Archivo diario: noviembre 15, 2019

SEFF, 16 Edición. Special Screenings. Toma 17. ‘Womam make film…’: Visibilizando a las cineastas

Quien esto firma, contrariamente a su inveterada costumbre en el Certamen de priorizar a la Sección Oficial, lo ha hecho con esta serie – valiosa, imprescindible, justa, necesaria, excelente y que será prácticamente imposible ver en salas comerciales – de cinco documentales, de 180 minutos de duración y ocho apartados cada uno, 40 en total, en los  que se analiza exhaustivamente el trabajo invisibilizado de las mujeres cineastas. 14 horas de cine – que ya ha completado – a las que ha dado la máxima prioridad y de las que les da cuenta en esta entrada que implica, en realidad, cinco sesiones en una. O cinco Tomas en una.

Su responsable es el productor, crítico, guionista y realizador británico Mark Cousins, cosecha del 65, que ya le dedicó otro a la Historia del Séptimo Arte, con realizadores masculinos fundamentalmente. Y a clásicos tales como Orson Welles.

Con el ya paradigmático travelling sobre una carretera en movimiento, como el coche invisible desde el que se la filma, en el que varían los paisajes, los espacios y la climatología, se da paso a cada apartado. Todo ello bajo el denominador común de la mirada de las mujeres tras la cámara través de las décadas. Bajo el denominador común de la mirada de las mujeres tras la cámara desde la misma existencia del cine.

Cada epígrafe tiene un tema y cada tema varias secuencias de películas de mujeres que lo ejemplifica, descritas desde el  fondo y desde la forma, desde el enfoque y desde la narrativa. Con unos enormes rigor y exhaustividad. Desde la diversidad y pluralidad de visiones de las directoras de todas las épocas y de todos los continentes. Narradas por colegas tan importantes como Jane Fonda o Tilda Swinton, una de sus productoras, entre un largo etcétera.

En este sentido, es profundamente feminista y reivindicativo aunque no haya seleccionado filmes más directamente comprometidos. Aunque no haya seleccionado ninguna historia de amor lésbico. Pero sí lo ha hecho – ¡¡¡y de qué manera!!! – con cómo ruedan ellas los travelling, los primeros planos, los encuadres, los picados y contrapicados. De cómo construyen la puesta en escena, el punto de vista, el ritmo, el tiempo…

De cómo filman y cómo transmiten – en muchos casos anticipándose a celebrados hallazgos de miradas masculinas – el amor, el duelo, la vida y su significado, la muerte, el hogar, las pérdidas, las economías narrativa y literal, las canciones, los bailes, la maternidad, la pareja, los géneros, los recuerdos, las emociones, el cuerpo, la libertad, la religión, las revelaciones, los finales…

14 horas del MEJOR CINE QUE SE HA VISTO EN EL FESTIVAL, DE SU AUTÉNTICA JOYA DE LA CORONA. 14 horas por las que quien esto firma ha debido hacer malabarismos para recuperar títulos de la Sección Oficial en otros horarios, sin lograrlo en algunos casos. 14 horas con una media de 9 personas en la sala mientras otras, la mayoría, de las propuestas tenían colas interminables. 14 horas de visibilización de las cineastas. 14 horas de lecciones magistrales de cine y de vida.

No está a concurso, ni, por tanto, será premiado pero quien esto firma ya le ha dado EL MÁXIMO GALARDÓN.

HÁGANSE CON ÉL AL COMPLETO. NO DEJEN DE VERLO.

 

SEFF, 16 Edición. Sección Oficial. Toma 16. ‘Juana de Arco’: Inquisiciones

Sobre la figura de Juana de Arco, la llamada Doncella de Orleans, se han hecho varias películas de las cuales las más conocidas son la francesa muda, de 1928, obra maestra de Carl Theodor Dreyer, con María Falconetti de protagonista y la estadounidense de Victor Fleming, de 1948, que protagonizó Ingrid Bergman. Ahora, el guionista, productor, editor de cine, profesor y director Bruno Dumont – que ya ganara el Giraldillo de Oro del SEFF en 2016 con la, para esta firmante, detestable ‘La alta sociedad’ – presenta en el Festival su personalísima y singular versión del mito, tras la primera entrega – que se sepa, inédita en Sevilla – ‘Jeannette, la infancia de Juana de Arco’ (2017).

Y aunque esta firmante, con tal antecedente, iba con las carnes abiertas, lo cierto es que ha conectado mucho con esta Juana tan singular, tan niña, tan inocente y tan madura, una espléndida y magnética Lise Leplat Prudhomme. Tan tierna y tan feroz. Tan independiente y tan leal súbdita de un monarca impresentable. Tan indómita, tan segura, tan luminosa y tan afirmativa frente a sus siniestros y miserables jueces y verdugos.

Lo cierto es que ha conectado mucho con esa manera de narrar los hechos históricos, basada en la obra teatral de Charles Peguy. Lo cierto es que ha conectado mucho con esa puesta en escena tan suntuosa – ¡¡¡esos planos de la magnificencia gótica de la Catedral de Rouen!!! – como minimalista. Así, la escena final de la hoguera tan sorprendente y desarmante, tan esquinada y despojada de toda su aura trágica y dramática, aunque las tenga y de qué manera.

Lo cierto es que ha conectado mucho con esa atmósfera de terror, con el hecho de que se centre en esos Padres de la Iglesia, en esos sacerdotes y teólogos, presuntamente doctos y fanáticos oscurantistas, vistos, y ridiculizados, en todas sus despreciables miserias. En esos patriarcas derrotados – pese a las condena y ejecución de la feroz sentencia – por la inapelable sinceridad y claridad de ideas de una niña. Porque aquí Juana sigue siendo una niña con un pesado destino, con una compulsiva misión sobre sus hombros.

133 minutos de metraje. La escribe, sobre la obra citada, el propio director. La fotografía, la imagen, que cortan la respiración, la firma David Chambille. Su factura es hermosa e impecable. Y su reparto sólido y solvente, en estado de gracia.

Permitan que les rompa los esquemas y véanla.