Archivo mensual: abril 2019

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra en Casa del Libro Viapol. Temporada 7: AVISO MUY URGENTE SESIÓN 15 MAYO

Como se ha escrito en otro recordatorio, la sesión de mayo de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra se ha trasladado al miércoles 15, por ser los anteriores el festivo día 1 y el 8 coincidente con la Feria.

Pero, además, han surgido cambios MUY IMPORTANTES por razones del todo ajenas a la voluntad de quien esto firma, coordinadora de la actividad. A saber, una de las películas elegidas no va a estrenarse en nuestra ciudad, otra entra con retraso y tenemos la opción de otra que sustituye a la primera.

En efecto, la argentina ‘Familia sumergida’, de María Alche, pese a sus excelentes críticas y referencias SE QUEDA LAMENTABLEMENTE INÉDITA EN SEVILLA.

La francesa ‘En buenas manos ‘, de Jeanne Herry, retrasa unos días su estreno al próximo miércoles, 1 de mayo. HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

La británica ‘La tragedia de Peterloo’, de Mike Leigh, otra de las escogidas, sigue con su estreno previsto del viernes, 10 de mayo. HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Así que para sustituir a la primera, se propone la francesa ‘Gracias a Dios’, de François Ozon, Gran Premio del Jurado en Berlín. SE PROYECTA EN EL AVENIDA HASTA EL MARTES INCLUSIVE EN UNA ÚNICA SESIÓN A LAS 18 HORAS Y DOBLADA EN EL ALAMEDA, QUE LA MANTENDRÁ MÁS TIEMPO, EN SESIONES A LAS 17, 19.30 y 22 horas. CONSULTEN HORARIOS Y SESIONES Y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES. El enlace a su crítica en el blog es:

https://sevillacinefila.com/2019/04/19/gracias-a-dios-dejemos-que-los-niños-se-acerquen-a-el/

Recordar también que nuestro invitado, todo un lujo y un honor, será el periodista, gestor cultural, editor, autor y amigo José Iglesias Blandón.

Promete muchísimo. TENGAN MUY EN CUENTA ESTOS CAMBIOS Y QUE SOLO NOS QUEDAN DOS SESIONES PARA FINALIZAR LA TEMPORADA, ESTA DE MAYO Y LA DE JUNIO. VEAN LAS PELÍCULAS CUANTO ANTES Y ÚNANSE.

 

‘La profesora de parvulario’: Mediocridad versus talento

Sara Colangelo, escritora y cineasta italoamericana, encuadrada en lo que se ha dado en llamar cine independiente, aborda en este su segundo largometraje el remake de un filme franco-israelí del mismo título, escrito y dirigido por Nadav Lapid y fechado en 2014, que obtuvo ese mismo año el Giraldillo de Plata en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Aquí el enlace a su crítica:

https://sevillacinefila.com/2014/11/09/seff-xi-edicion-seccion-oficial-toma-iv-el-pequeño-poeta/

Esta que nos ocupa no se limita, ni mucho menos, a ser un calco de la anterior, pese a sus inevitables semejanzas, sino que la recrea y la convierte en una propuesta personal que, desde el punto de vista de quien esto firma, mejora al original.

Para empezar, la historia – de 96 minutos de metraje, cuyo guión firma también la directora, con una excelente fotografía de Pepe Avila del Pino y una música que subraya muy bien lo narrado de Asher Goldschmidt – de una mujer, con una sensibilidad especial por la literatura t volcada en sus pequeñ@s alumn@s, que descubre casualmente el talento poético de uno de ellos, de tan solo cinco años y que lo arriesgará todo por preservarlo – está ambientada en Nueva York, lo que le proporciona un contexto sociocultural muy diferente y cuidadoso con determinadas sensibilidades…

Como con la animalista, una de las causas de esta firmante. Pues en la primera el niño – al parecer un trasunto de Nadav Lapid – dedica un poema a una corrida de toros, asociando a nuestro país unilateralmente con estas sangrientas torturas y matanzas. Aquí es al animal. La protagonista de aquella aplasta a una hormiga, tras enseñársela al chico… Aquí, de nuevo afortunadamente, no hay tal cosa.

