística militar.  O de la descripción de ciertas bondades anatómicas de algunas mujeres con las que se cruzan. Irritante, sexista e innecesaria. O de…

Larga vida, Mr Eastwood. Entre otras cosas, para que vuelva por sus fueros y nos haga olvidar que ha perpetrado este subproducto indigno de su talento.

 

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Temporada 6: ¡¡¡Que vienen los Oscar!!!

Arrebatadora, participativa, divertidísima y multitudinaria la sesión de esta noche de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Con un brillante invitado, todo un lujo y un honor, como José Luis Ordóñez – cosecha del 73, filólogo, crítico de cine y colaborador, desde el 2010 en Canal Sur Radio y en otros medios como las revistas Scifiworld, Aldaba o Solo Novela Negra. Escritor, guionista y dramaturgo que ha cultivado la novela de terror, la infantil o el género negro en títulos como ‘Madera podrida con un clavo oxidado’, ‘Lo macabro del amor’ o ‘237’ y ha cosechado premios tan importantes como el Sexto Continente de Relato Negro o el del XV Certamen Literario de la Universidad de Sevilla, entre un larguísimo etcétera – nada podía salir mal. Sino todo lo contrario.

Pero es que además de tan estimulante anfitrión – que hizo gala de su sabiduría cinematográfica y de un estupendo sentido del humor – contamos con la presencia de amigos y expertos tales como Enrique Colmena, Alejandro Reche Selas, Juan Antonio Hidalgo, Lucía Ordóñez y José Miguel Moreno Bautista, con lo cual el debate se enriqueció aún más si cabe, fomentando las excelentes intervenciones que tuvieron lugar a cargo de ell@s mism@s y del inmejorable plantel de tertulian@s.

Las tres películas lo merecían. Todas ellas precedidas de inmejorables referencias, reconocimientos y en la carrera imparable hacia las estatuillas más famosas del mundo.

Como ‘Tres anuncios en las afueras’, de Martin McDonagh, Premios del Público en San Sebastián y Toronto, Mejor Guión en Venecia 4 Globos de Oro, 9 nominaciones a los BAFTA y 7 a los Oscar. Suscitó aclamaciones unánimes de fondo y de forma. A su reparto, a su diabólica mezcla de géneros, a su guión tan milimétrico, aunque con algunas reservas por ciertas trampas en sus giros narrativos, a sus secundari@s, a Woody Harrelson, Sam Rockwell y, sobre todo, Frances McDormand. Gustaron mucho sus críticas a la América Profunda, al matonismo policial, al racismo y su construcción de personajes villanos, pero complejos. También un final abierto, aunque demasiado para algun@s…

‘Los archivos del Pentágono’, de Steven Spielberg, suscitó más división de opiniones. Especialmente en lo referido a su primera parte, entre lo imprescindible y consecuente y lo farragoso. También se cuestionaron, aunque gustaran, su épica del periodismo y sus referentes cinematográficos. Elogios unánimes a su puesta en escena, a su calidad incontestable como cineasta, a su reparto con una eminente Meryl Streep, a unos secundarios de oro, a un excelente Tom Hanks, del que se destacó lo injusto de su ausencia en las nominaciones y la del realizador, Su banda sonora, su fotografía, su final, su…

‘Call me by your name’, de Luca Guadagnino enamoró a la mayoría de l@s presentes con un romance gay nada convencional, en un entorno hermoso, culto, ilustrado, artístico y cultivado en el que todos los personajes son nobles. Se valoraron especialmente su ritmo, su tempo al desarrollar la historia entre los protagonistas, su sutileza y su sensibilidad. Su conclusión, Su nostalgia nada tramposa. Su atractivo reparto, El entorno, el padre y la madre, la conversación padre e hijo. Su estilo y narrativa a contracorriente de lo que se filma en el cine contemporáneo, pero se le reprocharon su elitismo y el ser excesivamente perfecta. Su…

El miércoles, 7 de marzo, más. Debatiremos tres películas más que prometedoras, de las cuales dos están realizadas por mujeres. A saber, ‘La forma del agua’, de Guillermo del Toro, multipremiada y con 13 nominaciones a los Oscar. Se estrena el viernes, 16 de febrero. HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

The party’, de Sally Potter. También se estrena el viernes, 16. Es una comedia dramática y negra en torno a una reunión de amig@s que deriva en… Precedida de excelentes críticas, HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

‘Lady Bird’, de Greta Gerwig. Entre el drama, la comedia e inserta en el cine independiente norteamericano sigue a una joven dotada para el arte que pretende seguir su propio camino fuera de la sombra protectora de su madre. Estupendas referencias y reconocimientos tales como 5 nominaciones a los Oscar. Se estrena el día 23. HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Gracias a Casa del Libro, a Rafael García, a Gema, a José Luis Ordóñez, a Lucía Ordóñez, a Juan Antonio Hidalgo, a José Miguel Moreno Bautista, a Enrique Colmena, a Alejandro Reche Selas y a l@s mejores tertulian@s del mundo mundial por otra velada memorable. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.