Archivo diario: noviembre 11, 2019

SEFF, 16 Edición. Sección Oficial. Toma 9. ‘Martin Eden’: Clase y cultura

Quien esto firma no ha leido ‘Martin Eden’, la novela autobiográfica de Jack London. Lo que no le ha impedido disfrutar – y también irritarse, todo sea dicho – con su adaptación cinematográfica firmada y escrita, junto a Maurizio Braucci, por Pietro Marcello – cosecha del 76, documentalista hasta que debutó en la ficción con ‘Lost and Beautiful’ (2015) – de la que, por esta razón, ignora su fidelidad a la letra profunda de su homónima literaria.

Coproducción entre Italia, Alemania y Francia de 129 minutos de metraje. A la autoría de su guión ya nos hemos referido. Su excelente fotografía la firman Alessandro Abate y Francesco di Giacomo y la banda sonora, que no le va a la zaga, Marco Messina y Sacha Rizzi. Sus factura y producción son impecables. La historia sigue a un joven marinero muy pobre que accidentalmente salva la vida de un chico rico, quien, no solo le introduce en su ambiente, y de cuya hermana se enamora y es iniciado por ella en los placeres del conocimiento que le descubrirán su vocación literaria y asentarán sus ideas filosóficas y políticas, en plena ebullición de las socialistas entre un proletariado luchador y pujante.

Estamos ante una película-río, deslumbrante, poderosa, magnética y febrilmente narrada. Estamos ante una película brillante, tan moderna como producto de su época, tan clásica como atemporal y tan vibrante como reflexiva. Especialmente sensible en lo que respecta a su toma de posición de clase en un siglo en el que la educación era privilegio exclusivo de las más privilegiadas. Estamos ante un homenaje a la lectura y a la escritura, a las inquietudes más intelectuales, así como a la solidaridad obrera frente a la esclavitud de unos trabajos explotados y de unas condiciones de vida infames.

Pero también ante una escritura demasiado enfática, que pasa de puntillas sobre los personajes, cuyas protagonistas femeninas son esquemáticas hasta decir basta y que es efectista y epatante en ocasiones. En cuanto al personaje central, con el que quien esto firma empatizó a duras penas, por su feroz individualismo, prepotencia y desclasamiento, también está dividida en cuanto a su intérprete – Luca Marinelli – Mejor Actor en Venecia – que le resulta tan magnético y solvente, como sobreactuado.

En cualquier caso, ha concitado entusiasmos generalizados y debe verse.

SEFF, 16 Edición. Sección Oficial. Toma 8. ‘Longa noite’: Nos queda la palabra

Eloy Enciso, cosecha del 75, es una de las voces más singulares del cine gallego. Lo demostró sobradamente en ‘Arraianos’ (2012) y lo confirma en esta su última propuesta. Sus señas de identidad fílmicas, centradas en comunidades cerradas y claustrofóbicas en bellísimos entornos rurales de su tierra, están también en ‘Longa noite’, aunque su temática sea muy diferente.

La historia, ambientada en la primera parte de la posguerra, sigue a un hombre que vuelve a su aldea para concitar el odio y la sospecha tanto en vencedores como vencidos. Esta es una sinopsis muy esquemática, que no da la medida de un tratamiento narrativo y estilístico muy pausado, deliberadamente no naturalista, poético, en el que se hace un tributo a la Memoria Histórica, de una forma valiosa, necesaria y nada convencional, con textos de Max Aub o Alfonso Sastre con cartas de presos del franquismo.

Para captar en toda su profunda complejidad la esencia de este filme hipnótico y poliédrico, hay que dejarse llevar por su ritmo pausado y por la sugerencia de sus palabras e imágenes, tanto más interesantes cuanto más avanzan sus 93 minutos de metraje. Hay que dejarse envolver por sus imágenes debidas a la prodigiosa fotografía del gran Mauro Herre y por los meandros de un guión que firma el propio Enciso.

Pues eso. Háganlo.