#Inteligente #Lúcida #Sutil #Irónica # Cáustica #Brillante #Intelectual #Culta #Cultivada #Muy divertida #Excelentemente dialogada #Nunca discursiva #Nunca banal #Nunca superficial #Cargas de profundidad #Bien filmada #Paradójica #Compleja #Contemporánea #Elegante #Incisiva #Coral #Crítica #Corrosiva #Sarcástica…
Todos estos y mucho más calificativos pueden aplicarse a esta película francesa que abre el Festival – escrita y dirigida por el crítico, guionista y realizador Olivier Assayas, cosecha del 55, con títulos como, ‘Desorden’, ‘Finales de agosto, principios de septiembre’ o ‘Personal shopper’, en su haber, con una muy adecuada fotografía de Yorick Le Saux e interpretada con excelencia por Juliette Binoche, Guillaume Cante y Vincent Macaigne, sobre tod@s, aunque tod@s estén muy bien – en la que las dobles vidas – ese es su título original – literarias y editoriales, profesionales y personales, se entremezclan sabiamente en un cóctel explosivo.
Así es porque la historia de los desencuentros entre un escritor y su editor de siempre respecto de la última novela, ‘Punto final’, del primero, le sirve al realizador para interpelarnos sobre el modus vivendi moderno con las redes en primerísimo plano, cuestionándolas tanto como aceptando su inevitabilidad – «los tuits son los nuevos haiku» …, jajajajajaja – , con el universo digital frente al analógico.
Con las lealtades, en el más integral sentido del término, como telón de fondo para captar espacios diversos, privados y públicos, en los que se mueven los personajes sin parar de hablar, de hablarnos, de pronunciarse, de invitarnos a hacer otro tanto. Con el ingenio, la fluidez verbal, la rapidez – ojo, nunca superficialidad, todo lo contrario – en las formas de plantearse temas muy relevantes y pertinentes, bajo el prisma de un humor siempre presente. Se alude a un viaje a Sevilla, por cierto. A Haneke, también, de manera perversa y desternillante.
Las ficciones y las realidades; las «autoficciones» y las biografías reales; el narcisismo exhibicionista, del que las mujeres son más víctimas, pues siguen siendo más objetos que sujetos y, por intelectuales que sean, son ellas las que cocinan y sirven en las comidas sociales y amistosas; las crisis de la mediana edad; hombres maduros con jovencitas; los algoritmos frente a los críticos literarios; las series como la desopilante que interpreta a la Binoche a quien, por cierto, se le pide un contacto con Juliette Binoche… ;
Todo está ahí, y muchísimo más. Todo es mostrado, no solo dialogado, para quien quiera verlo y oírlo. Ocurre en una Francia en crisis política y de valores, que también se alude a ello. Ocurre en ambientes franceses de alta burguesía sumamente ilustrados y sofisticados, difícilmente extrapolables a un país como el nuestro, pese a ser tan universales. Con personajes entrenados en la réplica – contrarréplica, en la palabra como vehículo para expresar y ocultar pensamientos y emociones
Véanla, no se la pierdan. Con sus sentidos muy alertas para captarla y disfrutarla en todas sus brillantes reflexiones y sugerencias.