Archivo mensual: octubre 2015

‘En cartelera: ¿Truco o trato…?

La víspera de Halloween ha deparado a la cartelera sevillana una oferta de cintas de estreno variada y heterogénea. En la que, lamentablemente, la vos nos es escamoteada en sesiones muy tardías. Consulten, no obstante, días y horarios pero… Dos estadounidenses  y una coproducción entre México y USA son las que, sobre el papel, se proyectan en su lengua original.

La primera es el thriller político, basado en hechos reales, ‘La verdad’, ópera prima de James Vanderbilt, guionista de ‘Zodiac’ entre otras. Ambientada en 2004, la productora de los informativos de la CBS, junto al presentador y a un pequeño equipo, investigan una noticia que podía cambiar el curso de las muy próximas elecciones presidenciales. Con un reparto en estado de gracia en el que destacan Robert Redford, Dennis Quaid, Topher Grace, Elisabeth Moss y, sobre todos-as, una eminente Cate Blanchett, sus reseñas son magníficas, con algunas salvedades, y se impone verla.

La segunda es un musical, basada en el homónimo que obtuvo un Premio Tony, ‘Los últimos cinco años’, de Richard LaGravenese. Narra el agridulce romance entre una joven aspirante a actriz y un novelista en alza. La crítica de su país se le ha rendido. La europea, no tanto. Se destaca el trabajo de la pareja protagonista, sobre todo el de la estupenda Anna Kendrick, y no debería obviarse.

La tercera es ‘Little boy’, de Alejandro Monteverde. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, sigue a un niño de siete años, con problemas de desarrollo, sufre la crueldad de su entorno cuando su padre y único apoyo se marcha al frente. Pese a la presencia de Emily Watson y Tom Wilkinson, sus referencias son muy negativas, en general. Ustedes deciden.

Otro de los estrenos más estimulantes es la española ‘Truman’, de Cesc Gay. Sobre dos amigos, un reencuentro, el perro de uno de ellos que da nombre a la cinta y una revelación que lo cambiará todo. Trata, a tenor de las opiniones leídas sobre ella, un tema sombrío con elegancia, lucidez y humor. Sus dos intérpretes principales Ricardo Darín y Javier Cámara están espléndidos y no hay que perdérsela bajo ningún concepto. Además es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine, ‘La Palabra y la Imagen’ del miércoles 4 de noviembre, junto a ‘El club’, de Pablo Larraín.

Contraste de pareceres entre ‘un melodrama clásico y elegante’ o ‘inverosímil y algo caótica’ para la francesa ‘3 corazones’, de Benoit Jacquot. Sobre un trío amoroso muy particular, pero no simultáneo en el tiempo. Chiara Mastroianni, Benoit Poelvoorde y Charlotte Gainsbourg, junto a Catherine Deneuve, hacen los honores. Hay que verla.

Y una comedia sentimental, con mucha división de opiniones especializadas, es ‘El becario’, de Nancy Meyers. Sobre un viudo jubilado que se lanza a trabajar en tal puesto en una empresa muy joven y novedosa, con una jefa en crisis,  cambiando su entorno. Con Robert De Niro y Anne Hathaway. Se le puede dar una oportunidad…

Otra española más que inquietante, con un tema escabroso y con buenas referencias, que concursó en Sitges, es ‘El cadáver de Anna Fritz’, de Héctor Hernández Vicens. Sobre una joven y bella actriz que aparece muerta desnuda en la suite de un hotel y es llevada a la morgue de un hospital, donde el joven celador y dos de sus amigos quieren verla y… Su visión se impone y también comprobar qué tratamiento le da a un asunto tan tenebroso.

Las inéditas, que le conste a quien esto firma, son cuatro. Una italiana, una austriaca, una hispano-chilena y una coproducción entre Francia, España, China, Corea del Norte y Estados Unidos. La primera es ‘Educación siberiana’, de Gabriele Salvatores. Basada en las experiencias autobiográficas del protagonista de la novela en la que se basa, Nicolai Lilin, y su formación en el ambiente de la más sanguinaria mafia rusa. Ha gustado bastante y llega con dos años de retraso.

La segunda, la tercera y la cuarta son documentales. Como ‘El gran museo’, del austríaco Johannes Holzhausen, sobre el día a día del Museo de Arte de Viena. Nada convencional, sus referencias son excelentes.

