Archivo diario: noviembre 9, 2022

SEFF, 19 Edición. Sección Oficial, ‘My Love Affair with Marriage’: Biología, física, química, romance y sexismo

La escritora, ilustradora, artista, profesora, diseñadora de producción, guionista y cineasta de animación letona, residente en Nueva York, Signe Baumane, cosecha del 64, muy prestigiosa en su campo y reconocida con varios galardones, ha presentado en el SEFF esta coproducción entre Letonia y Estados Unidos, de 108 minutos de metraje – cuyo guion también escribe su responsable tras la cámara, así compone la mayor parte de las excelentes canciones que se oyen en ella, además de la estupenda banda sonora de Kristian Sensini – que, entre el drama, la comedia y el musical sigue a Zelma, una chica que desde niña ha sido una criatura diferente a lo que los roles patriarcales de género decretan para su sexo, pero…

…Pero que intentando dramáticamente adaptarse a tan restrictivo corsé en orden a ser aceptada, deseada y amada, renuncia a lo mejor de sí misma y obtiene, a cambio, dos matrimonios infelices y equivocados. Todo ello se nos cuenta estructurado en capítulos que van desde la propia concepción hasta la edad adulta. Todo ello, aunque lo narrado está lamentablemente muy cerca de la experiencia de tantas mujeres, en clave de musical con canciones compuestas por la propia directora y con un coro de tres espíritus femeninos que le dictan cómo actuar a fin de conseguir sus sueños románticos.

Todo ello explicitando los procesos biológicos, orgánicos, anatómicos y hormonales que se ponen en marcha ante el placer, el miedo, el deseo, los impulsos eróticos, muy bien representados y documentados. Todo ello mientras vemos a una niña prometedora, libre y creativa convertirse en una mujer sumisa y adaptada a las exigencias de su primer marido, un artista que la controla, que la usa como sirvienta y alivio de su sexualidad, que no la respeta, que la sobrecarga de trabajo doméstico y que, por si todo ello no fuera poco…, pretende que le sufrague su vocación pictórica.

Pero tampoco le va mejor con el segundo que, aún siendo radicalmente distinto y tras la fase de encantamiento inicial, la lleva a Canadá donde ella se pasa el día de nuevo encerrada entre cuatro paredes, aunque por distintas razones. Todo ello hasta que al final un descubrimiento inesperado resultará liberador.

Todo ello, se insiste, en clave de humor y ácida ironía. Aunque con tales situaciones, el humor tiene poco encaje. Pero se trata de animación para personas adultas. Por todo ello, a esta firmante le ha interesado, salvo en la parte final un tanto apresurada y que deja demasiados interrogantes.

Véanla, es crítica y disfrutable.

SEFF 2022, 19 Edición. Las Nuevas Olas No Ficción, ‘Viagem ao Sol’: Memoria Histórica, memorias personales…

Una cineasta portuguesa, Susana de Sousa Dias y un cineasta austríaco, Ansgar Schäefer, han realizado este documental prodigioso que ya es, por derecho propio, uno de los mejores títulos del SEFF para esta firmante. Esta firmante la ha visto este mediodía, a las 12, con relativamente pocas personas en la sala. A esta firmante le interesó su sinopsis, un episodio histórico poco conocido: el viaje de 5.000 niñ@s austríac@s a Portugal con familias de acogida para recuperarse de la devastación y los traumas sufridos en la II Guerra Mundial y los contrastes y experiencias de todo tipo que experimentaron allí en esas casas, la mayoría muy acomodadas pero no todas…

Esta firmante esperaba un relato fílmico de este género más al uso, más convencional. Pero no, todo lo contrario. Maneja todo el tiempo imágenes de archivo, muy bien montadas y estructuradas. Sobre ellas, las voces en off de las y los protagonistas, sobre todo las niñas, que relatan, como personas adultas sus impresiones tan afectivas como demoledoramente críticas de los desastres de la contienda en sus propias ciudades, barrios y casas.

Mientras ell@s – se reitera sobre todo chicas, las menores son las grandes protagonistas, pero también ellos por supuesto – reflexionan se nos muestra esta destrucción citada en filmaciones tan impactantes como serenas e hipnóticas, sin subrayado alguno, ni música tampoco, porque no la necesitan. Tan sólo las voces de quienes eran menores cuando todo ocurrió que, con la misma calma aunque a veces se rompen con la emoción, nos relatan el horror de los daños colaterales: «no había sitio dónde pudiéramos jugar…»

Luego, poco a poco, vamos viendo cómo las personas adultas restauran, con mínimos medios, los restos del naufragio bélico. Barriendo el polvo, de las calles, recogiendo cascotes, salvando los enseres que quedan. Y algo después, sin prisas, tomándose su tiempo, el viaje infantil con el desgarro de las despedidas. Se nos muestran sus caritas, serias, dolidas, expectantes, sonrientes y se nos muestran, como las anteriores, a imagen completa u ocupando tan sólo un recuadro en la pantalla.