Pues donde el referente se dispersaba en pedantes y contradictorias ambigüedades ideológicas, en un deficiente guión y en un retrato muy sesgado de la enseñante… En esta que nos ocupa, por el contrario, la mirada de Sara Colangelo, sensible y atenta, capta todos los matices de su personaje central, una inmensa Maggie Gyllenhaal. Una protagonista a la que ama con todos sus excesos.

O lo que es lo mismo. Los matices y los excesos de un personaje que se debate por salir de la  mediocridad que la rodea, donde la normalidad más chata resume las vidas de sus allegados y que se deslumbra por el talento de uno de sus discípulos. Un talento para la lírica, que nace con brillantes fogonazos, tanto más precioso por cuanto es frágil y está amenazado por el modus vivendi convencional. Un talento del que ella carece, porque no puede aprenderse.

Un talento, un don, por el que – a fin de preservarlo – la llevará a infringir todas las leyes y normas, a ser considerada un peligro e incluso a ser asociada con alguna perversión inconfesable… Todo ello – y nunca el fin justificaría tales medios – con el objetivo de que esa creatividad no se entierre bajo el principio de una realidad aplastantemente convencional.

Es interesante, con todas sus perturbadoras sugerencias y ambigüedades, y merece ser vista.

 

 

‘Gracias a Dios’: Dejemos que los niños se acerquen a él…

El guionista, editor y cineasta francés François Ozon, cosecha del 67, es un realizador singular, con una trayectoria ecléctica, atípica y no siempre satisfactoria. Pero ha dado lo mejor de sí mismo, según la opinión de esta firmante, en títulos tan notables como ‘El tiempo que queda’ (2005), ‘En la casa’ (2012) o ‘Frantz’ (2016). A los que ahora añade esta su última propuesta, sin duda la más comprometida de su filmografía.

‘Gracias a Dios’ – 137 minutos de metraje, Gran Premio del Jurado en la pasada Berlinale, escrita por el propio director, con una excelente fotografía de Manuel Dacosse, una estilizada banda sonora de Evgueni y Sacha Galperine y un espléndido reparto coral en el que sobresalen Melvin Poupaud, Denis Ménochet, Swann Arlaud o Eric Caravaca – es una ficción basada en los hechos reales de los abusos sexuales cometidos por un sacerdote de Lyon sobre decenas de niños, con la complicidad encubridora de las altas jerarquías eclesiásticas, entre los últimos años 80 y los primeros 90 y en la lucha de sus víctimas y sus familias para terminar con tan aberrante impunidad y evitar que siguiera trabajando con menores.

El delincuente, Bernard Preynat, y sus superiores, como el obispo Philippe Barbarin, aparecen con sus nombres reales, mientras que se ha cambiado el apellido de los afectados. Datos de la revista Arcadia.

Ozon relata tan terrible historia sobria, escueta, milimétrica y sutilmente en una puesta en escena en la que no sobra, en opinión de esta firmante, ni un solo plano. En una narrativa que te conmociona profundamente en su ascética desnudez. En la que describe a sus tres personajes centrales, tan diferentes y tan próximos, en sus momentos presentes, en sus contextos familiares, con breves flashbacks del ominoso pasado común,  integrándolo todo con una precisión tan concisa y compleja como intensa y emotiva.

Nos los muestra así, relevándose en su protagonismo de uno en uno, al católico, al ateo y al marginado. Al que vive, y es apoyado, por su mujer y sus cinco hijos, aunque le fallaran sus progenitores, siendo un devoto practicante y que cree firmemente en que los Padres de su Iglesia harán justicia, escribiendo cartas, concertando entrevistas, haciendo llamamientos y consultas… hasta que se da de bruces con la cruda realidad…

Al que duda, pero una vez comprometido, tiene claras sus estrategias y la artillería más pesada frente a un lobby prácticamente invencible, al que desprecia en toda justicia. Y al aparentemente más devastado en su modus vivendi, relaciones y hasta en su propia anatomía, que, marginado social como es frente a los otros, asume su decisión con todas las consecuencias.