Como ‘El gran vuelo’, de la chilena Carolina Astudillo Muñoz, que narra la historia real de Clara Pueyo Jornet, militante del PSUC, quien, presa en pleno franquismo, se fugó en una operación organizada por su partido y se perdió su pista. Un homenaje a las mujeres luchadoras y reprimidas por la dictadura, que tiene magníficas críticas.

Y como, para finalizar, ‘The propaganda game’, de Álvaro Longoria. Sobre las técnicas de desinformación y manipulación en el caso de Corea del Norte. Ha interesado bastante.

El CAL en Infanta Elena. Clara Usón: El valor, el precio, el dogma…

Clara Usón completó esta noche en la Biblioteca Provincial Infanta Elena de Sevilla, y en un acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras,  Letras Capitales, una trilogía de oro de escritoras catalanas, no independentistas, cultas, cultivadas, cosmopolitas, estimulantes y llenas de talento, que presentaron respectivos libros en una semana. Mercedes Monmany y Rosa Regás son las otras dos, por este orden. Este blog se ha hecho eco de este inesperado, notable y más que peculiar ciclo. La primera y la tercera, además, pertenecen a la misma generación. Solo cuatro años las separan…

Usón fue saludada por la responsable de la biblioteca como representante de la literatura más activa y creativa. Y por el excelente presentador, el periodista y escritor Alejandro Luque, como una trayectoria novelística en progresión de lucidez, seguridad, ambición y calidad. Como una explosión de talento, merecedora de todos los premios, que culminaba en este su libro ‘Valor’. En cuanto a la protagonista se mostró encantada de estar en un lugar de lectura maravilloso, con tantos-as jóvenes. ‘No está todo perdido…’.

Lo que sigue ahora es un desbarajuste, pobre y esquemático, de cuanto una conversadora inteligente y brillante, de verbo ágil y rapidez mental, expresó, con la perfecta complicidad de su anfitrión, en esta tarde – noche del otoño sevillano. Así, sobre el libro. Pretendió escribir una novela con la intensidad de un cuento, con tres historias que se van imbricando sin rellenos de continuidad, ni ripios. Un artefacto extraño en su estructura y arriesgado, que el introductor consideró absorbente.

Sobre sus personajes. Valor, de coraje, de principio moral, con algo de inconsciencia y desesperación. Como el de ese peculiar anarco-comunista, Fermín Galán, un personaje y una historia reales sobre el y la, como suele hacer, ha investigado tres años quien, con el apoyo de un aristócrata de izquierdas, familiar suyo, de Casares Quiroga, de algunos militares y sindicalistas – que luego quisieron posponer el plan – proclamó la revolución en Jaca en 1930.

Pero que, como la historia es azarosa, un cambio de día hizo que fuera aplastada. El héroe, tan fanático como humano, pudiendo huir a Francia decidió regresar junto a sus compañeros y entregarse a las fuerzas monárquicas, que le ejecutaron un 14 de diciembre. Él mismo dio la orden de disparar al pelotón.

Valor, de precio. Como el de los inexorables mercados que nos gobiernan. Como el del dinero al que, si no somos poderosos, accedemos por el trabajo al que le damos todo. La esclavitud moderna. La tragedia moderna de una directora de sucursal de banca, con una hija gogó de discoteca, que fue el instrumento de la estafa de las preferentes y marginada socialmente por el.

Y también valor de dogma. Del dogmatismo religioso. Como el monje franciscano croata, que fue responsable de un campo de concentración fantasma, pero muy real, en el que se exterminó a serbios, comunistas y judíos. Fray Satán, le llamaban. Esta orden, y la de los jesuitas, fueron las más represoras. El sacerdote es ficción. Los hechos, lamentablemente ciertos.

Hechos reales, que combina con la ficción, en sus dos últimas novelas. Se permite libertades sobre los personajes, pero es rigurosa y exhaustiva investigando los datos históricos. Por pudor y también por su cercanía en el tiempo. Le gusta documentarse.

Recibió el Premio de la Crítica, entre otros, por la extraordinaria ‘La hija del este’, que debatimos el día anterior en el club de lectura de quien esto firma. Hacía 52 años que no lo ganaba una mujer. El Nacional de Narrativa, solo tres en casi cuarenta . Los hombres son los críticos, comentó. Y no asumen como verdadera literatura la escrita por mujeres. Cree que se lo dieron porque escribió sobre la guerra… El canon lo establecen ellos y ellas son las que leen. Esto sucede en España. No así en el mundo anglosajón.

