‘El regreso de Ben’: Mater amatisima

Quien esto firma va a comenzar esta crítica al revés. Porque fue a ver esta película con todas las prevenciones y, sin embargo, le resultó bastante digna. Incluso comedida para el tema que trata… Porque, para el tema que trata, no se desarrolla en ambientes marginales, aunque inevitablemente se interne en ellos, sino en el de una burguesía más bien acomodada- pero no rica, ni millonaria al uso – con sólidos principios éticos y valores.

Porque, para el tema que trata, resulta, siendo un drama familiar y con pretensiones de llegar a un público muy amplio, bastante austero de fondo y de forma. Incluso prescinde de la banda sonora en muchas ocasiones y su puesta en escena – que subraya la tensión creciente del relato – no es, sin ser transgresora, nada convencional con planos y enfoques que muestran el pathos de un grupo humano, unido por fuertes lazos, al que zarandea una fatalidad que comenzó con una inocente visita médica y… quien esto firma no va a hacer spoiler.

Porque, para el tema que trata – un adolescente adicto, en rehabilitación, que vuelve a casa inesperadamente la víspera de Navidad y que dados los conflictos que ha ocasionado a su familia – su madre, su hermana y sus hermanos pequeños, niño y niña, afroamericanos como su padre y padrastro del protagonista, otra unión interracial vista en el cine norteamericano últimamente – la progenitora, que no se fía de su aparente mejoría, pacta con él seguirlo a todas partes y requisarle cuantas medicinas y productos puedan ocasionar su recaída – no incurre en esquematismos gruesos.

Porque para tratarse del tema que se trata, cuando todo se complica con el asalto violento a la casa y el robo del perro familiar y madre e hijo se internan en los turbios mercados de la droga en busca del secuestrador, no incurre en maniqueísmos simplistas.

Antes al contrario, revela la otra cara del vecindario, de los antigu@s compañer@s de instituto, de los irreversibles y de quienes perdieron definitivamente la batalla. Sí, hay un villano, pero no solo víctimas, también cómplices, como el propio personaje central que carga sobre sus espaldas con sus propias culpas. Hay una madre amantísima, dispuesta a todo. Pero también comprensión y lucidez hasta en quienes tendrían todo el derecho a odiar(le). Y un final tan inquietante como abierto…

98 minutos de metraje. Escrita y dirigida por el novelista, productor, dramaturg y cineasta norteamericano Peter Hedges -cosecha del 62, que tiene en su haber la notable ‘Retrato de April’ (2003) – muy bien fotografiada por Stuart Dryburgh y con una buena partitura, que no se impone, de Dickon Hinchliffe. Con dos poderosas interpretaciones de Julia Roberts y Lucas Hedges, uno de los actores jóvenes más dotados de su generación como demostrara en ‘Tres anuncios en las afueras’ o ‘Manchester frente al mar’ e hijo del realizador.

Yo, que ustedes, no me la perdería.

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