Y a los tres, junto a las decenas de otros afectados – fueron casi un centenar – formando una asociación La Palabra Liberada como red solidaria, fuente de apoyo y única arma posible personal, mediática y legal contra ese enemigo tan poderoso como destructivo cuyas alianzas y tentáculos eran tan grandes que provocaron la prescripción de la mayoría de esos delitos pedófilos. Que toleraron que ese hombre infame, que reconoció los hechos cara a cara con ellos, siguiera relacionándose y acercándose a otros niños.

Un hombre infame que trató de boicotear el estreno de esta película. Un cardenal que todo lo sabía y que todo lo permitió. Una llamada justicia…

Por lo que cuenta, por cómo lo hace, por su mirada centrada en las víctimas – frente a la de los investigadores en ‘Spotlight’, de Thomas McCarthy con la que se la ha comparado – por su tratamiento, por su dignidad, por su valor, por su compasión y ausencia de exasperación o dramatismos al uso. Porque su testimonio es valioso, necesario e inapelable… VÉANLA.

‘El día que vendrá’: Vencedores y vencidos

Esta producción británica – de 119 minutos de metraje, firmada por el escritor, productor y realizador de dicha nacionalidad James Kent, cosecha del 62, cuya carrera se ha desarrollado fundamentalmente en la televisión, escrita por Joe Sharapnel y Anna Waterhouse, impecablemente fotografiada por Franz Lustig y con una buena partitura de Martin Phipps – prometía bastante más de lo que su resultado final ofrece.

En efecto, porque la historia – que adapta la novela, desconocida para quien esto firma, de Rhidian Brook – de una mujer, en shock por una pérdida irreparable, que se ve obligada por el trabajo de su marido –  oficial británico destinado al Hamburgo de la posguerra de 1946, para reconstruir la ciudad – a residir en la fastuosa mansión de un arquitecto viudo y su hija adolescente, relegándoles a un espacio mínimo… con todas las pasiones, resentimientos y odios que de esta forzada convivencia se derivan, hubiese merecido otro tratamiento muy diferente.

Porque el cine ha tratado poco la devastación provocada por los justos vencedores, eso no se cuestiona, en un país, una ciudad y sus habitantes. Porque el cine apenas si ha reflejado la ocupación  de estos en una nación destruida, junto a la brutalidad y la venganza, teñidas de sospecha, hacia unas heridas bélicas abiertas y sangrantes. Porque el cine apenas si ha mostrado los desastres de una posguerra sin épica. Porque el cine apenas si ha reflejado esta cara B, este lado más que tenebroso, de ambos bandos y enemigos feroces…

Todo ello, apenas insinuado y despachado, a la postre, de forma tan esquemática como tramposa, aunque haya ciertos vestigios de crítica,  es fagocitado por un triángulo amoroso – mal escrito, además, en su nacimiento, desarrollo y previsible desenlace – carente tanto de interés como de química entre sus protagonistas. Por no hablar del romance de la joven…

Además, Keira Knightley, Alexander Skarsgard y Jason Clarke, no tienen aquí sus mejores registros interpretativos, sino todo lo contrario. Una pena porque también, en este apartado, podrían haberse explorado más la emoción e intensidad de los duelos y de la ambivalencia amor-odio.

Nada que objetar a su factura y dirección artística. Tampoco insulta a la inteligencia y retrata bien el desolador clima de la época. Hay gentes de la crítica experta a las que les ha gustado, aunque haya generado intensos contrastes de pareceres.

Así que la pelota está en sus tejados.