Cinco días en tren, ocho en barco, divididos en estos tan diferentes medios de transporte. Una experiencia dura pues no podían descansar, ni lavarse, estaban hacinados y apenas comían, además de sentirse tan lejos de casa y de los suyos. Las voces nos cuentan, la pantalla lo corrobora, que llegan en silencio y con una seriedad extrema, que no corren, ni gritan y caminan ordenadamente.

La sorpresa es que no tienen familias decididas o convenidas de antemano. Les eligen los hombres y mujeres que van a acogerles en sus casas, «como en un mercado», reflexiona una de esas niñas de la guerra. Y las chicas son las favoritas, sobre todo las rubias de ojos azulados, lo que hace a un pequeño exclamar que pensaba que iba a quedarse sin un hogar en el que vivir.

Sus destinos son diferentes. Se ha escrito de que la mayor parte fueron a parar a entornos ricos y acomodados en grandes villas y con servicio. Pero no todos… un niño cuenta que nunca le cambiaron ni la ropa, ni los zapatos, que se le quedaron pequeños y le comprimían la circulación. Otro que le prohibieron salir y jugar, que pasaba sus días encerrado.

Afortunadamente fueron las excepciones. Lo vemos sobre todo en la experiencia de una chica con unas gentes, eso sí era bastante general, cálidas y afectivas, que les tocaban, abrazaban, acariciaban y besaban. Algo que no habían tenido en sus casas. Descubrieron también el sol por supuesto, hermoso plano mirando hacia el cielo y disfrutando de sus rayos, y las frutas que nunca habían comido y no conocían: plátanos y naranjas los engullían al principio con sus pieles y cáscaras…

Tras las luces, las sombras. Porque las mujeres y los hombres que nos hablan, que fueron las niñas y los niños del ayer de esta historia verdadera, rememoran y comparten, con los recuerdos de entonces y la lucidez de ahora, la esclavitud, a todos los efectos, del servicio doméstico de una de las casas – la cocinera se suicidó – trabajando a destajo y sin apenas derechos.

El horror del viaje a Fátima: «fue terrible, no saben leer, ni escribir y les dan rosarios». El idioma que aprenden, el portugués, y el que olvidan, el suyo propio. Las dificultades de comunicación como decir «puta» por «butter», mantequilla. Los fuertes apegos mutuos, muchos padres y madres quisieron adoptarlos. Una de ellas se suicidó al partir la chiquilla, su propia hija había muerto accidentalmente al caer en la chimenea, y al padre de acogida de otra, murió de un infarto tras despedirla…

La vuelta a casas y a progenitoras y progenitores más estrictos, más distantes, casi unos desconocidos. Luces y sombras de unos recuerdos, de unas Memorias tan rigurosas como sentidas, tan contenidas como intensamente emotivas, tan demoledoramente críticas como cercanas y universales.

Memorias de una Guerra y de sus terribles consecuencias y desgarros emocionales través de la mirada de los más inocentes, a través de unas imágenes de la época, hay mucho material inédito, tan bien editadas y estructuradas. Memorias íntimas e intensamente personales también, sobre todo a través de las cedidas por una de las niñas. Todo ello en un documental hermoso y terrible, sobrio, riguroso y austero, estremecedor, justo y necesario pero también conmovedor, que no cede nunca al chantaje emocional, ni al efectismo, ni a las trampas de la nostalgia.

Producción portuguesa de 109 minutos de metraje. La escriben los propios realizadores ya citados, ella y él. La fotografía, el material de archivo, está tratado con excelencia por Mário Espada y Nikolaus de Macedo Schäfer. La banda sonora, también notable que suena cuando debe y con los ruidos ambientales, la firma Didio Pestana.

Extraordinaria, extraordinario. NI SE LES OCURRA PERDÉRSELO.

SEFF 2022, 19 Edición. Sección Oficial, ‘Holy Spider’: El feminicida fanático

En memoria de Mahsa Amini, joven iraní de 22 años, secuestrada, ferozmente torturada y asesinada el pasado mes de septiembre por los Policías de la Moral de su país, por no llevar correctamente puesto el hiyab. Crimen machista, terrorismo machista institucional, que desató una oleada de protestas que aún siguen, emparentado con los del protagonista real de ‘Holy Spider’