Hay que leer, leer lo que a cada cual le guste. Sin restricciones. Best sellers, lo que sea. El criterio selectivo vendrá después. No le gustan ni las banderas, ni las patrias, ni los nacionalismos, que se alimentan de agravios y son xenófobos, a su parecer. Es española porque no tiene más remedio. Y le ha firmado a quien esto escribe una dedicatoria muy cariñosa que termina diciendo: «¡Gracias por leerme!».

Gracias a ti, Clara Usón, por escribir lo que y como escribes. A Alejandro Luque, impecable introductor. A la Biblioteca Infanta Elena y al Centro Andaluz de las Letras. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

No solo cine. El CAL en Infanta Elena. Rosa Regás: Fe de vida…

Algunas cosas que sabemos de Rosa Regás. Barcelonesa, escritora, editora y con unos espléndidos 81 años. Reconocida con, entre otros premios, el Planeta, el Nadal, el Ciutat de Barcelona y el de Biblioteca Breve. Chévalier de la Légion d’Honneur de la República Francesa. A los 57 años publicó su primer libro, a los 60 fue directora del Ateneo Americano de la Casa de América, a los 71, directora general de la Biblioteca Nacional.

Esta ilustre, estupenda, lúcida, incisiva, ilustrada y divertida creadora octogenaria ha presentado esta tarde-noche el segundo tomo de sus memorias, ‘Una larga adolescencia’, acompañada por Carlos Funcia, en otra estimulante velada organizada por el Centro Andaluz de las Letras en la Biblioteca Pública Provincial Infanta Elena. El salón de actos estaba, como es de recibo, lleno a rebosar y ha habido que añadir sillas pues se ha quedado pequeño…

Rosa Regás 4 Rosa Regás 3 Rosa Regás 2 Rosa Regás 1

El introductor, que estuvo a la altura, la describió como ‘ la jefa de todo esto’. Como parte intrínseca de la reciente historia de este país y de su literatura. Coetáneos-as suyos-as, recordó, han sido Carlos Barral, Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Gil de Biedma o Juan Benet. Muy próximos-as, aunque más jóvenes, Colita, Terenci y Ana María Moix.

La protagonista se definió como el título de su primer libro, ‘Entre el sentido común y el desvarío’. Como una mezcla entre el primero, herencia paterna, y el segundo, por línea materna. Aseveró que tiene tendencia a renacer en ciclos de 10 años de vida. Así le ocurrió en su entrada en Barral, en su editorial, en su experiencia en Naciones Unidas, en la Casa de América y en la Biblioteca Nacional. «Igual todavía me toca…»

Hija de rojos, republicanos y exiliados en París, tuvo una infancia muy dura y discriminada por esta circunstancia, aunque privilegiada en comparación con la de otros-as. Su abuelo paterno, un burgués catalán reconvertido en franquista, reclamó y obtuvo la patria potestad de sus hermanos y de ella para internarles y verles pocas veces al año. Sus padres, separados, no pudieron estar presentes sino a escondidas en su boda…

Sufrió la presión y el estereotipo fascista impuesto a las mujeres, ciudadanas de segunda, sometidas a la autoridad del padre y del marido, según el modelo ideológico de la Sección Femenina, encarnada en Pilar Primo de Rivera. Pero ella rompió esos moldes y consiguió – casada, con hijos y pese a la oposición familiar – acceder a la universidad y sentirse como una persona adulta por primera vez.

Un ejercicio de memoria personal, y de Memoria Histórica de un tiempo y de un país, nada solemne, ni altisonante, narrado por la escritora con tanto humor como pasión. Recordando la ferocidad y grisura de esos años de plomo de la dictadura fascista. Nada patriota, ni independentista. Con la sensación de no pertenencia a esa época que le tocó padecer, pero con la ventaja de ser antifranquista.