 

‘Identidad borrada’: Pequeños pasos hacia la hombría

Garrard Conley es un ciudadano norteamericano – nacido hace 33 años en Arkansas, al sur de los Estados Unidos, en lo que se conoce como «el cinturón de la Biblia», un Estado conservador donde se enseñaba que hacer yoga es malo y que Harry Potter es malvado, entre otras perlas… – cuyo pecado mayor, al ser hijo de un pastor baptista y de una madre sometida a sus dictados patriarcales y extremadamente religiosa también, aunque más flexible, fue ser gay.

En su libro autobiográfico, que dio origen a esta película, ‘Chico borrado’ (título original del filme), cuenta las terribles experiencias, y las devastadoras consecuencias posteriores, que tuvo que sufrir siendo adolescente en un centro irónicamente llamado ‘Amor en acción’, para intentar reconvertir su  opción sexual. Un texto muy generoso ya que está dedicado a sus progenitores. Garrard estudió posteriormente Teoría Queer, está felizmente casado, vive en Nueva York y es un comprometido activista LGTBI. Fuentes: Wikipedia y BBC, entrevista firmada por Lauren Turner.

‘Identidad borrada’ – producción norteamericana de 115 minutos de metraje, escrita y dirigida, adaptando la obra citada, por Joel Edgerton, actor, realizador y guionista australiano de la cosecha del 74, que se reserva aquí el papel del tenebroso «educador» Victor Sykes. Su excelente fotografía está firmada por el catalán Eduard Grau y su banda sonora ad hoc por Jony Greenwood – recoge las inicuas terapias en dicho fanático establecimiento en el que los llamados «alumnos» son tratad@s como delincuentes, vigilad@s continuamente y despojados de sus pertenencias.

Es una denuncia sin fisuras del oscurantismo religioso, patriarcal y homófobo que lucha contra «el pecado sexual» por antonomasia con lo que ellos llamaban «pequeños pasos hacia la hombría» a fin de que sus víctimas se conviertan en «los hombres y mujeres que no son», borrando, eliminando sus identidades sexuales.

Una denuncia sin fisuras  que recuerda, en sus títulos de crédito, que 36 estados norteamericanos permiten esas aberraciones , que han afectado – en algunos casos, abocándolas al suicidio – a 700.000 personas. Y a propósito, no está de más recordar también que el obispado de Alcalá de Henares ha impartido también terapias ilegales y clandestinas para curar la homosexualidad. Algo que ha sido un escándalo en los medios y redes sociales de nuestro país.

Ese valor está ahí, pero… sus puesta en escena y narrativa son planas, reiterativas y convencionales, en opinión de esta firmante. Faltan garra, intensidad y emoción en este terrible relato del terror psicológico, de las torturas físicas y emocionales ejercidas contra jóvenes inocentes. La salvan sus buenas intenciones y el excelente trabajo del trío protagonista Lucas Hedges, Nicole Kidman y Russell Crowe, además del propio Joel Edgerton, ya citado.

En cualquier caso, debe verse.

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra en Casa del Libro Viapol: ADVERTENCIA MUY IMPORTANTE

La advertencia en cuestión es:  LA PRÓXIMA SESIÓN SE RETRASARÁ HASTA EL MIÉRCOLES, 15 DE MAYO, PUES EL PRIMERO COINCIDE CON EL FESTIVO, DÍA 1 Y EL SEGUNDO COINCIDE CON LA FERIA. Así que nuestro próximo encuentro será el miércoles, 15 de mayo, a las 19.30, en Casa del Libro Viapol.

Las películas a debatir, dos de ellas realizadas por mujeres, serán:

‘Familia sumergida’, de María Alche, Argentina. Premio Horizontes a la Mejor Película Latinoamericana en San Sebastián. Una ópera prima muy valorada sobre una mujer, perdida en su propia casa, que recibe la visita de un amigo de su hija y que tiene conexiones con parientes de otra dimensión… Se estrena el viernes, 26 de abril y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

‘En buenas manos’, de Jeanne Herry, Francia. 7 nominaciones a los pasados Premios César. Un drama en el que vari@s profesionales intentarán que un niño, entregado en adopción por su madre biológica, llegue a las mejores manos. Se estrena también ese viernes, 26 de abril y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Y ‘La tragedia de Peterloo’, del prestigioso Mike Leigh, Reino Unido. En ella se recrea la historia de la masacre de la localidad a la que alude el título, en la que el ejército atacó ferozmente a manifestantes pacíficos. Se estrena el 10 de mayo, y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Nuestro invitado, todo un lujo y un honor, será el periodista, gestor cultural, editor y autor, entre un largo etcétera del que daremos cuenta in situ, Pepe Iglesias.

