Archivo mensual: julio 2018

‘Mary Shelley’: Vindicación de una creadora

Dos mujeres se encuentran en este proyecto. Una, la cineasta saudí Haifaa al-Mansour, cosecha del 74, cuya película más famosa y justamente premiada, ‘La bicicleta verde’ «fue rodada íntegramente en su país desde una caravana con un monitor y y un walkie-talkie, porque no podía salir al exterior y ser vista en compañía de hombres» (Wikipedia)

La otra, Mary Godwin Wollstonecraft, luego Mary Shelley, autora inglesa (1797-1851) – hija de un filósofo político, William Goodwin y de una filósofa feminista, Mary Wollstonecraft, quien escribió el clásico ‘Vindicación de los derechos de la mujer’ y que murió al nacer ella, pero cuya influencia fue muy poderosa en su vida e ideas – y de cuya obra magna ‘Frankestein’ se cumplen ahora 200 años.

La escritora había aparecido en varias películas como, entre otras,  ‘Gothic’, de Ken Russell (1986) o ‘Remando al viento’, de Gonzalo Suárez (1988), pero como un personaje más. Aquí es la protagonista absoluta, a través de cuya mirada gira la historia. Una historia que la sigue desde que cuenta con 16 años, tiene una difícil relación con su madrastra, es enviada a Escocia donde conoce a Percy Shelley y, a partir de ahí, inician una relación que la conducirá tanto a la intensidad y al conflicto, como a encontrar su voz propia literaria.

Una voz propia, una escritura, que era su vocación temprana,  y que surgió de ella cuando se abrió al mundo, a la vida exterior y al contacto con otros creadores tales como, aparte de su propio compañero, Lord Byron y Polidori con quienes estuvo en la famosa casa, alquilada por el primero, en el Lago Leman de Suiza, Villa Diodati. De allí, nacieron no solo Frankestein, sino El vampiro, del segundo escritor citado. Tales célebres hechos tuvieron lugar la noche del 16 de junio de 1816, contando nuestra heroína con tan sólo 18 años.

De todo ello da cuenta esta producción británica – de 120 minutos de metraje, escrita por Al-Mansour y Emma Jensen, cuya excelente fotografía la firma David Ungaro y su no menos sugerente banda sonora, Amelia Warner – que sigue fielmente los hechos reales, interpretándolos, al tiempo, en clave feminista.

Una clave feminista no impostada, sino focalizada en el enorme precio a pagar por ser, como lo fue ella y también su hermanastra, a la que siempre le fue fiel, una mujer libre y transgresora. Como, por ejemplo, el estigma social, la repulsa familiar, la desigualdad radical en una pareja supuestamente abierta, el ostracismo, la miseria, las muertes de hij@s, especialmente trágica la de su primogénita…  Además de por la vindicación de una creadora.

Mezcla singular de relato gótico y drama romántico – en el sentido más radical y menos sentimental del término – está filmada con pasión, intensidad y elegancia y maravillosamente interpretada por una magnética Elle Fanning, que a quien esto firma tanto le recuerda fisícamente a Lillian Gish.

En Sevilla, solo se proyecta en los cines Nervión a las 18.50. Al menos, hasta el jueves inclusive. No deberían perdérsela.

 

En cartelera: Dos mujeres, dos familias

En este viernes que le queda a julio, destacamos de entre la oferta de estreno dos miradas de mujer tras la cámara. Ambas francesas y enfocadas- desde perspectivas diferentes – en describir relaciones atípicas entre personas unidas por lazos de sangre, aunque en uno de los casos se hace extensiva a las amistades y en el otro el grupo es más nuclear y conservador. La primera que comentaremos se proyecta en versión original subtitulada y la segunda, únicamente doblada.

‘Llenos de vida’ es la última propuesta de la actriz, guionista, cantante y directora de origen judío y tunecino Agnés Jaoui – cosecha del 64, con títulos en su haber tales como ‘El gusto de los otros’ o ‘Como una imagen’ – que la escribe y protagoniza junto a su ex pareja y colega Jean-Pierre Bacri.

En ella se describe a unas personas muy distintas tanto de estatus como de ideas, pero unidas y desunidas tanto a nivel familiar como sentimental en torno a la inauguración de una casa en las afueras de París. Sus referencias, aunque hagan relación a que no es su mejor trabajo, son bastante positivas y no hay que perdérsela.