Y en las de Afsaneh, 30, años con una hija de 9, asesinada el 7/8/2000; Layla, asesinada el 10/8/2000; Fariba Rahimpur, asesinada el 11/8/2000; Massoumeh, asesinada el 3/1/2001; Sarah Rahmani, 27 años, asesinada el 16/2/2001; Azam Abdi, 45 años, asesinada el 29/2/2001; Sakineh Kayhanzadeh, 50 años, asesinada el 19/3/2001; Khadijeh Full Qasri, asesinada el 23/3/2001; Marzieh Saadatyan, 35 años, asesinada el 12/4/2001; Maryam, 35 años, asesinada el 14/4/2001; Touba, 35 años, asesinada el 15/$/2001; Azra Hajizadeh, 31 años, asesinada el 24/4/2001; Maryam Beygi, 28 años, Shiva y Zahra, asesinadas el 3/7/2001; Leila, 20 años, asesinada el 11/7/2001; Mahboube Allah, 18 años, asesinada el 24/7/2001 y Zahra Dadkhosravi, 33 años, asesinada en agosto. Fuente: Wikipedia

Todas ellas, mujeres iraníes prostituídas procedentes de entornos paupérrimos, desestructurados y marginales, muchas adictas a las drogas, fueron brutalmente estranguladas en los alrededores de la Ciudad Santa Mashhad – cerca del mausoleo del imam Reza, del que era fanático seguidor – por Saeed Hanaei, de 39 años, trabajador de la construcción, voluntario en la guerra entre Irán e Irak, casado, con dos hijas y un hijo.

Sobre este feminicida en serie, llamado el asesino de la araña, ¿ qué tendrán que ver estos animales con semejante monstruo…?, porque las atraía a su casa, las estrangulaba con sus pañuelos y envolvía sus cadáveres con el chador – que pretendía limpiar a su ciudad de la corrupción moral, se han hecho varias películas en cine y televisión.

Esta que nos ocupa es la última propuesta del guionista, editor y director de cine iraní, nacionalizado danés, Ali Abbasi – cosecha del 81, con títulos en su haber como ‘Shelley’ (2016) y ‘Border’ (2018), con la que consiguió el Premio de Un Certain Regard en Cannes – integrada en la Sección Ofical del Festival de Sevilla.

El realizador convierte esta historia real en un thriller político de alto voltaje en el que renuncia a cualquier tentación de estilización estética, de contención, de fuera de campo o de elipsis en la puesta en escena – algo que a esta firmante le chocó en un principio, aunque luego comprendiera y aplaudiera esta elección narrativa – para mostrar los crímenes con toda la brutalidad, la saña, la tosquedad, la sordidez del contexto y la ferocidad insoportable con las que se cometieron.

Para mostrar la intolerable violencia machista, la indeseable misoginia, social, laboral, económica y política que sufren las mujeres de su país de origen y no sólo las víctimas de estos odiosos crímenes. Para mostrar el odio que se les tiene, para mostrar que no tienen derechos de ciudadanía, ni derechos de cualquier clase, sin el respaldo masculino.

Para mostrar todo ello, lo ejemplariza en el personaje ficticio de una periodista valiente – magnífica Zahra Amir Ebrahimi, justamente premiada en Cannes como Mejor Actriz – que es acosada, y luego despedida, por un jefe que la tildó de provocadora. Que debe soportar, aunque rechazándole con firmeza, las insinuaciones y encerronas en la habitación de su hotel – en el que, como mujer soltera y sin acompañante masculino, no le permitían alojarse, pese a su reserva, hasta que mencionó su profesión – por parte de un policía e incluso también, a otro nivel, del «simpático» colega que la tiene por una presa fácil.

Una brava mujer que no duda en internarse en los barrios más conflictivos y peligrosos, escenarios de los crímenes e incluso hacerse pasar por una prostituta, para identificar, con el respaldo del colega citado que luego les pierde de vista, y sufrir un cara a cara de extrema violencia con el criminal del que sale airosa por sus propios medios y que tiene aún que soportar que el amigo le diga que la salvó él…

Para mostrar también la corrupción de una teocracia religiosa a través del juicio que intentó, contra viento y marea, salvar al culpable. Un indeseable que recibió un enorme respaldo popular, que se convirtió en un héroe de masas, que fue apoyado mayoritariamente por su «limpieza» asesina y que dejó la semilla del MAL inscrita en los genes de su hijo: terrible escena en la que el niño explica con orgullo el modus operandi asesino de su progenitor.

Abbasi, pues, no deja títere con cabeza en este potente, intenso, negrísimo, crudo y tan cruel como el escenario que retrata, relato fílmico en el que abunda en los detalles más duros y sórdidos porque, por todo lo escrito, son relevantes e imprescindibles. Como mujer y feminista se lo agradezco y le admiro por ello.

Coproducción entre Dinamarca, Alemania, Francia y Suecia, de 117 minutos de metraje. El tan sólido guion lo escribe el propio director junto a Afshin Kamran Bahrami. La excelente fotografía, teñida de la oscuridad de lo narrado, la firma Nadim Carlsen y la banda sonora, de la que puede decirse otro tanto, es de Martin Dirkov.

Una gran película, valiente, justa y necesaria. Ni se les ocurra perdérsela.