Quedan solo esta y la sesión de junio para cerrar la temporada y promete muchísimo. La entrada es libre y les esperamos.

 

No solo cine. Sevilla antitaurina 2019: Animalismo o barbarie

La tarde de hoy, la de la manifestación antitaurina 2019 convocada por PACMA y secundada por otros colectivos y asociaciones, ha estado llena de orgullo animalista. Orgullo por esa hermosa gente, de toda edad y condición, que asistieron por cientos pese a que el Dios de la Lluvia lloró y tronó sobre Sevilla, con rachas de viento fuerte – la lluvia también/ es animalista – aunque se nos concedieran intervalos de sol y claros.

Orgullo por la fuerza, la dignidad, la justicia y la verdad de nuestra lucha. Porque la tortura y el asesinato en serie de miles de herbívoros inocentes no es arte, ni cultura. Porque estas criaturas hermosas y pacíficas son maltratadas ferozmente ya antes de salir al ruedo.

Orgullo de marchar por el centro histórico más taurino coreando verdades como puños – Tauromaquia, abolición; El maltrato animal, al Código Penal; Toros sí, toreros no; Con el sufrimiento, yo no me divierto; A ti te divierte la sangre y la muerte; Aquí estamos, nosotros no matamos; Esta es la Sevilla antitaurina… – mientras l@s otr@s se reían, nos provocaban e insultaban. Orgullo de nuestra elegancia al no responderles. Orgullo de saber que tienen los días contados.

Orgullo de estar ante el Coso de la Infamia – Esta plaza la vamos a cerrar –  de la única manera que se puede estar, clamando contra esos crímenes. colocando lazos negros y reivindicando a sus víctimas: Amigos toros, no estáis solos. Orgullo de ser conscientes de que, aunque es larga la lucha, la sociedad civil cada vez se posiciona más en contra gracias a la sensibilización de un enorme trabajo militante.

Orgullo de oír, en las intervenciones finales, la hermosa, vibrante, lúcida, documentada y sentida intervención del periodista, Doctor en Historia Contemporánea y subdirector del Observatorio Justicia y Defensa Animal, Juan Ignacio Codina -que utilizó el genérico femenino nosotras en su alocución, chapeau – reivindicando, como hiciera en su libro Pan y toros, el pensamiento antitaurino que la Historia Oficial de la Tortura nos ha ocultado. Desde el rey Alfonso X el Sabio, pasando por Quevedo, Clarín, Pardo Bazán, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Blas Infante…

Orgullo de conocer por una emocionada, magnífica y entusiasta Silvia Barquero que está vez sí, pese a todas las intolerables trabas y exigencias que les ponen en su camino, que esta vez PACMA va a entrar en las instituciones. Orgullo porque su ideario es políticamente global integrando a la ecología y a los grupos humanos y colectivos sociales más desfavorecidos.

Orgullo de saber que es nuestra la causa de la inteligencia, de la empatía, de la ética, del progreso, de la democracia, de la verdadera cultura y de la civilización.

Animalismo o barbarie. No hay más.

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra en Casa del Libro Viapol. Temporada 7: Dos años sin ti, Luis…

Para quienes no lo sepan, esta tertulia comenzó llamándose La Palabra y la Imagen. Para quienes no lo sepan,  ya que justo es recordarlo, esta tertulia cambió de nombre en mayo de 2017 porque un mes antes nos dejó para siempre, por mor de la maldita enfermedad maldita, el tertuliano por antonomasia Luis Casal Pereyra.