‘Vacaciones con mamá’ es una ópera prima escrita y dirigida por la cineasta belga Eloïse Lang, que previamente había firmado series para televisión. Narra la historia de dos hermanas radicalmente distintas que se reúnen en un resort intentando animar a su madre, cuyo marido la ha dejado por una mujer mucho más joven.

Remake de una comedia danesa, sus críticas han sido muy contrapuestas. Pero merece una oportunidad.

‘Happy end’: Cuestión de principios

Quien esto firma, animalista convencida y militante, acaba de salirse de la proyección de ‘Happy end’ porque, apenas comenzada, la voz en off narradora de una niña describe y filma sus rituales de higiene en el cuarto de baño para pasar a continuación a la jaula de su hámster – a quien previamente ha drogado con las pastillas antidepresivas de su progenitora, por la que expresa su desprecio – y le mata de un paletazo. Todo ello, mientras se sobreimpresionan los títulos de crédito.  .

Dado los antecedentes del director austriaco Michael Haneke, que asesinó a un caballo en ‘Los tiempos del lobo’ y a un-a gallo-gallina en ‘Caché’, para esta firmante tal principio ha sido el fin de la proyección. La violencia que refleja y denuncia su filmografía, con títulos más que celebrados y prestigiosos, no tiene por qué proyectarse en esta crueldad feroz contra animales indefensos. Sobre todo, teniendo tantos recursos cinematográficos para no hacerlo cuando, además, hay leyes que les protegen de estos abusos en los rodajes.

Para que quede constancia y sirva de aviso, escrito queda.

‘La cámara de Claire’: Espejos e instantáneas

Hong Sang-soo es un guionista y cineasta surcoreano muy peculiar, de la cosecha del 60, de cuya extensa filmografía se han podido ver en nuestra ciudad títulos como ‘En otro país'(2012), ‘Ahora sí, antes no’ (2015), ‘En la playa sola de noche'(2017) y esta que nos ocupa ‘La cámara de Claire’ en la que, como en la primera citada, vuelve a trabajar con Isabelle Huppert. Las tres restantes y esta última las protagoniza su musa y pareja, desde 2015, Kim Min-hee, cosecha del 82.

Su cine es básicamente minimalista, aparentemente banal, sin apenas guión previo, con una puesta en escena muy austera en la que abundan los planos fijos a través de los que muestra a sus personajes en sus encuentros y desencuentros, en sus comunicaciones e incomprensiones, con diálogos epidérmicos en los que el subtexto es importante

Pródigo en rodar en bares, con profusión de tabaco y alcohol en ellos, o bien en paisajes solitarios por los que sus protagonistas deambulan. Sus historias tratan a menudo de triángulos amorosos en entornos artísticos, o directamente cinematográficos y en ellas, salvo excepciones, suelen salir peor parados los hombres que las mujeres. Muy a menudo, con parejas muy desiguales desde el punto de vista cronológico, lo que lleva a pensar que hay también mucho material autobiográfico de partida.

Así podríamos seguir sin pretensiones de exhaustividad… Lo cierto es que en esta, su última propuesta hasta ahora, se dan muchas de las señas de identidad citadas. Sigue a una joven, que trabaja en una distribuidora y que es despedida por su jefa, pese a formar equipo con ella desde hacía cinco años, «por ser deshonesta» lo que resulta incomprensible e injusto para ella, pero a lo que reacciona con inusuales mansedumbre y resignación, hasta llegar al punto de hacerse un selfie con ella para recordar el último momento en el que estuvieron juntas… Paralelamente, conoce a una profesora de música y fotógrafa vocacional con una polaroid instantánea, con la que conecta muy bien y a través de la cual resolverá el enigma de su despido.

Tan desconcertante como cautivadora, su final es inesperado y añade otro nuevo signo de interrogación, abierto como está a tantas posibilidades. Se entra o no se entra en ella y quien esto firma sí gusta, en general, de disfrutar su cine y de la corriente y el flujo de vida que contiene, con todas sus complejidades y contradicciones, aunque reconozca que se entra o no se entra en su microcosmos tan particular. En el reparto destacan la estupendas ya citadas Kim Min-hee e Isabelle Huppert a quien, como ha dicho un experto ingeniosamente, se la ve muy relajada lejos de sus papeles intensos y atormentados.

Fechada en 2017, tiene tan solo 69 minutos de metraje. La escribe también Sang-soo, la fotografía bellamente Jinkeun Lee y su banda sonora sin estidencias es de Dalpalan.

