Archivo mensual: marzo 2017

No solo cine: Lucia y las mujeres de la limpieza

Lucia Berlin, nacida en Alaska el 12 de noviembre de 1936, dijo adiós a la vida en Los Ángeles otro 12 de noviembre de 2004, a causa de la maldita enfermedad maldita que se cebó en sus pulmones. El mismo día de su 68 cumpleaños. Casi siete décadas de una existencia atormentada, nómada, singular, compleja y al límite, con tres matrimonios rotos – un escultor y dos músicos fueron sus compañeros – y cuatro hijos a los que tuvo que sacar adelante, durante una gran parte de su infancia, en solitario, cuando apenas si había cumplido los 30.

Con dolores permanentes desde su primera juventud, debido a la doble  escoliosis que padeció, fumadora impenitente, alcohólica por tradición familiar, adicción contra la que luchó en varios periodos, entrando y saliendo de varios centros de desintoxicación. Con el último de sus cónyuges heroinómano. Trabajando en urgencias de hospitales, en consultas, dando clases y como limpiadora, entre un largo etcétera. Acompañando a su hermana, terminal, durante un año. Y escribiendo, saben, escribiendo…

Elvira Lindo ha dicho de ella: «Cuando tuvo tiempo esta mujer para escribir, con estas agotadoras experiencias. Cómo pudo hacerlo mientras viajaba buscando un futuro mejor, mientras mecía a sus bebés, mientras buscaba droga para Buddy, mientras su propia dependencia del alcohol se lo permitía» Y también que «a pesar de estas vivencias tan duras cerró la puerta a la pena, al dolor y al remordimiento».

Lo hizo. 77 relatos en los que late una biografía ficcionada, llena de intensidad, humor, ferocidad y esperanza. 43 de los cuales se publicaron bajo el título de ‘Manual para mujeres de la limpieza». Un éxito fulgurante, un descubrimiento póstumo deslumbrante. Comparada con Chejov y Carver, pero descrita como más cosmopolita y generosa que este último.

Esta obra ha sido definida como singular, con olor a verdad, conocedora de los mecanismos del relato, en lo que cuenta y como lo cuenta. Libre, intensa, inteligente, sensible, tierna y valiente. Como un texto de mujer, nacido de la experiencia personal e intransferible de una mujer.

Once mujeres y un hombre, del club de lectura de quien esto firma, han aportado sus miradas sobre ella esta misma tarde-noche. Reiterando lo ya citado, hablando de su escritura «desde el otro lado». De su estilo, tan elaborado como directo. De la forma en la que convertía sus experiencias en materia literaria.

De su manera tan especial de ver y describir las cosas. De su cercanía o lejanía con sus historias. De sus señas de identidad tan norteamericanas y, a la vez, tan universales. De otras cuentistas, y colegas, excelentes como Alice Munro o Samantha Schweblin. De su odio por las comas, De sus finales tan potentes y particulares. De…

No dejen que se lo cuenten. Hónrenla y léanla.

‘Rara’: Madres y padre

La realizadora chilena Pepa San Martín, cosecha del 74, se inspiró libremente en el caso real de una jueza de su país, Karen Atala – la primera magistrada que se asumió públicamente como lesbiana, que luchó denodada y heroicamente por conservar la custodia de sus tres hijas ante todas las instancias y contra su propia nación, y miembro de la junta directiva de la Fundación Iguales, que ha participado en esta propuesta fílmica- para contar esta historia.

Una historia y una película que han merecido reconocimientos tales como el de Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, el de Generation K+, de cine infantil y juvenil en Berlín o un número importante de candidaturas para los Premios Platino.

‘Rara’ tiene 93 minutos de metraje. Su guión lo firman conjuntamente la realizadora y Alicia Scherson. Su fotografía, clara y matizada, Enrique Stindt y su estupenda banda sonora, que incluye además preciosos temas, Ignacio Pérez Marín. Y tiene un reparto excelente en el que destacan las dos adultas – Mariana Loyola y Agustina Muñoz – pero, sobre todo, las dos increíbles y adorables menores, Julia Lübbert y Emilia Ossandon.

Pepa San Martín nos da cuenta de la vida de estas niñas con dos madres singulares- la biológica y su pareja, ambas con una profesión – y un padre – con su segunda esposa – mucho más convencional, a través de la mirada, el sentir y la experiencia de la primogénita.