Muy crítica con el actual modelo catalán y sus representantes. Con un nacionalismo en el que no se reconoce, incluyendo el españolista del partido gobernante. Señalando sus corrupciones, trampas, mentiras y manipulaciones. Trilingüe, se posiciona contra la llamada ‘normalización de la lengua’. Escribe en castellano, idioma en el que ha sido educada. Su catalán es coloquial, no literario. Y promete dos entregas más de una vida apasionante, a dos semanas de cumplir los 82…

Preguntada por la fórmula de su pasmosa y reconfortante vitalidad y agudeza mental, citó a la genial neuróloga italiana Rita Levi Montalcini fallecida a los 103 años, hace tres, en pleno uso de sus facultades. Entrenar, trabajar, cultivar la memoria, la mente, el intelecto. Larga vida y así sea.

Gracias a Carlos Funcia, a Rosa Regás, a la Biblioteca Infanta Elena y al Centro Andaluz de las Letras por otra sesión difícilmente superable. Por una protagonista única, que nos hizo rejuvenecer en todos los sentidos. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

‘Mi gran noche’: ¡¡¡Fiesta, fiesta!!!

En esta nueva propuesta de Álex de la Iglesia, cosecha del 65, están muchos de los elementos que conforman su filmografía y que definen algunas de sus señas de identidad como realizador. Como la exuberancia visual. Como una producción y factura impecables. Como un diabólicamente brillante manejo de la cámara, los encuadres y los planos en las escenas de masas.

Como, precisamente, esas secuencias y escenas que mueven a muchos personajes, con varias acciones simultáneas en ellas. Como las historias corales. Como su barroquismo. Como su desmesura. Como sus excesos. Como los riesgos narrativos y de tratamiento, que es capaz de asumir para lo mejor y para lo peor.

Quien esto firma escribió en una entrada anterior que la sinopsis de ‘Mi gran noche’ podía resumirse como «una mirada enloquecedora a la grabación de un programa de Nochevieja, en pleno verano y en un espacio, no por amplio menos claustrofóbico, donde estallan todos los conflictos». Conflictos, sí. De egos, entre estrellas, conyugales, laborales, paterno-filiales, de y con la figuración, el equipo técnico, representantes…

Este batiburrillo narrativo en el que, también como suele ser habitual en él, incluye algún delito, o intento, de sangre y gore, lo resuelve aquí con resultados irregulares y desiguales. Algunas tramas son más eficaces que otras. Pero, en general la carga crítica, sarcástica y corrosiva se difumina – especialmente en lo que se refiere a sus nada sutiles alusiones a cierta cadena privada, con algunas hilarantes excepciones, que haberlas haylas – por un tratamiento de farsa y grandguiñolesco, que dinamita incluso la propia coherencia interna del relato, por llamarla de alguna manera.

100 minutos de metraje. Escrita por su firmante y por Jorge Guerricaechevarría. Fastuosamente fotografiada por Ángel Amorós. Su eficaz banda sonora se debe a Joan Valent. Y, en general, un merecido chapeau a todo el equipo técnico y de producción.

En cuanto al artístico, con un casting impresionante, marca también de la casa, destacan poderosamente, para la sorpresa de quien esto firma y con la casi total unanimidad de la crítica, las composiciones de Raphael – le caerá algún premio, no lo duden – cuyos tours de force con Carlos Areces, otro grande, y Mario Casas son desternillantes. Las de este último, que lo borda como la pseudoestrella y sex symbol procaz, inocente y hortera. Y la de Blanca Suárez, de la que descubrimos su vis cómica en un rol de ingenua explosiva, con reminiscencias pijas y tiernas. Además de otra característica, personal e intransferible, que no debe desvelarse. También les puede caer alguna nominación…

Recapitulando. Brillante, desigual, divertida por momentos, fulgurante, irregular, desmesurada y con importantes bajones de ritmo. Sobrada de metraje y carente de las necesarias elipsis, de la imprescindible sutileza. La mirada del cineasta sobre esta fauna particular que la puebla es misántropa. Sí. Pero muy esquemática y sexista para con los personajes femeninos, trazados con brocha gorda y sal gruesa. También es impío con los masculinos, sí. Pero son más complejos.

Pues eso. La pelota está en sus tejados. Ustedes deciden. Quien esto firma, se va a mojar – como siempre hace, por otra parte – y para bien, y para mal, les recomendaría no perdérsela.

