La guionista y escritora Pilar Palomero – cosecha del 80, que obtuvo con su ópera prima ‘Las niñas’ (2020) reconocimientos tales como los de la Biznaga de Oro a la Mejor Película, el de la Mejor Fotografía y el Premio Feroz de la Crítica en el Festival de Málaga, 4 Premios Gaudí, el Forqué a la Mejor Película, tres más de los Feroz a la Mejor Película, Dirección y Guion, además de 4 Goyas a la Mejor Película, Guion, Dirección Novel y Fotografía – presenta ahora esta su segunda propuesta, que también escribe y QUE ES UNA DE LAS ELEGIDAS PARA DEBATIR EN LA PRÓXIMA SESIÓN DE NUESTRA TERTULIA DE CINE LUIS CASAL PEREYRA DEL MIÉRCOLES, 30 DE NOVIEMBRE, A LAS 19.30, EN CASA DEL LIBRO VELÁZQUEZ.
Sobre ella, ha declarado – en una entrevista concedida a Daniel Mantilla, Series&mas, de El Español el pasado 21 de septiembre, a propósito de su presentación en San Sebastián, que sirve para contextualizarla y de la que destacamos algunos extractos – que la productora Valérie Delpierre le propuso este tema de las casas residenciales para madres adolescentes para escribir el guion… que concertaron una cita con uno de estos centros y conocieron al director y algun@s educadores-as, quienes le pusieron en contacto con chicas ya mayores de edad que habían sido madres con 14/15 años y que eso la decidió a hacer la película…
… Que la mayoría de estas chicas tenía historias increíbles, que desmontaron sus prejuicios sobre el tema, que, además de su embarazo, tenían entornos de vulnerabilidad detrás, que tienen muy poca ayuda, que son juzgadas y olvidadas, y que, para la película, se basaron en un centro barcelonés, porque el filme está rodado entre Barcelona y la comarca de Los Monegros en Aragón, que conocieron más en profundidad en el que hacen una gran labor, muy vocacional, que las utilizó – con sus testimonios y nombres reales, pero interpretados y rodados con un gran trabajo de introspección y con todo el respeto, la emoción y el cariño del equipo – así como a Rubén, uno de los educadores…
… Que a Carla, la protagonista de 14 años, la descubrió Irene Roque en Instagram bailando increíblemente bien reguetón y ritmos urbanos, que la citó para el casting y la eligió, tras hacerle muchísimas pruebas pues el personaje es muy complejo, que superó ampliamente, dejándola muy impresionada, más aún en el rodaje. Que es una coincidencia que se llame como la protagonista.
Que ella es partidaria del aborto y de la libertad de la mujer para decidir, pero que no es una película sobre este tema – ni siquiera sobre el parto, por ello no aparece ninguno – puesto que la mayoría de las chicas se dan cuenta de que están embarazadas cuando ya es demasiado tarde y ninguna hubiera sido madre a esa edad de haber podido elegir. Que ha sido consciente de lo importante que es la educación sexual y aprender a manejar las emociones y los sentimientos.
Hora es ya de escribir – una vez, se reitera, contextualizada La Maternal por su responsable, algo muy útil para esta crítica y para la tertulia – que la historia de ficción sigue a Carla, rebelde e independiente, que vive con su joven madre soltera en un viejo restaurante de carretera gestionado por su progenitora.
Esta ha perdido la custodia varias veces por temas económicos y de inestabilidad y son vigiladas por los servicios sociales, una de cuyas empleadas se da cuenta del embarazo ya avanzado, de 5 meses, de la menor – que falta a menudo al colegio y comete delitos contra la propiedad, como el que se describe en el arranque, y baila, monta en bici, ve porno y juega con su único amigo Efraín al, que defiende de unos abusones en un partido de fútbol – y la lleva a un centro donde conoce a otras chicas que han estado o están en su misma situación y comienza un doble aprendizaje para ella: el de la maternidad y el de la vida adulta y responsable. Pero nada será fácil…
La mirada de Pilar Palomero sobre estas otras niñas y sus circunstancias es emotiva y sentimental, llena de cariño y empatía, sin ser chantajista. Ella misma ha animado a que se la juzgue por estos parámetros y no por los de índole intelectual. Pero, claro, el análisis fílmico es poliédrico y complejo, no reduccionista, ni esquemático.
Por tanto, aunque es un relato entre la ficción y el documental, como una suerte de docudrama, que saca a la luz a esas olvidadas criaturas, víctimas de una sociedad clasista y machista hasta el tuétano, y les permite expresar cómo han llegado a esa situación por mor de maltratos y violaciones, por mor de relaciones de poder en la mayoría de los casos y por la ignorancia en que están sumidas debido a sus situaciones desestructuradas y en los márgenes…
…Y lo muestra muy bien, está claro. Pero, desde la opinión de esta firmante, sin embargo, le sobra algo de metraje para ser redonda, especialmente en su franja central. Le falta contención y le sobra una suerte de complacencia con sus protagonistas que roza a veces el cliché, temas musicales incluídos. Le falta una visión más crítica y rigurosa, no sólo sentimental. Aunque sea una decisión narrativa respetable.
Acierta, por contra, mostrando las dificultades enormes, y a veces insalvables, de ser madre a una edad imposible en quien ni siquiera ha asumido que es hija. Esta firmante sufrió mucho con el trato dispensado al bebé, por dejación y por esas mismas razones. Y le sorprendió para bien ese final tan abierto, que sugiere tantas interrogantes…
Producción española, de 122 minutos de metraje. La excelente fotografía la firma Julián Elizalde. El reparto lo da todo, con Ángela Cervantes y, sobre todos y todas, Carla Quílez a la cabeza, la actriz más joven en ganar la Concha de Plata a la Mejor Interpretación en San Sebastián. Oiremos hablar de ella en los Goya. Al tiempo.
Y, se repite, la debatiremos en la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra del miércoles, 30 de noviembre, a las 19.30, en Casa del Libro Velázquez. VÉANLA CUANTO ANTES.
Una cineasta de talento, una mirada de mujer a seguir.