Véanla y déjense llevar por ella. Es un consejo.

‘Mamma mia: Una y otra vez’: Secuela- precuela

‘Mamma mia’ fue en su origen un musical para el teatro sobre los temas más populares del grupo ABBA, escrito por la dramaturga inglesa Catherine Johnson, dirigido por su compatriota Phyllida Lloy y estrenado en las tablas en 1999, con un éxito clamoroso. El mismo que ambas mujeres cosecharon al  llevarlo al cine, firmando el guión y tras la cámara respectivamente, en 2008. Diez años después se ha estrenado esta segunda parte que nos ocupa y que es a la vez secuela y precuela.

Producción británica de 108 minutos de metraje. Escrita y dirigida por Ol Parker, cosecha del 69. La fotografía brillantemente, con una pátina retro, Robert D. Yeoman. En su banda sonora hay temas del original, que se repiten como melodías o leit motivs, otros no menos conocidos y algunos no tan populares. La historia retoma a Sophie, que ha sufrido una sensible pérdida, y se dispone a reinaugurar el hotel por el que tanto luchó su madre, con una gran fiesta. En paralelo, se nos muestra la juventud de la progenitora y sus sucesivos romances con los tres posibles padres de la chica.

Antes que nada, decir que sus tratamiento y guión carecen de la frescura, de la arrolladora vitalidad, de la energía y del humor que adornaron a su predecesora. Su tono, por el contrario, aunque determinados números sean vibrantes, es mucho más dramático y sensiblero que otra cosa.

Esto ocurre porque pivota en torno a un duelo, hasta aquí puede leerse, y eso la condiciona casi por completo. Aunque podría haberse inclinado por un tono crepuscular, y melancólico incluso, sobre el paso del tiempo en el presente y más osado en el pasado de una Donna joven que debería haber sido de armas tomar. Pero ni una, ni otra cosa. Resulta muy convencional, y muy cortita, en ambos tiempos. No arriesga nada de nada. Y a ello contribuyen los actores y la actriz – Lily James es pizpireta y se esfuerza, pero no da, o no le han dado,  para más – y  en cuanto a las versiones jóvenes de los tres caballeros… mejor ni entramos.

Porque también carece de las sorpresas de su modelo. Y aunque no esté desprovista de cierto encanto kitsch, y tenga algunos logrados pellizcos sentimentales, arroja, al contrario que la otra, una mirada muy convencional sobre los personajes femeninos. Desaprovecha a su reparto clásico, incluso a Andy García, aunque su dúo con Cher, y ella misma,  sean de lo mejor de la película – junto a Julie Walters y a Christine Baranski y al número de ‘Waterloo’ – ya que a los seniors, pese a su empaque, no se le da ningún juego. Hasta la propia Amanda Seyfried resulta apagada y su personaje, mucho más rancio.

Hay que decirlo: Nos falta ELLA. Lo entenderán, si no lo saben ya, cuando la vean. Porque está claro que, a pesar de todos los pesares, hay que verla.

‘Lola Pater’: ¿Trans…gresiones?

A tenor de lo leído por quien esto firma, en referencia a las otras películas del responsable tras la cámara de esta que nos ocupa – el guionista y realizador franco-argelino Nadir Moknéche, cosecha del 65 – en ellas se ha interesado por personajes de mujeres en contextos opresivos como en ‘El harén de Madame Osmane’ (2000) – cuyo reparto encabeza Carmen Maura, quien, salvando las enormes distancias, interpretara un papel similar en ‘La ley del deseo’ – ‘Viva Laldjérie’ (2004) o ‘Goodbye Morocco’ (2012) e incluso le atribuyen influencias almodovarianas.

‘Lola Pater’ está fechada en 2017, tiene 95 minutos de metraje y la escribe su propio director. La matizada fotografía se debe a una mujer, Jeanne Lapoirie y en su banda sonora suenan hermosos temas de Enrique Granados y Vivaldi, entre muchos otros. La historia sigue a un joven veinteañero, hijo de inmigrantes argelinos afincados en Francia y  afinador de instrumentos, cuya madre acaba de morir tempranamente y que decide buscar al padre que les abandonó hace más de dos décadas para enfrentarse a lo impensable.

