‘Alma mater’: Casa desolada

En estos tiempos aciagos en los que tres potencias occidentales han atacado a un país de Oriente Próximo, Siria – a su vez devastado por una llamada guerra que dura ya siete años y que se ha cobrado casi medio millón de víctimas civiles – es más que pertinente esta coproducción belga-franco-libanesa de 2017, ambientada en él aunque nunca se mencione.

87 minutos de metraje, escrita y realizada por el director de fotografía, guionista y realizador Philippe Van Leeuw, cosecha del 54 – segunda de su filmografía ocho años después de ‘El día en el que Dios se fue de viaje’ (2009), en la que el personaje central es una joven que malvive escondida en pleno genocidio ruandés – cuyas imágenes se deben a la sensibilidad, los matices y el talento de Virginie Surdej y cuya banda sonora, que se integra en el pathos del relato, es de Jean-Luc Fafchamps.

La historia, de reparto coral, tiene, sin embargo, su alma mater en esa mujer  fuerte, valiente y decidida – una espléndida Hiam Abass, pero también es ineludible mencionar a Diamond Bou Abboud, actrices ambas excelentes y de una sólida carrera, sobre todo Abass – quien, en ausencia del marido, opositor al régimen, debe tomar el mando de una casa, y de una situación límite, en la que se encuentran sus dos hijas, su hijo, su suegro, su sirvienta, el novio de la mayor que ha venido a visitarla y no puede salir y una joven madre vecina y su bebé que planea fugarse con su proscrito marido, también opositor.

Son l@s únic@s habitantes de un bloque de apartamentos sitiado por bombardeos, francotiradores, paramilitares y ladrones saqueadores, así que la supervivencia será más que complicada Más aún cuando tiene lugar un trágico suceso, que debe ocultarse por la seguridad de tod@s.

Y eso sabe plasmarlo muy bien Van Leeuw con un ambiente claustrofóbico, en el que lo más elemental escasea, las puertas están aseguradas con listones de madera, las cortinas echadas, el enemigo al acecho y la cocina se convierte en el único e improvisado refugio antiaéreo. Su compromiso está con es@s civiles inocentes que deben, al mando de una progenitora, amiga, vecina y nuera excepcional, atender tanto al orden doméstico, al día a día, como a evitar ser masacrados.

Elude además los tópicos del ardor guerrero épico y heroico al uso masculino, tan caro al cine bélico, pero resalta un coraje y una dignidad infinitamente mayores encarnadas especialmente en las mujeres. Porque ellas son, además, y una escena atroz lo prueba, botines de guerra. Porque entre las víctimas también hay silencios, secretos, sospechas y dudas pero, sobre todo, empatía y solidaridad. Porque ninguna – pese a ser musulmanas – está velada. Porque no es un hogar miserable y además, está lleno de libros.

Cruel y conmovedora, honesta, inquietante, diferente, valiosa, espléndida y necesaria, consiguió hacerse con los Premios del Público en Berlín, Copenhague y Sevilla, siendo, además, una de las elegidas para debatir en la próxima sesión del miércoles, 2 de mayo, de la tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Bajo ningún concepto deberían perdérsela. VÉANLA CUANTO ANTES.

2 Respuestas a “‘Alma mater’: Casa desolada

  1. Ayer estuve viéndola y solo puedo decir que me hizo llorar de impotencia!

  2. Pues sí, Enrique. Toda la razón.

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