Eloy Enciso, cosecha del 75, es una de las voces más singulares del cine gallego. Lo demostró sobradamente en ‘Arraianos’ (2012) y lo confirma en esta su última propuesta. Sus señas de identidad fílmicas, centradas en comunidades cerradas y claustrofóbicas en bellísimos entornos rurales de su tierra, están también en ‘Longa noite’, aunque su temática sea muy diferente.
La historia, ambientada en la primera parte de la posguerra, sigue a un hombre que vuelve a su aldea para concitar el odio y la sospecha tanto en vencedores como vencidos. Esta es una sinopsis muy esquemática, que no da la medida de un tratamiento narrativo y estilístico muy pausado, deliberadamente no naturalista, poético, en el que se hace un tributo a la Memoria Histórica, de una forma valiosa, necesaria y nada convencional, con textos de Max Aub o Alfonso Sastre con cartas de presos del franquismo.
Para captar en toda su profunda complejidad la esencia de este filme hipnótico y poliédrico, hay que dejarse llevar por su ritmo pausado y por la sugerencia de sus palabras e imágenes, tanto más interesantes cuanto más avanzan sus 93 minutos de metraje. Hay que dejarse envolver por sus imágenes debidas a la prodigiosa fotografía del gran Mauro Herre y por los meandros de un guión que firma el propio Enciso.
Pues eso. Háganlo.