La actriz, guionista y directora nacida en Noruega, cosecha del 76, de padres pakistaníes, Iram Haq, es la firmante de esta película autobiográfica sobre la que ha declarado en una entrevista de la agencia EFE «que sentía la necesidad de denunciar una situación que aún se repite en lugares tan próximos como Alemania, Italia o los países escandinavos: las familias siguen llevándose a sus niñas a Pakistán para «enderezar» sus conductas europeizadas. Y las niñas sufren terriblemente»
Esto le ocurrió a ella cuando solo contaba con 14 años. Y lo refleja en la historia de Nisha, una chica inteligente que está integrada en la cultura occidental, pero que en casa acata las rígidas normas paternas, que apenas si transgrede – adolescente como es – llegando tarde y a hurtadillas cuando está de fiesta con sus amistades. Pero el día en el que su progenitor descubre la inocente cita con un chico en su dormitorio la pesadilla comenzará…
La realizadora retrata muy bien el drama de una joven atrapada entre el afecto y la lealtad hacia su familia y sus raíces y su integración en un modus vivendi europeo aunque no sea en su plenitud, porque no es libre. Retrata muy bien la impiedad de un progenitor que – aparentemente justo, trabajador, bondadoso y amante de l@s suy@s – muestra su rostro más feroz cuando su concepto patriarcal del honor, y el de su comunidad, es cuestionado por el comportamiento de ella.
Retrata muy bien el secuestro al que es sometida, pese a la vigilancia de los servicios sociales, por su ingenuidad y buena fe al creer que le era posible la vuelta a casa. Retrata muy bien la desesperación que la invade al verse en un país extranjero – Pakistán, Islamabad concretamente, pero India en realidad al ser imposible rodar allí- con una familia a la que ni conoce, ni quiere, que ni la conoce, ni la quiere.
Retrata muy bien su forzada mansedumbre, tras varios intentos de fuga y rebeldía, que no consentimiento, ante una vida cotidiana sin alegrías como castigo a su desobediencia y como aprendizaje de lo que sus ancestros esperan. Retrata muy bien el calvario de una chica noble y buena ante los guardianes de la moral y de las normas más estrictas y oscuras que se ceban especialmente contra las mujeres, tanto a nivel familiar como institucional.
Retrata muy bien tales infamias y también las de las bodas concertadas Pero no crean que es maniquea. Por el contrario, es incluso muy generosa con la figura paterna, véase la conclusión. Mucho más que con la materna…
Coproducción noruega-germano- sueca de 106 minutos de metraje. Escrita también por Iram Haq. Con una excelente y matizada fotografía de Nadim Carlsen, una intensa banda sonora de Lorenz Dalgen y Martin Pedersen y un reparto impecable en el que sobresale una magnífica Maria Mozhdah a la que da una excelente réplica Adil Hussain.
Hay muchas Nishas en toda Europa, obligadas a matrimonio forzosos y concertados, secuestradas por quienes dicen amarlas y querer su bien. También en nuestro país. Y no todas sobreviven, y no todas tienen finales felices… Recuérdenlo, recuérdenlas, ténganlas en cuenta cuando vean esta película dura, sin concesiones, valiente, valiosa y necesaria.