Archivo diario: noviembre 11, 2018

SEFF, XV Edición. Special Screening. ‘El silencio de otros’: Verdad, Justicia y Reparación

Una cerrada ovación premiaba en la tarde de hoy el final de la proyección de este largometraje tan valioso, pertinente y necesario – de 95 minutos de metraje, escrito y realizado por Almudena Carracedo y Robert Bahar, que se lo dedican a su hija, que fotografía muy bien, contando con impactantes imágenes de archivo, la propia codirectora y cuya música se debe a los buenos oficios de Leonardo Heiblum y Jacobo Leiberman – Premio del Público al Mejor Documental en el Festival de Berlín y Nominado en su categoría a los Premios del Cine Europeo.

Y lágrimas, muchas lágrimas también, incluidas las de esta firmante, cayendo como puños en la sala por El silencio de otros. Lágrimas literales y metafóricas, no provocadas artificiosa o arteramente, sino como respuesta a la emotividad, a la verdad que desprenden las reclamaciones, tan elementales, de esos familiares de asesinad@s por la dictadura franquista, hoy tan reivindicada.

Lágrimas por las madres y padres de esos bebés robados, por l@s hij@s que no les dejaron tener. Lágrimas por quienes, durante años y años, lucharon hasta la extenuación, y contra el tiempo que se les acababa, por encontrar los huesos de sus seres queridos y darles una sepultura digna. Como la octogenaria María Martín, tan llena de vida, de fuerza y de determinación, que llegó a declarar ante el juez instructor, tras escribir conmovedoras cartas a todas las instancias,  que no pudo cumplir su sueño de ser enterrada junto a su madre.

Lágrimas ante los testimonios de las torturas que estas gentes hermosas y llenas de coraje tuvieron que soportar de manos de Billy el Niño. Un verdugo libre, impune, chulesco y premiado con una  Medalla en esta llamada democracia. Lágrimas por y con la enorme y reivindicativa nonagenaria  Ascensión Mendieta, que sí encontró los huesos de su progenitor.

Lágrimas por los esqueletos, tratados con todo el respeto que no tuvieron sus verdugos. Lágrimas por el jurista argentino Carlos Slepoy, muerto a los 67 años, incansable activista por los derechos humanos. Lágrimas por las imágenes de antaño. Lágrimas por esta España nuestra, tan desmemoriada, en la que todo sigue aún atado y bien atado.

Lágrimas las de estas personas tan ejemplares organizando la querella argentina y declarando ante la jueza allí, lo que en su propio país le niegan. Lágrimas de las Asociaciones de la Memoria pagando de sus bolsillo la excavación de las fosas y sacando del anonimato, posibilitando un entierro digno a más de 8.000 hombres y mujeres, aunque aún queden más de cien mil representantes de la mejor ciudadanía española en las cunetas, para nuestra vergüenza. Lágrimas por lo que ha supuesto este seguimiento documental a lo largo de seis años…

‘El silencio de otros’ es, además, una de las películas elegidas para debatir en la próxima sesión de nuestra tertulia del miércoles 12 de diciembre, que se estrena el próximo viernes, 16 y que aún tiene un segundo pase en el SEFF hoy lunes, 12. Consulten el programa y…

… HÁGANLE JUSTICIA VIÉNDOLA.

 

SEFF XV Edición. Sección Oficial. ‘Touch me not’: Cuerpos y almas

La guionista y realizadora rumana Adina Pintilie, cosecha del 80 y segunda mirada de mujer de la Sección Oficial que llevamos vista, ha declarado en rueda de prensa esta mañana a propósito de esta su debut fílmico – Oso de Oro y Mejor Ópera Prima en Berlín, coproducción entre Rumanía y otros siete países, de 125 minutos de metraje, fotografiada con excelencia por George Chiper y con una música experimental, que subraya como debe ciertos momentos de catarsis, debida a Ivo Paunov – que intentó crear «un espacio entre la realidad y la ficción, un espacio seguro en el rodaje, para que el reparto se sintiera libre para desnudar sus cuerpos y emociones», para lo cual intentó rodearse de las personas más adecuadas de entre las nacionalidades que intervinieron en la producción.

Estamos ante una película transgresora y experimental, pero muy bien escrita y estructurada y de enorme coherencia interna, que fue trabajada durante casi siete años, con un reparto coral del que salen varias líneas narrativas. Centrada en tres personajes principalmente que tratan de superar sus inhibiciones abriéndose al otro-a, a la mirada de  otr@s, incluyendo la de la propia directora que también comparte determinados aspectos de su intimidad.

