Cuatro mujeres y un hombre – la magistrada, dos abogadas y una ex pareja – en el despacho de la primera, mientras se sobreimpresionan los títulos de crédito. Se trata de una reunión preliminar para decidir sobre la reclamación, interpuesta por el ex cónyuge, para conseguir la custodia compartida de su hijo menor de 11 años.
Ni éste – se leen sus lacerantes testimonios, ni su hermana, a punto de cumplir los 18 – quieren saber nada de un padre violento y maltratador. Pero nada valen sus pronunciamientos cuando la letrada del hombre siembra dudas , en un ambiente de tensión contenida, y el agresor, presentándose como padre amantísimo y marginado, logra su objetivo.
Así es el punto de partida de esta producción francesa, fechada en 2017, que filma y escribe, en su debut cinematográfico, Xavier Legrand, cosecha del 79, con una excelente fotografía de Nathalie Durand y un reparto en estado de gracia en el que destacamos a Léa Drucker, Denis Menochet y a un prodigioso Thomas Gioria.
Una película que Sevilla Cinéfila tuvo ocasión de ver el pasado lunes, 16, en un preestreno simultáneo en cinco ciudades españolas y con el realizador desde Madrid, vía streaming. En los cines Nervión, lamentablemente doblada.
Una película que plantea – honesta y brutalmente, sin subrayados, ni dramatismos innecesarios – el calvario de una mujer y sus hijos cuando, por imperativo legal, vuelve a sus vidas – en el momento en el que comenzaban tímidamente a recuperarlas – el villano que las devastó.
Y lo hace, tan perversa como abusivamente, utilizando a un niño, generoso y lleno de coraje al que, valiéndose del chantaje y la violencia, aliados al miedo que le inspira, poder sonsacarle los datos necesarios para irrumpir en una intimidad en la que no es bienvenido, para acosar a su ex mujer, para perturbar la celebración de la mayoría de edad de su hija, para…
La mirada del chico, su miedo, su fuerza, su impotencia, su determinación y su vulnerabilidad, tan conmovedoras, sumido en una relación de poder tan absolutamente desproporcionada, es el hilo conductor a través del que se nos narra esta historia. Pero no el único. También con, y a través de, él su madre, sobre todo, su hermana, sus abuelos y su tía, son daños colaterales de una furia desmedida.
Una historia filmada inteligentemente en clave de thriller de terror – ya que de terror se trata – con fundidos en negro, sin música y con una violencia, que refleja algunas de las dinámicas posibles del ciclo del maltrato. In crescendo, hasta el demoledor pathos final.
Inquietante, desasosegante, pertinente, valiosa, necesaria, cruel, feroz, de una tensión insoportable y tan aterradora como el horror que describe, su posicionamiento – y su compromiso – son incuestionables a favor de las víctimas. Mejor Director y Mejor Ópera Prima en Venecia, Premio del Público al Mejor Film Europeo en San Sebastián o Premio Otra Mirada de TVE, son algunos de los muy merecidos reconocimientos que la preceden. Bajo ningún concepto deberían perdérsela.