Según la imprescindible página Wikipedia, consultada por quien esto firma, Khadija Al-Salami – cosecha del 66, escritora, productora y realizadora yemení, responsable de esta película – tuvo en su infancia una experiencia tan atroz como la de su protagonista. Forzada por su tío a casarse, con tan solo 11 años, fue violentada por su marido. Se rebeló contra su suerte, pese a su corta edad, y tras mucho esfuerzo, consiguió escapar a su destino trabajando y estudiando al mismo tiempo. Primero en Estados Unidos y luego en la capital francesa, donde ostenta el cargo de Directora del Centro de Información de la Embajada de su país.
Pero aún hay más. La historia que relata ’10 años y divorciada’ – sobre una niña de esta edad obligada por su padre a casarse con un hombre de 30, que la fuerza y maltrata, y que se rebela y apela a la justicia – está basada en un libro autobiográfico de Nujood Ali, cosecha del 98, una de las figuras centrales del movimiento yemení contra el matrimonio forzoso de menores.
Después de todo esto, ¿qué más puede añadirse?. Pues que no es un filme perfecto, ni redondo, pero sí valiente, relevante y valioso. Que puede que tenga cierta tosquedad en su realización, que se note que sus actores y actrices no son profesionales – aunque la niña Reham Mohammed esté llena de fuerza y carisma, como su hermana Rana, que la interpreta siendo más pequeña -, que tiene un eje central de denuncia y de tesis, que su mensaje es superior a su puesta en escena. Sí, pero…
No incurre en el maniqueísmo, especialmente en lo que concierne al juicio. Posee ternura y humor, tanto como desgarro en el retrato de esta heroína y su ambiente tribal, en las relaciones familiares y con las de su brutal esposo y su cómplice suegra. En su vivencias, amistades y juegos infantiles, por encima de las odiosas presiones adultas. E incluso hasta generosa con los patriarcas, empezando por el progenitor, que la condujeron – inocente e indefensa, pero determinada y enérgica – hasta el infierno conyugal.
Fechada en 2014. 96 minutos de metraje. El guión se debe a la directora, sobre la obra citada. La música es de Thierry David y la fotografía, de Victor Credi.
Miles de niñas perecen como consecuencia de torturas y violaciones en el seno de matrimonios de conveniencia que arreglan los varones. Y aunque esa ley detestable que los permite, prohíbe que se consumen hasta que estén desarrolladas, los maridos con poder absoluto la incumplen. Hasta que una de ellas, una pequeña gran heroína, desafió las reglas y se atrevió a reclamar justicia.
Por ella, por ellas, véanla.