‘El Nuevo, Nuevo Testamento’: … Y algunos Viejos, Viejos clichés

Jaco Van Dormael, cosecha del 57, es un dramaturgo, guionista y realizador belga conocido especialmente por sus filmes ‘Totó el héroe’ (1991) y ‘Mr Nobody’ (2009). La  primera, cosechó excelentes críticas e importantes reconocimientos tales como el Premio de la Juventud en Cannes y el César a la Mejor Película Extranjera. Y la segunda, una intensa división de opiniones.  Fuentes de esa página fundamental que es FilmAffinity. Tienen en común con el resto de su filmografía, y con esta que ahora nos ocupa, una visión del mundo surrealista e irónica, con toques tanto de inocencia como de perversidad.

113 minutos de metraje. Su guión lo firman el propio director y Thomas Gunzig. Su fotografía, Christophe Beaucarne. Su banda sonora, An Pierlé y su montaje, Hervé de Luze. Su historia parte de la atractiva e irreverente premisa de que Dios existe y vive en Bruselas. De que es un hombre odioso, que maltrata a su mujer y a su hija. De que extrae su omnipotencia de un superordenador, encerrado bajo una llave que siempre lleva consigo en una especie de búnker,a través del cual se divierte acumulando desgracias y maldades sobre el planeta y la especie humana.

Hasta que un día la niña se rebela y entra en la habitación prohibida, desvelando a todas las personas sus fechas de defunción y originando con ello una suerte de cataclismo universal. Para evitar las consecuencias de este acto, huye de casa – asesorada por su hermano mayor y pródigo, Jesucristo, o J.C – a través de una lavadora muy particular. Una vez en la ciudad, elegirá a sus propios apóstoles.

Este, como se ha escrito anteriormente, estimulante e incisivo punto de partida se desinfla progresivamente. Dividida en epígrafes como el Génesis o los libros de los correspondientes discípulos-as , se pierde en las subtramas de las historias personales de cada uno-a de ellos-as desiguales en interés y, además, intolerablemente sexistas.

En efecto, el trato dado a las mujeres, comenzando por la madre y esposa maltratada, aunque le reserve una sorpresa posterior – que no puede, ni debe desvelarse – es denigrante. Vistas a través de la mirada lúbrica y de consumo masculino. Únicamente en función de ellos. Como prostituidas, amantes, cónyuges o sujetos, en uno de los casos, de dudosas perversiones, carecen de identidad propia. Con la excepción del personaje de la menor – una excelente Pili Groyne, Mejor Actriz en Sitges – e incluso ella misma tiene una imagen de Lolita, pintada y maquillada a sus diez años…

Es una pena, porque podía haber cuestionado de paso el patriarcado religioso y divino y lo que hace, por el contrario, es apuntalarlo. Es una pena porque su pretendida iconoclastia se queda en un juguete fantástico y complaciente a lo Jeunet, a lo peor de Jeunet. Es una pena porque también desaprovecha los gags, algunos divertidos, que provoca el conocimiento de la población de lo que le queda de vida. Es una pena, porque también desperdicia la vis cómica y cáustica de su protagonista masculino, el excelente Benoit Poelvoorde. Es una pena, porque tiene buena factura y ciertos hallazgos narrativos que se difuminan.

Lo dicho, lo escrito. Una pena.

 

En cartelera: Misas negras y noches grandes

Cuatro son las películas de estreno que se proyectan en versión original, en todas o en algunas sesiones. A saber, dos norteamericanas, una alemana y otra palestina.

La primera es el drama de acción, ‘Black Mass’ (Misa Negra) de Scott Cooper. Ambientada en los años 70, y basada en hechos reales, trata sobre la espiral de violencia que se desata tras la alianza entre un ex convicto mafioso irlandés y un agente del FBI para eliminar a los capos rusos de Boston. Ha gustado más en su país que por estos lares, pero está claro que hay que verla. Con un reparto de lujo que incluye a Johnny Depp, Dakota Johnson, Benedict Cumberbatch, Sienna Miller o Kevin Bacon.

La segunda es ‘Hotel Transilvania 2’, de Genndy Tartakovsky. En esta secuela de animación, humanos y monstruos conviven en dicho establecimiento con los correspondientes conflictos. División de opiniones.

La tercera es la alemana ‘Victoria’, de Sebastian Schipper. En, o eso se dice, un plano secuencia se nos muestran dos horas, de madrugada, en la vida de una joven española en Berlín. Lapso de tiempo en el que conocerá a cuatro jóvenes y dará un giro radical a su vida. Precedida de buenas referencias y reconocimientos, no hay que perdérsela.

