A sus 80 años, cumplidos durante el Festival, el clásico, prestigioso y comprometido políticamente guionista y realizador italiano Marco Bellocchio – cosecha del 39, con títulos míticos en su haber como ‘I pugni in tasca’ (1965), ‘La Cina é vicina’ (1967) o ‘Buenos días, noche’ (2003), entre un inabarcable etcétera, que le han hecho acreedor a todo tipo de reconocimientos, pero que también han levantado ampollas entre los sectores más conservadores, y que sobrepasa esta entrada – sigue en plena forma. Y lo demuestra sobradamente con esta su última propuesta.
Coproducción entre Italia, Francia, Brasil y Alemania, de 152 minutos de ABSORBENTE METRAJE, cuyo guión firma él mismo junto a Valia Santella, Ludovica Rampoldi y Francesco Piccolo; con una espléndida fotografía de Vladan Radovic y una vibrante banda sonora de Nicola Piovani. Nominada al Mejor Film, Director, Guión y Actor en los Premios del Cine Europeo.
Se trata de un drama, ambientado en los años 80 y basado en hechos reales, que da cuenta de como un hombre importante de la Cosa Nostra, Tommaso Buscetta, quien – tras huir a Brasil, ante la espiral de violencia desatada entre los distintos capos que hace víctimas a dos de sus hijos mientras él estaba en dicho país – decide reunirse con el juez Giovanni Falcone para testificar en contra de su antigua «Familia», convirtiéndose en un testigo protegido y en el más odiado.
Bellocchio convierte esta historia terrible en un apasionante melodrama, con una puesta en escena magnífica y operística, – también la ha dirigido en su país – sobre lo peor de una mafia, que no duda en asesinar a niñ@s, bebés, mujeres y ancian@s, para que la sangre de sus enemigos se termine para siempre. Sobre lo peor de una escoria de forma humana que se enriquecía traficando con la muerte de la heroína, haciendo víctimas a sus propios hijos.
Y lo hace filmándolo con sus propias señas de identidad, con su sello autóctono, deudor del mejor cine de su país. Y lo hace filmándolo con magnificencia y ferocidad, recorridas de un humor corrosivo. Y lo hace filmando cada crimen con las cuentas hacia delante y las cifras en la pantalla.
Y lo hace filmando esos juicios, esos testimonios – con los acusados en las jaulas protectoras aullando e insultando a Buscetta y a quienes de los suyos le siguieron en sus pliegos de cargo contra ellos – como si estuviesen en el Coliseo romano. O en cínicos careos con sus acusadores. Y lo hace mostrando y mostrándolos en toda su brutal violencia, atentado contra Falcone incluído. Y lo hace, en esta suerte de Memoria Histórica, no dejando títere con cabeza. Y lo hace con un reparto en estado de gracia en el que destacar a Pierfrancesco Favino, sobre todos, Luigi lo Cascio, Maria Fernanda Cándido y Fabrizio Ferracane. Y lo hace… ya verán cómo lo hace PORQUE TIENEN QUE VERLA.
Felices 80, Marco Bellocchio. Larga vida, Maestro. Si este Festival no le reconoce en su Palmarés de hoy, es que no hay justicia.
Post Scriptum:
Ya enviado el Palmarés a los medios, se comprueba que no se (le) ha hecho justicia a esta película enorme. Solo, más que merecido…, en la persona de su protagonista, aunque sea un relato coral, es el claro personaje central. Y, salvo pocas y honrosas excepciones, mejor no escribo sobre estas decisiones del Jurado y de los distintos jurados. Cuanto menos, chocantes.