Que este relato – de un hombre nacido con el cuerpo equivocado, que intenta ser honesto aunque huya, y que transgrede incluso en su opción sexual, ya con otra personalidad – merecía otro tratamiento más intenso y complejo es algo evidente. Que nos es escamoteada la presumiblemente dura y dolorosa historia de su transformación, hasta llegar a su presente, es elemental

Que el reencuentro con el hijo que le rechaza cuando más le necesita, hubiera tenido que formularse en otros términos es algo meridianamente claro. Por cierto, fallo de casting clamoroso porque el actor que interpreta al chico protagonista es nada menos que diez años mayor que su personaje. Eso se nota y chirría.

Que esta película decepcionante, lenta, superficial, con raros momentos de autenticidad, pretenciosa y simplista no sería nada sin el magnetismo, el carisma, el talento y los registros interpretativos de Fanny Ardant es una obviedad.

Una pena haber desaprovechado lastimosamente un tema así, más aún cuando se da en el entorno de una cultura y religión patriarcales. Escrito esto, la pelota en sus tejados.

 

 

‘En cartelera’: Secuelas, revoluciones y finales irónicamente felices

Este adelanto de las nuevas propuestas de la cartelera para mañana, viernes, 20 de julio, destaca tres películas. A saber, y las comentaremos por este orden, una británica, una alemana y una franco-austríaca. Todas pueden verse, además, en sus versiones originales subtituladas.

La primera es la secuela del famoso musical sobre ABBA, que realizara, en 2008, Phyllida Lloyd. En esta versión, ‘Mamma Mia: Una y otra vez’, de Ol Parker, los protagonistas – que repiten prácticamente tod@s, Meryl Streep, Amanda Seyfried, Colin Firth, Pierce Brosnan, Julie Walters, Christine Baransky, Stellan Skarsgard, Dominic Cooper, Lily James… y a l@s que se unen también Cher y Andy García – rememoran, desde su presente, el verano mágico en el que todo comenzó. Ha interesado, con algunas reservas, y debe verse.

La segunda es ‘La revolución silenciosa’, de Lars Kraume. Basada en el libro homónimo de Dietrich Garstka es un drama – ambientado en los años 50, cinco años antes de la construcción del Muro –  en el que un grupo de estudiantes decide solidarizarse con las víctimas de la Revolución Húngara de 1956, con un minuto de silencio durante las clases. Contraste de pareceres, pero ha sido muy estimada en su país, el tema es interesante y no hay que perdérsela.

Y la tercera es ‘Happy End’, del prestigioso Michael Haneke, que recoge el contraste entre el modus vivendi de una familia burguesa, que tiene una empresa en Calais, y el de un vecino campamento de refugiados. Las críticas han sido, en general, muy negativas pero… habrá que comprobarlo viéndola. Con un reparto atractivo en el que destacar a Isabelle Huppert, Jean-Louis Trintignant y Mathieu Kassovitz.

Ocho años de Sevilla Cinéfila: Un amigo muy especial

Como para quien esto firma, julio es un mes muy intenso ya que, entre su cumpleaños y su onomástica, hay tan solo cuatro días de diferencia, se ha olvidado – hasta hoy – de resaltar el octavo aniversario de este blog de cine y cultura llamado Sevilla Cinéfila , que tuvo lugar hace una semana, y que, para ella, es un amigo muy especial.

Un amigo muy especial – cuya existencia se debe a la hija de esta firmante, Vita Lirola, que lo creó para ella el 9 de julio de 2010 – a quien le transmite sus impresiones sobre las películas que ve, sobre presentaciones de libros, sobre las sesiones de los clubes de lectura a los que se honra en pertenecer, sobre el día y día del Festival de Cine Europeo de esta ciudad, sobre jornadas y eventos tanto feministas como animalistas, sobre cada uno de los encuentros y resúmenes de temporada de la tertulia cinematográfica que coordina en La Casa del Libro de la calle Velázquez …

Un amigo muy especial, a quien confiar también sus penas más desgarradoras, como las muertes de cuatro de sus compañer@s de vida, dos gatas y dos gatos, que se fueron en apenas tres años. Como la de la muerte repentina de un hombre inolvidable y especial que le dio un nuevo nombre a la tertulia citada,  el suyo, Luis Casal Pereyra. Un amigo muy especial, al que le presta sus miradas de izquierda, promujeres y antiespecista, el orden de los factores no altera el producto, incluyendo las crónicas de manifestaciones reivindicativas.

