El otoño neoyorquino nos regala un cielo completamente azul, la tercera variante térmica desde nuestra llegada, con la que disfrutar de otra visión de la ciudad, de sus contornos, volúmenes y edificios. Otra atmósfera. Hoy toca subir al Empire State o, lo que es lo mismo, el rey del perfil de la Gran Manzana.
En sus vestíbulos, pueden verse homenajes a quienes lo construyeron sin red, ni casi medidas de seguridad. Preciosas fotos de la época, que impresiona contemplar. Y en videos, las personalidades que lo visitaron y los trailers de las películas que lo inmortalizaron como Tú y yo, Algo para recordar, Con la muerte en los talones o Taxi Driver. Pero, sobre todo, la de su personaje fetiche, mi adorado King Kong.
80, 86 y 102 pisos, son las tres alturas desde las que visionar las imponentes y espectaculares vistas de la metrópolis, con sus iconos más emblemáticos, sus dos ríos, el Hudson y el East River. Sus tres islas, aparte de Manhattan, Staten, Ellis y Liberty. Sus puentes más conocidos y tres Estados. Una experiencia única.
Como único es el hecho de atravesar el puente de Brooklyn y sumergirse en otra Nueva York, llena de silencio y paz.Y de Historia. De gentes dignas que lucharon pot la abolición de la esclavitud. Como un joven Walt Withman, periodista a la sazón.
Y de ahí, al bullicio incontrolable de Tribeca, Little Italy y Chinatown que nos hablan de De Niro, Scorsese o Frank Sinatra. Hay otros mundos, pero todos están Nueva York.





Qué maravilla! Un gusto ver a alguien tan apasionado por el cine de la misma ciudad que tú. Te voy leyendo compañera 🙂
Gracias miles. Bienvenido al blog para comentar, coincidir o discrepar. Esta es tu, vuestra, casa.