Una mirada clara y luminosa, natural e inocente, sobre un modus vivendi –  el del colegio, el deporte, las relaciones, la mejor amiga, el chico admirado, el de la intimidad, tan diferente pero tan armónica, de su hogar, el del vínculo con su hermana, sus juegos, complicidades y peleas… – tan abierto como aparentemente asumido, en un entorno presuntamente respetuoso.

Pero … surge el conflicto con la norma y todo se va oscureciendo progresivamente hasta la irreversible conclusión. También, en este proceso, la sutileza, la elegancia y la delicadeza están presentes. Tampoco, en este proceso, se cae en tentaciones melodramáticas, vindicativas, sentimentales o exasperadas.

Ni falta que hace. Es la perspectiva de una joven de 13 años, que observa a sus mayores, que tiene claros sus afectos, pese a sus contradicciones y que no acaba de asimilar que cambien tan radicalmente su vida. Todo ello narrado en un tono tan matizado y complejo, tan suave de formas como amargo de fondo.

Donde termina esta historia, comenzó la lucha valiente, comprometida y solidaria con los derechos del colectivo LGTBI del personaje real, de esa admirable mujer y activista a quien su país reparó públicamente. En Chile aún no es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Solo la, a todas luces, insuficiente Unión Civil.

Vean esta pequeña gran película. La proyectan en el Nervión en horarios y días que deben consultar. PERO HÁGANLO. LO ANTES POSIBLE, PUES PUEDE DESAPARECER PRONTO DE LA CARTELERA. Advertid@s quedan. Bajo ningún concepto deberían perdérsela.

 

 

‘El bar’: Cóctel de la casa

Álex de la Iglesia, cosecha del 65, es un realizador con un talento visual poco común. Diabólicamente brillante en el manejo de la cámara y especialmente dotado para las escenas de masas exteriores, que incluyen huidas y persecuciones en las que se ven implicados sus personajes principales. Igualmente dotado asimismo para la acción, los arranques de sus películas suelen ser antológicos.

Esto lo hace, además, con unas coordenadas estético-narrativas autóctonas, lo que es un mérito añadido, y también una de las señas de identidad más reconocibles de su peculiar estilo. A lo que contribuye su equipo técnico, siempre en estado de gracia. Algunas de las características citadas podemos encontrarlas en esta su última propuesta, ‘El bar’.

102 minutos de metraje. Su guión lo firman el realizador y su habitual Jorge Guerricaechevarría. La estupenda fotografía, tan contrastada, se debe a Ángel Amorós y su banda sonora, que subraya tan bien la intriga, a Carlos Riera y Joan Valent. La historia sigue a un grupo de personas muy diferentes que desayunan en un local cuando una de ellas, un hombre, es asesinado al salir por un atacante anónimo e invisible, al que le sigue otro. Esto provocará su encierro involuntario, pero obligado, ante el peligro exterior.

Con estos mimbres, el cineasta saca lo mejor y lo peor de sí mismo. Lo mejor en cuanto al reto, él siempre tan valiente, de un espacio claustrofóbico donde escenificar lo más abyecto, risible y paródico de la condición humana enfrentada a situaciones límites. Un drama tan amargo como esperpéntico, en la que su misantropía se agudiza si cabe aún más.

Una intriga en la que la tensión no decae, pese a sus trazos de brocha gorda. Un reparto sólido y excelente, muy bien dirigido, en el que tod@s están bien y del que nos gustan especialmente los registros inusuales que ha sabido extraer de Mario Casas y de Blanca Suárez, como ya hiciera en ‘Mi gran noche’.

Pero… ese cóctel de la casa resulta tóxico cuando se perpetra con un guión aturrullado y plagado de excesos, en el que se desatiende a los personajes, a sus motivaciones y al propio leit motiv de una trama con mezclas indigestas de varios géneros. Cuando se desatiende a la propia coherencia interna del relato y se desaprovecha la confrontación entre el arriba y abajo del local, que se resuelve pronto y mal, valga esta abstracción para no incurrir en inoportunos spoilers.

