‘Los días que vendrán’: Filmar la vida

«Me dices que nuestro amor fue como un niño/ que das tu corazón a los días que vendrán…» Esta hermosísima balada, ‘Em dius que el nostre amor’ en la que Toti Soler puso música a un poema de Joan Vergés y que versionara tan bien María del Mar Bonet, es uno de los leit motivs  de esta película, con una de sus estrofas incluida en el título.

Una película que no tiene banda sonora propiamente dicha, pero en la que suenan preciosos y evocadores temas, perfectamente integrados en el relato, como el espléndido ‘A la vida’, de Ovidi Montllor que canta María Arnal quien, junto a Marcel Bagés, se ha encargado de la música. Una película, de 94 minutos de metraje, dirigida y coescrita – junto a Coral Cruz y Clara Roquet – por el cineasta, guionista y montador catalán Carlos Marqués-Marcet, cosecha del 83. Una película fotografiada con excelencia y mimo por Álex García.

Una película, tercera en la filmografía de su realizador, tras ‘10.000 (2014) y ‘Tierra firme’ (2017) que se emitió anoche, por cierto, en el programa ‘Versión española’. Una trilogía, o tríptico, sobre las relaciones contemporáneas de amor y desamor en las que las mujeres tienen un papel predominante y en las que los hombres deben asumir, aunque sea más bien forzadamente, ciertos códigos de las nuevas masculinidades. Una película que narra la historia de una pareja de treintañeros, periodista y abogado aún no insertados profesionalmente, que apenas llevan juntos un año y  que deben afrontar un embarazo imprevisto con todas las consecuencias afectivas, familiares, laborales y vitales que les supone y que ni siquiera pueden calibrar.

Una película cuyo rodaje se extendió a lo largo de un año, aunque se filmara en 50 días. Una película que surgió del embarazo de su protagonista, la espléndida María Rodríguez Soto, que también forma pareja con su compañero de reparto, el excelente David Verdaguer, actor fetiche de Marqués-Marcet. Una película que nos muestra a la hija de ambos, a los padres de ella y a la grabación del parto de la intérprete. Una película de ficción, pero que tiene muchos elementos tomados de la realidad.

Una película que aborda la gestación como un proceso exento de mitos y de místicas, con sus miedos, sus incertidumbres, su fisicidad, su erótica, su esclavitud, servidumbres glorias y miserias – desde los planos personal e íntimo y social,  luego también político y desde el cuerpo de la mujer – y que la sitúa en el centro como pocas veces nos ha sido dado ver en el cine.

Una película que transpira vida y verdad. Una película que atrapa sutil, delicada y sensiblemente el microcosmos más privado y coticiano, sin caer nunca en el costumbrismo.  Una película sabia, compleja, hermosa, divertida, triste, nostálgica sin trampas y lúcida. Una película que no juega con tus emociones, pero que es profundamente conmovedora y emotiva.

Una película, Biznaga de Oro, Mejor Película, Dirección y Actriz, de la que oiremos hablar en los próximos Goya. Una película que, sin duda será uno de los filmes del verano y del año, a nivel general y español en particular. Una película a tener muy en cuenta de cara – pese a haber sido estrenada a principios de este verano – a la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra en Casa del Libro Viapol del miércoles, 2 de octubre.

Una película que nadie, nadie, nadie debería perderse.

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