‘Tierra de Dios’: Personas humanas y no humanas

Producción del Reino Unido, de 104 minutos de metraje, cuyo guión firma su propio realizador, Francis Lee, cosecha del 69, con una matizada fotografía de Joshua James Richards y una música, que subraya el relato, de Dustin O’Halloran y de Adam Wiltzie.

Concursó en la Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla, ganando el Premio CICAE a la Mejor Ópera Prima. Además de los de Mejor Film Británico, en el de Edimburgo, Mejor Director de Drama, en el de Sundance y 11 nominaciones a los British Independent Film Awards (BIFA).

Quien esto firma, no la reseñó en sus crónicas del SEFF, porque se le cruzaron otras películas. Algo que subsana ahora con esta entrada. Lo primero que les advierte es que esta reseña está hecha con una mirada crítica animalista y desde ahí se ven las cosas de muy distinta manera.

Transcurre en una granja, y ya es sabido cómo se trata en esos lugares a las especies que las integran. Porque están explotadas de forma inmisericorde, inseminadas forzosamente y, a la postre, tras perder también a sus crías, son asesinadas para el consumo humano, cuando ya se les han extraído sus productos derivados y todos los beneficios.

Pues bien, en ‘Tierra de Dios’- aunque no pueden ocultar, al menos no del todo, este estado de cosas, y tiene escenas nada recomendables para ciertas sensibilidades, advertid@s quedan –  se narra cómo los protagonistas se preocupan, cuidan, ayudan y quieren a esas criaturas sintientes, a esas personas no humanas, a quienes, paradójicamente, reservan una vida y un destino atroces. Primera impostura.

No es la única para quien esto firma, aunque sí la principal. El romance homosexual, tan celebrado, entre el joven granjero amargado, cuyas evasiones son el alcohol y el sexo, y el inmigrante rumano que comienza a trabajar para él, arranca con escasos visos de credibilidad. En efecto, resulta altamente improbable que sea el segundo quien dé el primer paso insinuándose ante su patrón- ¡¡¡ su patrón!!! – del que, además de serlo, no tiene por qué saber la opción afectivo-erótica. Y hasta aquí puede leerse…

Los protagonistas, Josh O’Connor y Alec Secareanu, resultan muy convincentes y Gemma Jones también. Pero el siempre excelente Ian Hart resulta aquí impostado y sobreactuado en un papel que no se ajusta a su edad y características.

Sus críticas han sido extraordinarias, hasta el punto de considerarla superior a ‘Brokeback Mountain’… Valores tiene, no cabe duda pero, para quien suscribe, no hasta ese punto. En cualquier caso, deberían formarse su propia opinión viéndola.

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