Y luego están su misoginia pese a ese final, en el sentido de esquematizar burdamente a las mujeres contrastándolas por edad y por atributos físicos, pero siempre relacionándolas con el atractivo erótico o con el implacable deterioro del tiempo. Ello pese a los talentos de Terele Pávez y Carmen Machi. Y ese gusto, algo cansino, por los frikies mesiánicos y apocalípticos tan exasperantes. Y ese no estar a la altura de su potente comienzo, cuando el ritmo decae y se deshilvana…

En fin, quien esto firma ha intentado matizar y expresar, lo mejor que sabe y puede, sus impresiones contradictorias y encontradas ante una película que, en cualquier caso, debe ser vista.

‘En cartelera’: Raras y raros

Entre la oferta de estrenos de la nueva cartelera, que se inaugura hoy, destacamos seis películas y, de entre ellas, las que se proyectan en versión original subtitulada en todas o en algunas de sus sesiones. Son, por este mismo orden, una coproducción Alemania-USA, una estadounidense, una sueca y una francesa. Además de otra coproducción entre Chile y Argentina y una española.

La primera es el thriller ‘La cura del bienestar’, de Gore Verbinski. La historia sigue a un ejecutivo que es enviado, junto a algunos colegas, a un balneario cuyos remedios no son, exactamente, lo que parecen. Intensa división de opiniones, pero se le puede dar una oportunidad.

La segunda es ‘Redención’, de Antoine Fuqua. Un drama deportivo sobre un boxeador, caído en desgracia, que intenta recuperarse por su mujer e hija. Reseñas negativas, en general. Protagonizan Jake Gyllenhaal, Forest Whitaker y Rachel McAdams. La pelota, en sus tejados.

La tercera es ‘Un hombre llamado Ove’, de Hannes Holm. Sobre un tipo gruñón y misántropo, que cambia su visión del mundo gracias a unos nuevos vecinos. Precedida de muchos reconocimientos, sus críticas son irregulares, pero debe verse.

La cuarta es ‘Una historia de locos’, del prestigioso y comprometido realizador Robert Guédiguian. Ambientada en los años 80, trata de un atentado terrorista con daños colaterales e inesperados. No ha concitado la unanimidad en sus referencias, pero no hay que obviarla de ninguna manera.

La quinta es ‘Rara’, de Pepa San Martín. Basada libremente en un caso real, describe los conflictos con su padre biológico de una niña cuya madre es lesbiana. Ha gustado mucho y no hay que perdérsela.

Y la sexta es la última propuesta de Álex de la Iglesia, ‘El bar’. Un grupo de personas que desayunan en un establecimiento, se ven atrapadas dentro cuando le disparan a un cliente al salir. Fuertes contrastes de pareceres, pero su visión es obligada.

Para terminar, tengan en cuenta que las referencias de películas de interés y calidad ya no están solo en el Avenida, aunque siga siendo un local imprescindible. Hay que salir de esa céntrica zona de confort, para ver otras alternativas en Nervión. Pero en estos cines deben CONSULTARSE SIEMPRE DÍAS, HORARIOS Y SESIONES EN VOSE, pues también hay filmes que, estrenándose allí, no se proyectan todos los días y otros que parecen haber desaparecido y se exhiben inesperadamente a ciertas horas.

Por si acaso, véanlos lo ANTES POSIBLE. Advertid@s quedan.

 

‘Locas de alegría’: Bipolaridades

Esta es la tercera mirada fílmica de un hombre sobre personajes femeninos presente en nuestra cartelera de marzo, con desiguales resultados, que reseñamos en Sevilla Cinéfila. Algo muy de agradecer, en cualquier caso, dado que se trata de mujeres singulares, frente al abrumador, exclusivo y excluyente protagonismo masculino que suma y sigue…

La primera corresponde a la de los hermanos Dardenne con ‘La chica desconocida’ y la segunda, a la de Emil Ben-Shimon con ‘El balcón de las mujeres’. Seguirán la de’Doña Clara (Aquarius)’, de Kleber Mendonça Filho y la de ‘Yo no soy Madame Bovary’, de Feng Xiaogang.

Volviendo a la que nos ocupa, el guionista y realizador Paolo Virzi – cosecha del 64, ‘El capital humano’ – filma y escribe, junto a Francesca Archibugi, esta producción italiana de 111 minutos de metraje, bellamente fotografiada por Vladan Radovic y con una sugerente banda sonora de Carlo Virzi. Dotada de una factura impecable, da cuenta de la peculiar relación que se establece entre una aristócrata y una chica marginal dentro del entorno de una institución psiquiátrica no menos sui géneris.