En el impactante inicio la cámara recorre un cuerpo masculino pasando por sus genitales – raramente mostrados en el cine – y no serán los únicos, ya que l@s protagonistas intentan romper tabúes tanto en lo anatómico como en lo íntimo.

De hecho, ‘Touch me not’ es, con toda su rompedora carga erótica, sobre todo una propuesta íntima y terapéutica. De hecho, es una propuesta empática hacia criaturas sensibles e inteligentes, o bien inhibidas o bien carentes del afecto y deseo ajenos, con una lúcida y extraordinaria excepción que ya descubrirán por sí mism@s.

Y así lo demuestra en las sesiones de un grupo que trabaja por parejas, tocándose en principio las caras – «la cara es nuestra zona más privada», se dice en ella- en el que intervienen hombres y mujeres cuyo físico no es nada convencional, sino todo lo contrario, con un discapacitado entre ellas..

…Hasta  – y aquí la parte más cuestionable para quien esto firma – una mujer que no soporta ningún tipo de contacto, pero que contrata a un «profesional del sexo» para que se desnude y masturbe ante ella y a un transexual que explora sus miedos y bloqueos o…  a un lugar donde todas las prácticas y las llamadas perversiones sexuales son posibles.  Desde la posición feminista y abolicionista de quien esto firma, la respuesta a su pregunta de la realizadora no fue convincente en ninguno de estos dos últimos casos citados.

Pero también es cierto que una mirada de mujer sobre otra que invierte el lugar que a cada género corresponde mayoritariamente en este tema ni lo filma, ni actúa, respectivamente, de la misma manera. Aunque esta firmante se mantenga en sus posiciones.

En cualquier caso, su visión es toda una experiencia sensorial, sensitiva y emocional. En cualquier caso, nos interpela desde la piel y la anatomía que nos constituyen, hasta lo más profundamente privado, subjetivo, personal e intransferible. En cualquier caso, su puesta en escena es armónica y elegante, con su andamiaje de filmación al descubierto – y, a su vez filmado- como otro testigo más. En cualquier caso, nada humano le es ajeno.

En cualquier caso, no deberían perdérsela.

SEFF, XV Edición. Sección Oficial. ‘Maya’: Entre dos mundos

La crítica, guionista y realizadora francesa Mia Hansen Love – cosecha del 81, con títulos tan notables en su haber como ‘Todo está perdonado’ (2007) Premio Louis Delluc a la ópera prima y ‘El porvenir’ (2016) Oso de Plata en Berlín – es la primera mirada de mujer que se proyecta en esta Sección Oficial. Una mirada de mujer que a quien esto firma le ha dejado una sensación agridulce, en la que luego va a entrar.

107 minutos de metraje. La escribe la propia Hansen Love y la fotografía maravillosamente Hélene Louvart. La historia sigue a un joven periodista, de 32 años, que es liberado, junto a un compañero, de un terrible secuestro en Siria. La vuelta a su realidad cotidiana no le resultará nada fácil dada su traumática experiencia, por lo que decide viajar a la India de sus orígenes donde volverá a ver a una adolescente, hija de su padrino, por la que desarrollará unos sentimientos correspondidos aunque inviables.

La sensación que ‘Maya’ le ha dejado a esta firmante es que en su interior habitaban muchas historias  y que la realizadora no ha optado, precisamente, ni por la más interesante, ni por la mejor. Hay temas tan solo insinuados de su estancia en París, de su relación anterior, de su shock postraumático, de su adicción y compromiso con los escenarios más conflictivos que hubieran podido, y debido, desarrollarse mejor.

Y en la India, también, con la figura de esa madre ausente, con nueva familia, una mujer interesante y tan desaprovechada… En cambio, el romance al que deja tiempo para nacer y desarrollarse y que trata delicada y sutilmente, a quien esto firma le ha dejado más bien fría y no le resulta nada convincente, ni en sí mismo, ni como terapia al drama vivido. Porque le falta una dimensión más intensa, profunda y conmovedora del amor imposible que ni Roman Kolinka, ni Aarshi Banerjee,  – correctos, bellos y refinados ambos – ni la propia Hansen Love, como última responsable, saben darle. Ni tampoco sus registros y matices.

Por supuesto, y como es marca de la casa, está maravillosa y elegantemente filmada. Nos regala una de las visiones más hermosas – puede que también más elitistas, como alguien le ha reprochado – y singulares del país asiático, muy lejos de sus clichés más oscuros y misérrimos. Todo un acierto, en ese sentido. Pero… quien esto firma se atiene a lo ya escrito.

Aunque, desde luego, está claro que hay que verla.