Un amigo muy especial, a quien frecuenta todo lo que puede, actualizando sus contenidos. Un amigo muy especial, que también se ha hecho eco de ciclos y actividades de interés, de experiencias como las de la noche en el blanco de los Oscar, cinco años consecutivos, en la emisora ​​del Sevilla Fútbol Club y en las entrañas del estadio, entre otras muchas y variadas. Un amigo muy especial, que le ha deparado muchas alegrías, satisfacciones y reconocimientos. Un amigo muy especial, que ha permitido contactar con personas muy especiales.

Un amigo muy especial cuya continuidad en el tiempo se debe a ustedes, lectoras y lectores. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

 

‘En cartelera’: Autoras, fotógrafas y padres nada convencionales

Ayer,  en el tan cinematográfico viernes y 13, se renovó la cartelera con una oferta de películas de entre las que destacamos tres. A saber, y las comentaremos por este orden, una francesa, una surcoreana y una estadounidense.

La primera es ‘Lola Pater’, de Nadir Moknéche. Sobre el hijo de unos inmigrantes argelinos, residentes en París, quien, al perder a su madre, decide buscar al padre que les abandonó 20 años atrás para encontrarse con una enorme sorpresa…  Un drama familiar poco convencional que ha suscitado contraste de pareceres, pero que debe verse. Con la siempre maravillosa Fanny Ardant.

La segunda es ‘La cámara de Claire’, del estimulante Hong Sang-soo, que sigue a una joven injustamente despedida de una distribuidora durante el Festival de Cannes, y a su encuentro con una profesora aficionada a la fotografía  con la que creará lazos de comprensión y afecto. Ha interesado mucho y no hay que perdérsela. Una de sus protagonistas es la excelente Isabelle Huppert.

Y la tercera es ‘Mary Shelley’, de la cineasta saudí Haifaa al-Mansour (‘La bicicleta verde’). Narra la relación entre la escritora del título – autora de la inmortal novela ‘Frankestein’ – y el poeta Percy Shelley, que provocó la génesis del libro, desde una perspectiva feminista. Ha interesado bastante, en general, con algunas excepciones y no hay que dejarla escapar. Con la estupenda Elle Fanning.

‘En la playa de Chesil’: Melodía interrumpida

Un autor británico, al que quien esto firma admira, – Ian McEwan, cosecha del 48, con obras tales como Expiación, Sábado, Ámsterdam o La ley del menor, entre un largo etcétera – y un realizador – su compatriota Dominic Cooke, cosecha del 66, director de las más prestigiosas compañías teatrales de su país y debutante en el cine – se unen para adaptar la novela homónima del primero.

Y lo hacen en esta producción del Reino Unido – de 110 minutos de metraje, cuyo guión firma el propio escritor, que tiene una hermosa fotografía debida a Sean Bobbit y cuya banda sonora, no menos delicada, es de Dan Jones – que nos cuenta la historia, ambientada en 1962, aunque luego avance en el tiempo, del romance entre dos jóvenes de poco más de 20 años, ella, de clase media alta y violinista y él, de extracción trabajadora y licenciado en historia. Dicha relación culmina en boda y en esa noche – en la playa del título – ocurrirá algo que cambiará sus vidas para siempre.

Quien esto firma, que ha releído el libro antes de escribir esta entrada, da fe de la dificultad de trasladar al cine una prosa como la de McEwan. Especialmente en esta pieza, de tan solo 184 páginas, tan introspectiva como compleja y sutil, tan reflexiva y profunda como delicada, tan feroz como suave, tan irónica como compasiva.

Algo de todo ello, que también describe un retrato generacional y político, de un tiempo, de un país y de los prolegómenos de una década llamada prodigiosa, que fueron oscuros, represivos y represores, especialmente para las mujeres, se refleja en esta ópera prima. Un debut tras la cámara que ha convencido a la crítica y que a esta firmante le ha suscitado más reservas que adhesiones.

Porque si bien es verdad que, en su mejor registro, posee intensidad, lirismo y un aliento trágico, además de la prodigiosa, conmovedora composición de la enorme Saoirse Ronan, a quien Billy Howle da una réplica más que digna, también lo es que resulta decepcionante la manera en la que el novelista se traiciona a sí mismo añadiendo un final postizo, caracterizaciones incluidas, y un inédito y forzado destino para su protagonista, que tampoco lo estaba.

Esto en lugar de ahondar en la raíz del problema, la radical incomunicación entre la pareja, la alienación de una chica sometida a una sexualidad impuesta por la norma imperante, además del trauma infantil sugerido y la ignorancia de un muchacho a quien su rol le viene también impuesto y grande…

En cualquier caso, una película digna que merece verse.