Ha sido reconocida con 17 nominaciones a los David di Donatello y con la Espiga de Oro, Actriz y Premio del Público en Valladolid, pero, no obstante, ‘Locas de alegría’ tiene, en la opinión de quien esto firma, tantas fuerzas como debilidades. Está, de hecho, habitada por la misma bipolaridad que presuntamente aqueja a esa Beatrice que borda, con su talento habitual, una incandescente, volcánica y arrebatadora Valeria Bruni Tedeschi.

En efecto, ese desequilibrio narrativo se hace notar enfatizando las personalidades de las protagonistas – estupenda también Micaela Ramazotti – frente al resto de pacientes y el personal del Centro. Personalidades que son tratadas con intensidad y pasión, sí. A veces, con una comicidad irresistible y con algún momento emotivo.

Pero también en su vertiente más epidérmica  algo que nos impide conocerlas más en profundidad y compromete, forzando el golpe de efecto ora a la risa, ora a la lágrima, la propia credibilidad del relato y su capacidad crítica para con una sociedad que, según puede leerse en los créditos finales, ha cerrado muchas de estas instituciones alternativas. Curiosamente, el propio filme contribuye a pasar de largo sobre el tema por el retrato tan superficial que hace de su funcionamiento y personal. A ello contribuye un guión deslavazado y espasmódico.

No carece de encanto, pero… podría haber sido redonda. En cualquier caso, véanla y juzguen por sí mism@s.

 

‘El balcón de las mujeres’: Las mejores intenciones…

Esta producción israelí, de 96 minutos de duración, dirigida y presumiblemente escrita por Emil Ben-Shimon, de la que solo consta – y se ha consultado más de una ficha técnica… – que su fotografía se debe a Ziv Berkovich, relata la historia, en clave de comedia dramática, por definirla de alguna manera…, del balcón de una sinagoga de una pequeña comunidad judía en Jerusalén y espacio reservado a las mujeres en ella, que se desmorona y provoca un conflicto entre las afectadas, sus cónyuges y varones del resto del pueblo, así como con el nuevo y ultraortodoxo rabino que sustituye al titular enfermo.

Fundamentalmente amable, bienintencionada y costumbrista, desaprovecha lastimosamente una oportunidad de oro para la crítica de la misoginia recalcitrante de una religión tanto en sus versiones «abiertas» como integristas.

En efecto, los personajes femeninos pretenden ser fuertes y reivindicativos. Pero no lo son, en absoluto. Solo reclaman «su» balcón, esa parcelita de espacio segregado en el templo, que los varones, que sí detentan un poder que ellas no cuestionan, le han asignado. Y, además, son casamenteras y, a efectos conyugales, parecen vivir en el mejor de los mundos. El enemigo parece ser únicamente el rabino fundamentalista. Aunque también lo sea, a todos los efectos.

En fin, una mirada masculina paternalista, mixtificadora y complaciente sobre unas devotas creyentes que, al parecer, no tienen nada por lo que rebelarse sobre su forma de vida, ni sobre los dictados de su credo religioso, ni sobre la posición que ocupan en él.

Alguien anónimo escribió, hace muchos siglos, que «el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones». Quien esto firma, añade que las mejores intenciones pueden llevar aparejadas cinematográficamente también los peores resultados.

Ustedes mism@s.

‘El viajante’: Justicia y venganza

El cineasta iraní Asghar Farhadi, cosecha del 72, no quiso recoger, el pasado mes de febrero, su segundo Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa por ‘El viajante’ -el primero, en la misma categoría, lo ganó por ‘Nader y Simin, una separación’ cinco años antes-  debido al veto intolerable que Trump ha impuesto a sus compatriotas.

‘El viajante’, como  ‘Nader y Simin… y como ‘El pasado’, sigue explorando el deterioro de las relaciones de pareja dentro de un contexto socio-político determinado, aunque fundamentalmente en espacios privados. Pero, al contrario que en ellas, aquí se nos presenta a una bien avenida.