La cuarta es la palestina ‘Villa Touma’, de Suha Arraf. Tres hermanas de la aristocracia de Ramala no acaban de asumir la realidad de la ocupación. La llegada de una sobrina lo cambiará todo. División de opiniones, pero no hay que obviarla.

El estreno estrella es ‘Mi gran noche’, de Álex de la Iglesia. Una mirada enloquecedora a la grabación de un programa de Nochevieja, en pleno verano y en un espacio, no por grande menos claustrofóbico, donde estallan todos los conflictos. Un casting coral de lujo que incluye a Raphael, Mario Casas, Blanca Suárez, Terele Pávez, Pepón Nieto, Santiago Segura o Carmen Machi y la crítica dividida, pero no hay que perdérsela.

Para terminar las que se nos quedan, de momento, inéditas, al menos en el área metropolitana, son dos. Una italiana, de la realizadora Francesca Archibugi, ‘El nombre del bambino’. Remake de una francesa homónima, narra como una cena entre amigos y familiares se ve alterada por el nombre, políticamente incorrecto, que una de las parejas tiene decidido para el bebé que esperan. Contraste de pareceres.

La segunda es una coproducción entre Reino Unido, Italia y nuestro país, dirigida por el prestigioso Michael Winterbottom, ‘El rostro de un ángel‘. Trata de la investigación de un periodista y un director de documentales sobre el caso real del terrible crimen presuntamente cometido por una estudiante y su ex novio, que han sido absueltos recientemente, contra una amiga común y compañera de piso de ella. Referencias irregulares.

Andalucía Televisión y ‘Una de cine’: Todo un honor para Sevilla Cinéfila

Desde el pasado 28 de febrero Canal Sur actualizó su oferta «con un canal temático de alta definición basado en la emisión de programas informativos y divulgativos, que tendrá como objetivo reforzar la identidad andaluza a través de una oferta de contenidos de actualidad» Principios fundacionales de Andalucía Televisión, recogidos por 20 minutos.

Siguiendo con este diario, y dicho artículo, unos párrafos más abajo se nos comenta que «en él se dará protagonismo al cine, con un espacio específico, ‘Una de cine’, a cargo del periodista Manuel Bellido y que se producirá en el Centro Territorial de Málaga, en el que se verán películas y grandes documentales, que servirán de hilo conductor a una posterior reflexión o coloquio con personalidades vinculadas con la temática de las cintas».

Pues bien. El Canal, programa y director citados le han hecho el honor a Sevilla Cinéfila de pedirle que intervenga en el coloquio de uno de sus programas. En él se proyectará, además, una cinta muy apreciable cuya crítica pueden leer en este blog, ‘Ali’, del hispalense Paco R. Baños.  Quien esto firma tendrá el placer y el lujo añadidos de viajar a Málaga, donde se grabará el programa, mañana mismo con el realizador de la película y con el director del Festival de Cine Europeo de Sevilla, José Luis Cienfuegos. Porque  este Certamen, muy próximo ya, tendrá también un papel destacado en el debate.

Por todo lo antedicho, quien esto firma se siente especialmente honrada y agradecida y tiene la intención de escribir una crónica sobre sus vivencias en unas horas que se prometen intensas y estimulantes. Aún no se sabe cuando se emitirá, pero les tendrá al tanto.

Gracias a Canal Sur, a Andalucía Televisión, a ‘Una de cine’ y a Manolo Bellido, por esta deferencia para con Sevilla Cinéfila. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

No solo cine. El CAL en Infanta Elena: Europa, Europa…

Una velada memorable ha tenido lugar esta tarde en la Biblioteca Provincial Infanta Elena de Sevilla. La presentación, dentro del ciclo Letras Capitales del Centro Andaluz de las Letras, del libro de la periodista, crítica literaria, autora, ensayista, investigadora, jurado en premios de prestigio, miembro de varios consejos de redacción de revistas culturales, comisaria de exposiciones y Chevalier des Arts et des Lettres de la República Francesa, entre un larguísimo etcétera, Mercedes Monmany, ‘Por las fronteras de Europa’.