Por eso, dos años después, en la multitudinaria, intensa y participativa sesión de esta tarde-noche, le hemos recordado. Como lo hacemos, en cada encuentro de esta actividad, quienes conocimos y quisimos a este profesor jubilado. Un profesor muy querido, palangana convencido, deportista, trianero en ejercicio, buen cocinero, lector y cinéfilo de pro, al que su compañera de vida, la queridísima Dolores Mesa Velasco, nuestra Lola, trajo a esta tertulia haciéndonos el mejor de los regalos.

Un hombre que  – con sus apuntes de cada una de las películas a debatir – con su inteligencia, cariño, bondad y sentido del humor, hizo de cada uno de los días en los que estuvo con nosotr@s algo inolvidable. Un hombre que, dos meses antes de su partida definitiva y ya gravemente enfermo, acudía a nuestra cita mensual con su energía y vitalidad de siempre. Precisamente también con Enrique Colmena como invitado. Un hombre, un amigo valioso e inolvidable, al que quisimos, queremos y querremos siempre.

Nuestro invitado, el  ya citado y muy cualificado crítico, excelente amigo y tertuliano de pro Enrique Colmena, de cuyo extenso y admirable currículum como escritor de cine desde hace tres décadas en diversos e importantes medios, ensayista y autor de novelas y relatos cortos y de cuyos reconocimientos nos hicimos eco in situ, como de la indispensable recomendación de su página Criticalia, imprescindible lectura para tod@s l@s amantes del cine, hizo honor a tales créditos. Con su sabia complejidad, con su lucidez expositiva y fino criterio introdujo muy bien las películas a debatir consiguiendo una enorme sintonía con l@s asistentes.

Almodóvar arrasó, todo hay que decirlo. ‘Dolor y gloria’ ha cautivado por igual a público y crítica y aquí concitó unanimidad en sus valores. Se admiraron su guión, factura impecable, su puesta en escena, narrativa y enfoque de una historia singular –  de la que también se señalaron las concomitancias con la biografía del realizador – su mezcla de drama, comedia y cine dentro del cine.

Su capacidad de sorprendernos continuamente. Su cualidad cíclica, ese final desarmante que hace que la vuelvas a pensar, que la convierte en otra siendo la misma. Su madurez, sus intérpretes. En cuanto al reparto, unanimidad con las composiciones de Penélope Cruz, Asier Etxeandía – con su irresistible vis cómica -Julieta Serrano, Nora Navas, Sbaraglia, el niño… y mayoritaria hacia Antonio Banderas. «El mejor Almodóvar del siglo XXI y una de las tres mejores de su filmografía» apostilló nuestro invitado. Amén. Le van a caer muchas nominaciones a los Goya y puede que al Oscar. Al tiempo…

‘Las herederas’, una coproducción de Paraguay con otras cinematografías europeas potentes, es una ópera prima deslumbrante, que fue mayoritariamente valorada. Con excepciones que la encontraron aburrida, oscura y plana. Se admiraron su sensibilidad, su sutileza, sus silencios, su contención, su sabiduría narrativa, su estilo, sus intérpretes…

La manera en la que describe a la plutocracia de su país, sus claves políticas y de clase,  su historia, las relaciones entre las mujeres y no solo entre las protagonistas, su delicadeza al tratar temas que, en otras manos, hubieran resultado excesivos. La evolución del personaje central, el despertar de su deseo y de su autonomía personal siendo una sexagenaria, la personalidad de su seductora, su..

