Archivo diario: noviembre 25, 2018

‘Tu hijo’: Noche para la ira

El sevillano Miguel Ángel Vivas – cosecha del 74, ‘Secuestrados’ (2010), ‘Extinction’ (2015), ‘Terror en la oscuridad’ (2016)… – continúa en esta su última propuesta, quinta de su filmografía, en la línea inquietante de las anteriores. Pero va más allá, porque aquí revela otra forma de horror. El horror que subyace cuando un hecho demoledor horada cualquier atisbo de autocontrol y la ira, noche para la ira…, se desboca en los peores impulsos.

Tal cosa le ocurre aquí a un prestigioso cirujano, un profesional tan cualificado como empático – espléndido José Coronado – cuando sus coordinadas vitales se tambalean al quedar su hijo adolescente – con el que tenía una muy estrecha relación de complicidad y afecto – en coma debido a la brutal paliza que le propinaron al salir de una discoteca. Descontento con la lentitud policial, decide investigar por su cuenta en garitos urbanos y noctámbulos. Una búsqueda, y unas respuestas, de las que no saldrá indemne.

El realizador aborda este relato con una puesta en escena desasosegante en la que la tensión – habitada por secretos, silencios y mentiras, pero también por verdades incómodas e insoportables – va in crescendo, conforme la mirada, y las acciones, del protagonista se vuelven más turbias en todos los sentidos. Hasta el climax final.

Y lo hace obviando la Sevilla al uso, de la que la breve y lacerante imagen de un caballo caído, agotado del arrastre de un carruaje, ya da la medida de sus intenciones, para internarse en sus microcosmos más sombríos. Y lo hace con un giro argumental que cuestiona todo lo anterior. Y lo hace con buen pulso, ritmo y madurez narrativa. Y lo hace mezclando a cómplices y víctimas, en una destructiva espiral de acción y reacción.Y lo hace…

103 minutos de metraje. La escriben su responsable y Alberto Marini. Su espléndida fotografía se debe a Pedro J. Márquez. Además del personaje central, tiene un reparto muy sólido en el que destacamos a Pol Monen y a Ana Wagener.

No deberían perdérsela.