Los honores de la introducción corrieron a cargo del profesor de Estética e Historia de la Filosofía Antonio Molina Flores, cuya sabiduría, cultura, erudición, inteligencia y saber estar le hicieron ser el perfecto e inapelable anfitrión, a la altura de semejantes obra y autora. Obra de la que, por cierto, solo se contó con un único ejemplar -propiedad del conductor – pues toda la edición, cerca de 1.500 ejemplares, se había agotado en apenas mes y medio desde su publicación. Así ‘no somos vendedores de enciclopedias al uso’, comentó con humor el orgulloso dueño del volumen…

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Quien esto firma, tiene la osadía de intentar dar fe de un encuentro estimulante, ameno, emotivo y enriquecedor entre dos personas expertas, sabias y cultivadas, que ofrecieron una lección magistral de literatura y de vida. Va a hacerlo, está obviamente en ello ahora mismo, a sabiendas de que será una crónica traidora al espíritu de semejante acto, esquemática e imperfecta. Pero, pese a todo, siente la necesidad irreprimible de registrarla.

Por ello, sin orden, ni concierto, al arbitrio de la memoria y de las notas tomadas in situ, tratará de apuntar algunas de las reflexiones, ideas, teorías, análisis, comentarios y consideraciones que nos regalaron, en una noche mágica y notable, ambos personajes. Autora y presentador. Un libro, se dijo, que desborda fronteras. Un texto denso, bien escrito, desde el amor y la pasión. Una escritura que, a la manera de un halcón, capta tanto la panorámica como el detalle. Un Atlas espiritual. Un libro de viajes. Un Everest de la crítica, que hay que abordar, que hay que escalar.

Y hay que hacerlo sin nacionalismos – un cáncer que conduce al racismo y a la xenofobia, según la escritora – ni fronteras. Aunque haya muchas nacionalidades en él – también muchas mujeres, muchas autoras – como, en algunas cifras, 70 de los Balcanes, 14 de Israel judíos errantes en coordenadas del Viejo Continente, 39 de Francia, 57 de Italia… Ni españoles, ni latinoamericanos. Ellos tendrán otro volumen. Claudio Magris, nada menos, lo prologa. Porque hay que construir una Europa espiritual de los pueblos.

Porque hay que leer bien para vivir mejor. Porque la lectura es una escuela de tolerancia, de amplitud de miras, de humanismo, de civilización. Por ello en él se recoge la narrativa europea de los siglos XIX, XX y XXI. Sus mapas, en su contexto histórico, del que estas tramas no pueden desligarse. Y lo principal es derribar las fronteras mentales. Porque los libros cuentan sus propias historias. Como la que el azar quiso que revelara que Jesús Carrasco escribió su notable debut literario, ‘Intemperie’, en la propia biblioteca que da cobijo a este acto.

Se comentó que Europa se abre y se cierra en dos Galicias, Finisterre y Ucrania. Que la obra es una iluminación en sí misma, un Pentecostés. Que la traducción es la lengua europea. Se glosó el cosmopolitismo frente a la ‘hiperespecialización’ de ciertos escritores. Frente a los dogmatismos, las tiranías, los purismos, las sectas ideológicas, este Continente nos va a salvar de todas estas locuras Se citó a maestros-as. Se instó a mantener viva la llama del activismo literario en esa comunidad europea de creadores-as en circulación. Así sea.

Gracias al Centro Andaluz de las Letras, a la Biblioteca Provincial Infanta Elena, a Mercedes Monmany y a Antonio Molina Flores  por una velada tan singular y extraordinaria. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

‘Marte’: El sexto pasajero

Vaya por delante que quien esto suscribe no está a favor de la carrera espacial, ni de la colonización de planetas, ni de la NASA. Que quien esto suscribe, no es especialmente fan, sino todo lo contrario, de toda esta parafernalia militar e imperialista. Esta cinta está claro que sí lo es. Incluso ha sido realizada a mayor honra y gloria de este organismo – que ha supervisado tanto la tecnología  como la veracidad de los paisajes marcianos – y de las gestas siderales de su país. Aunque pertenezca al género – como no podía ser de otra manera – de la ciencia ficción y esté basada en una novela de Andy Weir, ‘The Martian’. Título original de la película, por cierto.

142 minutos de metraje. Su guión es de Drew Goddard, adaptando la obra ya citada. Su impecable y magnífica fotografía se debe a Dariusz Wolski, Su estupenda banda sonora a Harry Gregson-Williams. La dirige, como es ya sabido, Ridley Scott, cosecha del 37, y responsable, entre otras muchas, de las míticas ‘Blade Runner’ y ‘Alien’.

