Ainara es Ainara Vera editora, guionista y documentalista, de la cosecha del 85 – con seis premios en su haber por su ópera prima ‘Hasta mañana, si Dios quiere’, que puede verse en Filmin – responsable, tras la cámara y en la escritura, de este hermoso largometraje. Hayat es una capitana de barco, de 35 años, que surca los mares pero que añora a su hermana y única familia, Leila, que está embarazada y va a ser madre soltera en el otro lado del mundo y la preciosa Inaya es la bebita, hija y sobrina de las dos mujeres protagonistas que no siempre pueden establecer contacto por la falta de cobertura, pero que finalmente se encontrarán.
¡¡¡Qué belleza de película, qué paisajes tan espectaculares, qué vínculo tan estrecho y emotivo entre las dos hermanas, entre dos hermanas tan diferentes y tan marcadas por un destino que Inaya viene a conjurar!!! Sí, porque la realizadora no ha hecho un documental al uso, hablan las imágenes, los paisajes, el duro trabajo en el mar inmenso, azul, precioso e insondable del Ártico en el que hay que reparar las maquinarias – el principio y casi en el final, cíclicos, nos muestra a Hayat en las tripas del barco intentando resolverlo.
No es un documental al uso, en absoluto y esa es, con su factura impecable y la elegancia y belleza de su puesta en escena, lo que lo hace tan valioso. Es además feminista porque cuando la capitana habla de sus problemas en un mundo de hombres, no lo hace mirando a la cámara, sino en una reunión con su tripulación. O cuando comenta el acoso sexual sufrido, su voz está en off mientras el océano lame, con toda su imponente majestuosidad, playas lejanas.
O cuando confiesa que ella, y Leila, no sintieron jamás la ternura de su madre. Una madre adicta que se negó a, o no fue capaz de, rehabilitarse y por ello, porque le faltó ese afecto primordial, ese apego seguro que tod@ niñ@ necesita, piensa que nadie es capaz de quererla pese a ser consciente de su valía personal y profesional.
O cuando tanto una como otra piensan que eso ha creado una suerte de maldición en sus vidas, pero que esa niña tan preciosa, Inaya, ha llegado para conjurarla. Los grandes espacios marinos y los más pequeños de la habitación del hospital donde Leila recibe asesoramiento para amamantar a su hija, los del hogar donde la cuida y la atiende, los de la pantalla y el móvil donde las llamadas y las videollamadas se cruzan de una punta a otra de la tierra, cuando hay cobertura.
O cuando juntas las tres transmiten alegría y esperanza en el futuro. O cuando Hayat encuentra un nuevo trabajo de capitana en otro barco. O cuando ese final…
Coproducción entre Groenlandia y Francia, de 78 minutos de metraje. Su preciosa, espectacular, fotografía se debe a la propia directora y a Inuk Silis Hoeg y la igualmente notable banda sonora la firman Amin Bouhafa y Cocanha.
NO SE LA, NO SE LO, PIERDAN.