‘Mula’ no es el mejor Clint Eastwood y así se hizo constar, aunque hubo división de opiniones. Entre quienes la consideraban reiterativa y una obra decididamente menor, con menor hondura y emoción que las grandes de su filmografía, de su no denuncia del tráfico de drogas, de sus clichés en el retrato de los mafiosos y de los agentes de la ley y Entre quienes valoramos su autocrítica, su ironía, su humor, sus destellos, su carácter de autoficción, su nostalgia crepuscular, su…

El miércoles, 15 de mayo, más. ATENCIÓN: 15 DE MAYO, YA QUE EL PRIMER MIÉRCOLES DE ESE MES ES FESTIVO, DÍA 1, Y EL SEGUNDO TAMBIÉN, DÍA 8 Y COINCIDE CON LA FERIA. Debatiremos tres películas, en principio, prometedoras y dos de ellas dirigidas por mujeres. A saber:

‘Familia sumergida’, de María Alche. Argentina. Premio Horizontes a la Mejor Película Latinoamericana en San Sebastián. Una ópera prima con muy buenas críticas, que se estrena el viernes, 26 de este mes de abril y que HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

‘En buenas manos’, de Jeanne Herry. Francia. Con siete nominaciones a los Premios César. Se estrena también ese mismo viernes, 26 y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Y  ‘La tragedia de Peterloo’, de Mike Leigh, que entra el 10 de mayo, muy cerca de la próxima sesión y HAY QUE VERLA CUANTO ANTES.

Gracias a Casa del Libro Viapol, a Marina Alonso Espejo, a Daniel López, a Dolores Mesa Velasco, a Enrique Colmena, un magnífico invitado y a l@s mejores tertulian@s del mundo mundial, incluida la adorable perrita Chica, por una velada memorable. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

 

‘Conociendo a Astrid’: Autora y personaje

El arranque de esta película – producción sueca de 123 minutos de metraje, dirigida y coescrita, junto a Kim Fupz Aakeson, por la danesa Pernille Fischer-Christensen, cosecha del 69, muy bien fotografiada por Erik Molberg Hansen y que tiene una vitalista banda sonora de Nicklas Schmidt – mostrando a una anciana Astrid Lindgren – protagonista de esta historia en su niñez, adolescencia y primera juventud, autora de la celebérrima ‘Pippi Calzaslargas’, entre otros premiados libros de literatura infantil  -recibiendo homenajes en forma de cartas y cintas de niñ@s admiradores-as hizo concebir a esta firmante unas expectativas no satisfechas en su desarrollo argumental.

Porque la realizadora ha preferido centrarse en el periodo de la autora, que condicionó su vida en un antes y un después y con el que forjó su personalidad firme y decidida. En una relación, con tintes algo escabrosos aunque fuera consentida por ambas partes, puesto que ella era una adolescente y él, su jefe en el primer periódico donde escribió, separado, con 7 hijos y 30 años mayor.

En una relación en la que ella quedó embarazada y, por ser soltera, tuvo que  irse del muy estrecho de miras pueblo en el que vivía durante la gestación, mientras se formaba. Y luego, dar en acogida al bebé y… hasta ahí puede leerse para no hacer spoiler.

Sí, ha preferido centrarse en esta época y en los pocos años posteriores, mostrando la opresiva marginación social, institucional, familiar y religiosa  que padecían las mujeres y la fortaleza de carácter demostrados por la protagonista – una excelente Alba August , todo un descubrimiento quien, junto a la veterana Trine Dyrholm, destaca poderosamente en el reparto.

Pero… nada se nos cuenta, o apenas si se sugiere, de su trabajo posterior como escritora de ficción . Nada se nos cuenta de ese periodo de juventud y madurez. De la gestación de su personaje más célebre, la mítica y clásica Pippi Calzaslargas, que surgió como un cuento con el que entretenía a su hija Karin, nacida cuando ella contaba con 27, afectada de neumonía. Nada se nos cuenta de sus señas de identidad y de su toma de conciencia feminista y animalista.

A quien esto firma – entendiendo que esta parte de su biografía es muy conocida en el mundo escandinavo, y que está impecable y sensiblemente narrada – le ha decepcionado este enfoque más sentimental de Lindgren, aunque sea muy crítico como se ha señalado antes, en detrimento de sus facetas más creadoras, ideológica y profesional.

Pero por supuesto que deben verla.