En ella se nos describe la odisea del sexto pasajero de una nave tripulada de misión en Marte. Cuando les sorprende una tormenta, él se golpea, intentan rescatarle, pero pierden su pista, le dan por muerto y vuelven sin él. Sin embargo, Mark Watney, que así se llama, está vivo y, al recuperar la conciencia, deberá asumir su aislamiento en el planeta rojo – y en sus unidades de tiempo llamadas soles – y utilizar todos sus escasos recursos para sobrevivir y conectar con la tierra. Para darles fe de vida y posibilitar su rescate. Su tenacidad a toda prueba, y su formación como botánico, le ayudarán en este proceso.

Estamos ante una cinta muy eficaz, entretenida, inteligente y brillante. Comercial pero extraordinariamente digna. Con una apabullante factura y un ritmo que no decae pese a su extenso metraje y a la gran parte de su acción en la que su personaje central – un magnífico Matt Damon – está solo. Lo resuelve muy bien y, de paso, hace un elogio al conocimiento científico, a la actitud afirmativa ante la adversidad y al sentido del humor.

Es muy divertida, ironiza sobre la música disco, que suena en el hábitat del solitario héroe, incluso a su pesar pues la banda sonora es de un compañero, e incluso sobre determinados residuos biológicos de sus colegas que le sirven como abono en su monocultivo marciano. Tiene la lucidez de no enfatizar el futuro más que a nivel tecnológico y astronaútico y de saber dosificar la emoción, potenciándola en momentos muy especiales. Pero…

Uno. ¿Donde las mujeres? Salvo la excelente Jessica Chastain, comandante de la nave, o las no menos estupendas Kate Mara, Mckenzie Davis o Kristen Wiig, estas últimas en papeles más subordinados, el resto de representantes de los poderes económicos, políticos, científicos y militares, del staff en jaque por el rescate del protagonista, es abrumadoramente masculino y encarnado con talento por intérpretes tan dotados como Chiwetel Ejiofor, Jeff Daniels o Sean Bean, entre un largo etcétera. El futuro, pues, según Ridley Scott, permanece inalterable en cuanto a la jerarquía entre los sexos y a su estatus. Lástima, porque ha tenido una ocasión de oro para cuestionarlo.

Dos. Quien esto suscribe no puede estar más de acuerdo con la afirmación crítica de Pablo Kurt en esa página imprescindible que es Filmaffinity, cuando escribe que «la película fracasa en mostrar de forma verosímil la angustia de la soledad extrema, el espanto ante la certeza de la muerte, en el abandono más absoluto». Pues sí.

Con todo, por todo, pese a todo, véanla.

Recordatorio importante: Ciclo de documentales de la FNAC

Mañana, lunes, 19 de octubre, a las 19 horas, en la FNAC de Sevilla,  el excelente ciclo de documentales que coordina el crítico y amigo, Miguel Olid Suero tiene un programa más que atractivo que no hay que perderse bajo ningún concepto.

En efecto. Veremos ‘The crash reel’ (2013), dirigido por la joven realizadora londinense Lucy Walker, quien obtuvo dos nominaciones al Oscar. Con el cortometraje ‘The tsunami and the Cherry Blossom’, en 2011, sobre el terremoto que asoló Japón y con ‘Waste Land’, en 2010, sobre el trabajo de un artista brasileño en un vertedero de basura.

‘The crash reel’, en palabras de Miguel, «presentado en Sundance y Berlín, narra la historia de Kevin Pearce, un campeón de snowboard que sufrió un trágico accidente, mientras practicaba este deporte, que estuvo a punto de costarle la vida. Es un documental sobre el espíritu de superación, así como sobre la competitividad del deportista, que cuenta con espectaculares imágenes». Fue nominado a los Premios Gotham y sus referencias críticas son magníficas.

Pero esto no será todo. Sobre las 20.45, podremos ver con una primicia más que interesante de un documental andaluz, que se estrenará en noviembre, y cuyo director estará presente para introducirlo y comentarlo.

Por último, se le rendirá un homenaje al grandísimo actor, recientemente fallecido, Carlos Alvárez. A cargo de cineastas que le trataron y trabajaron con él.

Un programa más que atractivo y estimulante, que nadie debería perderse. Mañana, lunes 19, a las 19 horas, en la FNAC de Sevilla, en la Avda de la Constitución. No podéis faltar. Os esperamos.