El guionista y cineasta italoamericano Jonas Carpignano, cosecha del 84, es conocido por sus trabajos ‘Mediterranea’ (2015) y ‘A Ciambra’ (2017), que concursó también en el SEFF. Ahora presenta en la Sección Oficial esta poderosa y magnética ‘Para Chiara’, en la que sin perder su fuerza narrativa, ha madurado en el fondo y en la forma.
Se trata de un drama familiar muy potente que comienza con el 18 cumpleaños de la hermana de nuestra protagonista, que es tres años menor que ella. Ambas además tienen otra pequeña. Con el jubiloso motivo de la mayoría de edad se reúnen familiares y amigos, además del padre y la madre de las tres jóvenes. En la vibrante, multitudinaria y enérgica celebración, el realizador deja traslucir perfectamente que tipo de clan son. Deja traslucir perfectamente que son un clan mafioso.
La desaparición del pater familias esa misma noche y la explosión de su coche lo confirma y la adolescente, entre asustada y ávida de datos sobre el destino de su padre, inquieta por lo que parece un silencio cómplice y chocante de las progenitora y primogénita, se propone investigar su paradero y esclarecer la verdad con la energía y determinación que le confieren su personalidad y sus años. Y lo consigue. A partir de ahí, deberá tomar partido..
La película está narrada desde el punto de vista de Chiara, integrada en una familia que hace de la delincuencia su medio de vida pero con la particularidad de que el padre no es un gánster al uso. Tímido, afectivo, adora a sus hijas y a su mujer, cuida de sus personas más queridas, parientes y amistades que también se cuidan, a su vez, entre sí. Tampoco es un capo, ni tiene en su haber hechos de sangre. Al menos, eso dice. Pero sí es traficante y considera que su «trabajo» es una cuestión de supervivencia.
Una vez descubierto, en su escondite, le muestra a su hija cómo elaboran las sustancias ilegales que luego venderán al triple de su valor… Pero los servicios sociales están pendientes de ella, al ser menor de edad, y le ofrecen un cambio de identidad, de centro educativo y de ciudad en los que tendrá la posibilidad de ser anónima y de conseguir el futuro que quiere sin tan pesadas y peligrosas cargas sobre sus hombros. Y… dos años después Chiara cumplirá 18 años.
Rodada con fuerza, con intensidad, con energía, con una puesta en escena vibrante y arrolladora, esta coproducción entre Italia y Francia, de 121 minutos de metraje, que no es un relato fílmico de mafiosos al uso, escrita por el propio Carpignano, fotografiada con enorme talento y entusiasmo por Tim Curtin, con una banda sonora que está a la altura y con un reparto en estado de gracia, que transmite credibilidad, formado por miembros de la misma familia, merece ser vista de todas, todas.
No se la pierdan.