Actor y actriz por afición, profesor él, todos sus alumnos son masculinos,  e intérprete ella además, personas ilustradas y liberales, están representando la obra ‘Muerte de un viajante’, de Arthur Miller, cuando se ven repentinamente forzados a dejar su piso, debido a los graves problemas estructurales del edificio. Pero, en el nuevo, un dramático suceso cambiará radicalmente sus vidas y hará que colisionen insidiosamente lo representado y la llamada realidad.

El realizador, dotado de complejidad, sutileza  y sabiduría narrativas, nos sirve con delicadeza e intensidad un relato que, en otras manos hubiera resultado tan indigesto como inflamable. Pero, apreciando enormemente dichos valores, a quien esto firma la ha dejado insatisfecha su tratamiento – tan aparentemente ecuánime, como algo sesgado, a su pesar – de las consecuencias de una agresión sexual.

Porque – aún desvelando muy bien las trampas del cónyuge de valorar más su machismo herido, que el daño infligido a su pareja y el desamparo de ella como víctima al sentirse, al tiempo, culpable, de haberla propiciado involuntariamente en un entorno tan feroz para las mujeres – no está demasiado claro, sino todo lo contrario, que se revuelva más contra él que contra el propio culpable.

Un culpable que es tratado, desde la opinión de quien esto firma, con demasiada condescendencia y hasta compasión.  Las que no siente Farhadi respecto al marido, como hemos comentado en el párrafo anterior, ni a la vecina invisible, de vida presuntamente disoluta, cuyo inmueble ocupan y a la que se considera, a todos los efectos, como responsable última del oscuro asunto. Un asunto tenebroso visto con una ambivalencia bastante chocante.

125 minutos de metraje. Su guión lo firma el propio director. Su excelente fotografía es de Hossein Jafarian y su música, tan al servicio del relato, de Sattar Oraki. Estupendo reparto, en el que sobresalen los protagonistas Shahab Hosseini y, sobre todo, Taraneh Alidoosti. Precedida de todo tipo de reconocimientos, es la flamante ganadora, como se ha mencionado ya, del Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa y una de las que debatiremos en nuestra próxima tertulia del miércoles, 5 de abril.

Aún se proyecta en el Avenida, al menos hasta el próximo jueves, en dos sesiones  a las 18 y a las 20.15 horas. Con todo y por todo, no deberían perdérsela bajo ningún concepto.

‘Land of mine’ (Bajo la arena) : Guerra y Paz

Durante los cinco años que duró la ocupación nazi de Dinamarca, el ejército alemán sembró  más de dos millones de minas en la costa occidental del país. Una vez consumada su derrota y rendición, su homónimo danés utilizó a prisioneros de guerra, apenas unos niños y sin experiencia, para localizar y desactivar cerca de 50.000. Algo que provocó incontables bajas entre ellos.

De este oscuro y feroz episodio, da cuenta esta producción de 100 minutos de metraje, escrita y filmada por Martin Zandvliet, cosecha del 71. Muy bien fotografiada, en sus claroscuros y luminosidad, por una mujer, Camila Hjelm y con una más que digna partitura de Sune Martin. El reparto, coral, aún con ciertos protagonismos, es excelente.

Premio del Público en Gijón, tres del Cine Europeo entre otros reconocimientos tales como ser nominada al Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa. Es una de las elegidas para ser debatida en nuestra próxima tertulia de cine del miércoles, 5 de abril. Cuando se escriben estas líneas, sólo tiene un horario tardío en Nervión. CONSULTEN LA CARTELERA, PUES PUEDEN VARIAR  LOS HORARIOS Y SESIONES DE UN DÍA PARA OTRO.

La mirada del realizador – tan honesta y valiente desvelando los trapos sucios históricos de un país, el suyo propio, aparentemente tan civilizado – se mantiene ecuánime en cuanto al tratamiento de vencedores y vencidos. Su empatía justa y necesaria con esas criaturas inocentes, víctimas propiciatorias de un comprensible resentimiento, le lleva a mostrar, en un clima enrarecido, crudo y desasosegante, la brutalidad intolerable del trato feroz y vejatorio que se les dispensa.

Pero es también capaz de reflejar la evolución del cruel sargento, que se relaciona directamente con los chicos, y la de tales vínculos y su enfrentamiento con unos mandos intolerantes en su sed de venganza, hasta su determinación final. Todo ello en un relato nada lineal sino, por el contrario, lleno de giros inesperados y de una tensión in crescendo.

