Esta no va a ser una entrada al uso. Porque quien esto firma, reconoce sus limitaciones para plasmar todo lo aprehendido, visto y oído, en la sesión de anoche del seff365, con todos los estímulos que le provocó. Porque estuvimos ante un acontecimiento extraordinario. Porque nos fue dado contemplar un relato fílmico, que registra, en esta su segunda parte, una crónica tan transgresora, y al tiempo tan fascinante y pertinente, sobre un país, pongamos que se habla de este, que ha cambiado tanto en solo un año…
Porque se nos fue concedido el privilegio de escuchar a Pere Portabella, un hombre sabio, complejo e inteligente, con unos espléndidos 89 años. A un productor, a un cineasta, a un político, íntegro, riguroso, comprometido y nada complaciente. Porque ese hombre tuvo la generosidad, la cercanía y la sencillez de responder con amplitud y sin reservas a cuantas preguntas – por parte de un público conocedor, respetuoso y cultivado – le fueron formuladas. Incluso, es obvio, a las más críticas.
Porque, en 126 absorbentes e hipnóticos, pero muy clarificadores, minutos de metraje se nos mostró, en un formato y con una puesta en escena radicalmente atípicas, pero perfectamente estructuradas, a personajes de la cultura, de la ciencia, de la política y de la calle en diversos escenarios, debatiendo sobre temas muy relevantes que nos afectan y nos interpelan a todos y a todas. La cámara les sitúa y nunca les invade, sino que les permite conversar fluidamente al margen de ella. Tan presente, pero tan discreta.
Porque de Barcelona a Madrid; del Reina Sofía a la Puerta del Sol; del Parlament de Catalunya, a las acampadas; de las mareas, a las movilizaciones masivas, nos es dado experimentar a un país, pongamos que se habla de este, que despierta, que se despereza, que contesta en los foros, en los espacios públicos y en las sedes institucionales, a un poder injusto que le ha machacado impíamente. Como también lo ha hecho y lo hace el feroz Viejo Continente con las personas refugiadas. Un ejercicio brillante y sugerente, diverso y atípico, hermoso y nada fácil, de memoria histórica.
Porque nos fue dado constatar que su firmante tiene esperanza. Que no le arredran los cambios producidos en estos 365 días en la escena política española. Se puede estar o no de acuerdo con sus pronósticos, pero sí estimar su altura de miras y su visión de conjunto. Y es prodigioso que apueste por otro tiempo, que crea que ha habido un cambio irreversible y que lo transmita con tanta inteligencia como pasión.
Gracias sean dadas a seff365, al SEFF que ha promovido y organizado estas proyecciones y a Pere Portabella, por sus lecciones magistrales de cine y de vida. Lo dicho, un acontecimiento extraordinario, que debió de registrar un lleno absoluto. Mis disculpas anticipadas por esta crónica tan imperfecta y mi gratitud permanente por la oportunidad de asistir a este evento excepcional. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.