Archivo diario: junio 29, 2014

‘Amanece en Edimburgo’: Los mejores años de nuestras vidas

Ya sabemos que la sutileza no es una cualidad de los títulos castellanos de las películas anglosajonas y de otras nacionalidades. Ni la coherencia. O directamente dejan en su idioma original uno perfectamente traducible, más proyectándose la cinta doblada y más aún siendo comercial. O se lanzan a la piscina con un resultado catastrófico. Así ‘El sueño de Ellis’ para ‘The Immigrant’. En el caso que nos ocupa, ‘Amanece en Edimburgo’ por ‘El sol brilla en Leith’. Según datos de Wikipedia, Leith es un distrito municipal al norte de la ciudad, junto al puerto y significa en gaélico, luz. Un juego de palabras…

La historia, dirigida por Dexter Fletcher y con guión de Stephen Greenhorn,  sigue a dos soldados escoceses que vuelven a casa tras participar en misiones de guerra en Afganistán con un saldo más bien trágico para su batallón,- poderoso e impactante arranque…- e intentan reintegrarse a sus vidas anteriores retomando o iniciando amores – uno con la hermana del otro y este con una amiga de ella inglesa, por más señas -y familias, aunque no les resultará fácil. Por otro lado, la fiesta de celebración de las bodas de plata de los padres del segundo se ve gravemente comprometida, incluyendo el propio matrimonio, por el descubrimiento por parte de la mujer de un secreto perturbador que afecta a su marido.

Todo ello, claro, aderezado con los estimulantes temas musicales del célebre grupo local, The Proclaimers, que ilustran esta mezcla de drama, comedia y romance. Aunque en Sevilla solo se proyecta lamentablemente doblada, las canciones sí las han respetado. La mayoría, corales y en más de un caso bastante multitudinarias. Pero también las hay intimistas. Y aunque quien esto firma no suele leer las críticas ajenas antes de escribir las propias, se ha topado involuntaria y literalmente con algunas, de gentes cualificadas, que la tachaban de facilona, tópica, con deficientes coreografías, en función de la banda sonora y no al revés, toscamente realizada. Quien esto firma, no comparte tales opiniones.

Porque estamos, desde quien esto firma, ante una cinta absolutamente arrolladora e irresistible, llena de encanto, energía, vitalidad y emoción. Porque estamos ante un musical genuinamente europeo que no tiene porque seguir los paradigmas del norteamericano, aunque sí, como es el caso, respetar sus reglas internas. Porque sus personajes sufren, gozan, sienten y aman ante nuestros ojos con verosimilitud e intensidad. Porque sus aparentes ‘descuidos’ en la puesta en escena de las canciones están buscados y redundan en una mayor, por decirlo así, frescura, credibilidad y cercanía con los personajes y las circunstancias por las que atraviesan.

Porque maneja bien las diferentes tramas que las componen. Porque sus personajes femeninos, especialmente en el caso de una de las chicas, son asertivos, fuertes y se niegan a ser encasillados. Porque los maduros están que se salen, llenos de registros y matices. Chapeau a la estupenda Jane Horrocks, pero, sobre tod@s, a un inmenso Peter Mullan. Porque la preciosa ciudad de Edimburgo es una protagonista más. Porque, aunque no haya en ella rastro alguno de crítica social, solo un nacionalismo light, hay que asumirla como lo que es, la historia de un grupo humano unido por poderosos vínculos afectivos y de sangre. Porque se disfruta desde el primer al último fotogramas, créditos finales incluidos. Háganse el favor de no perdérsela.