Estamos, pues, ante un poderoso drama sobre los desastres de la guerra, de la postguerra y de una llamada paz, con los daños colaterales del odio y del rencor que nubla cualquier atisbo de derecho y que ampara cualquier exceso. Estamos ante una película que no deberían perderse.

 

URGENTE, URGENTE, URGENTE: Otra oportunidad de ver ‘La chica desconocida’

Hoy, martes, 14 de marzo, hay una nueva oportunidad de ver en Nervión ‘La chica desconocida’, de los hermanos Dardenne que había desaparecido, a todos los efectos, de la cartelera. Hoy, repetimos, puede verse en dicho cine, en sesión original subtitulada, a las 16 y a las 18 horas.

Es una de las elegidas para debatir en nuestra próxima tertulia del miércoles, 5 de abril, y su crítica la tienen en estas mismas páginas.

ADVERTID@S QUEDAN. VÉANLA SIN FALTA.

‘La chica desconocida’: El test de Bechdel

Esa imprescindible página de consulta que es Wikipedia define al llamado test de Bechdel, o test de Bechdel/Wallace – por sus creadoras Alison Bechdel y Liz Wallace, una autora de cómic lésbico y una amiga suya respectivamente – como una suerte de examen que una película aprueba si cumple  tres requisitos. El primero, que en ella salgan al menos dos personajes femeninos; el segundo, que dichos personajes hablen entre sí al menos en algún momento y el tercero que dicha conversación no se centre únicamente en un hombre, sea cual sea la relación que se mantenga con él.

Pues bien, de entre la lamentablemente abrumadora mayoría de filmes que pueblan nuestras carteleras en sentido totalmente opuesto a dichas condiciones y con un protagonismo masculino absoluto, aunque muchas de ellas sean de excelente calidad,  ‘La chica desconocida’ lo supera con nota. Porque su protagonista es una mujer, que busca conocer la identidad de otra, que lo hace preguntando a hombres y mujeres y que, entre tanto, ejerce su profesión solidaria y comprometidamente.

Una mujer, una doctora en medicina general que sustituye a un médico jubilado, a cuyo consultorio llama alguien, a quien ni siquiera llegan a ver por el interfono, después de haber cerrado. Su ayudante en prácticas pretende abrirle, pero ella le disuade alegando la hora. Poco después, el cadáver de una joven anónima es encontrado y la policía descubre que es la misma persona que, momentos antes, llamó a su puerta. A partir de ahí, la protagonista iniciará una investigación por su cuenta, al margen de la policial, para descubrir la identidad de la víctima.

Parece un thriller, pero no lo es,  aunque contenga alguna de las claves del género. Retrata muy bien el itinerario de una ciudadana digna, empática, noble, generosa  y atormentada por la culpa, a la que le concierne que alguien a quien le negó ayuda, ignorando el peligro que corría, no  sea solo un cadáver a quien nadie reclama y descubrír, afrontando los riesgos, cuales fueron sus últimas horas.

Una doctora muy implicada con sus pacientes- en l@s que los realizadores retratan la otra cara de su país, Bélgica – y muy exigente en el ejercicio de la medicina. Una joven, excelente, conmovedora Adéle Haenel, que no se maquilla, que lleva siempre el mismo abrigo y que está dispuesta a acudir, al punto, donde la llaman y la necesitan. Fuerte y sensible, al tiempo, entra en los submundos oscuros – pero sin subrayados melodramáticos, ni efectistas – para descubrir la explotación que les destinan a ciertas inmigrantes, en función de su sexo.

113 minutos de metraje. Escrita y dirigida por Jean Pierre y Luc Dardenne. Fotografiada sutil y matizadamente por Alain Marcoen. Es una de las elegidas para debatir en nuestra próxima tertulia del miércoles, 5 de abril. Pero, lamentablemente, apenas si ha permanecido una semana en la cartelera de nuestra ciudad. Debemos a ciertos cines que no se nos queden inéditas estas obras notables pero constatamos con tristeza que su público natural no suele acudir a verlas allí y que, por imperativo de la taquilla, desaparecen sin tiempo apenas de ser vistas.

La feminista que esto firma les agradece de todo corazón a los directores que la hayan filmado y les recomienda encarecidamente que se hagan con ella por los procedimientos ad hoc, pero que no dejen de verla.