Archivo mensual: abril 2018

Tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Temporada 6: Recordatorio urgentísimo

El próximo miércoles, 2 de mayo, a las 19.30, en la cuarta planta de la sevillana Casa del Libro en la calle Velázquez, tendrá lugar la próxima sesión de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra.

Debatiremos sobre tres películas muy diferentes entre sí y más que interesantes. Dejo los enlaces de sus críticas en el blog. Son, a saber:

La noruega ‘Thelma’, de Joachim Trier. Premio Especial del Jurado y Mejor Guión en Sitges. Aún puede verse en el Avenida en una única sesión a las 16 horas hasta el martes.

https://sevillacinefila.com/2018/03/28/thelma-el-pecado-original/

La francesa ‘Un sol interior’, de Claire Denis. Puede verse doblada en el Alameda, hasta el jueves de la semana que viene en sesiones de 17.15, 19.15 y 21.15.

https://sevillacinefila.com/2017/11/08/seff-2017-seccion-oficial-un-sol-interior-esa-cosa-llamada-amor/

Y la coproducción entre Bélgica, Francia y Líbano ‘Alma mater’, de Philippe Van Leeuw. Premios del Público en Berlín, Copenhague y Sevilla. Aún se proyecta en el Avenida hasta el jueves, pero en una única sesión a las 22.30.

https://sevillacinefila.com/2018/04/15/alma-mater-casa-desolada/

Nuestra invitada, todo un lujo y un honor, será la experta, tertuliana y amiga Lucía Ordóñez. Entre su extenso currículum, que detallaremos en la sesión, está un Master en Producción y Gestión en la Industria del Entretenimiento en Los Ángeles y otro, en Barcelona, de Marketing, Distribución y Venta de Cine, además de lectora de guiones y productora de cortometrajes.

Promete muchísimo y la entrada es libre. ÚNETE.

 

‘Isla de perros’: Human@s y no human@s

A quien esto firma, como animalista, le encantaría decirle al responsable de esta película, el actor, guionista, productor y realizador Wes Anderson – cosecha del 69, con títulos en su haber como ‘Moonrise Kingdom’ o ‘El Gran Hotel Budapest’, entre otros – que es@s gat@s – a quienes, sutilmente, tanto desdeña y que opone a l@s perr@s como mascotas de villanos y poderosos – son las víctimas de entre las víctimas de l@s callejer@s, abandonad@s, incomprendid@s y maltratad@s.

Aunque quien esto firma, como animalista, aplaude sin fisuras su interés por los canes, hasta el punto de fomentar campañas de adopciones desde su productora en muchos países y en colaboración con protectoras y asociaciones. Aunque nuevamente, en ese hermoso proyecto, se olvide de l@s felin@s.

A quien esto firma, como animalista y feminista, también le gustaría decirle al realizador que no todos los perros son machos, y demasiado antropomórficos por ende, y que resulta penoso que las pocas hembras que salen, lo hagan en función de sus dotes seductoras y de su maternidad. Y que tampoco  los escasos personajes femeninos de esta historia resulten especialmente bien retratados, sino todo lo contrario. Clichés improcedentes en una propuesta transgresora.

Hechas estas, pero importantes para quien esto firma, salvedades escribir que estamos ante una obra singular, imaginativa, llena de encanto y de magia, visualmente fascinante, brillante, divertida, irónica y compleja tanto en sus diseño de producción, dirección artística y  técnica de animación, la stop-motion, como en el tratamiento de la historia. Aunque su -homenaje a Japón y su cultura sea un tanto esquemática y baje el ritmo cuando los perros no están en pantalla. Por cierto, un hallazgo que estos solo hablen inglés y las llamadas personas solo japonés… Una metáfora tan lúcida como descacharrante.

101 minutos de metraje. Su guión lo firma el propio realizador sobre una historia conjunta de él mismo junto a Roman Coppola, Kunichi Nomura y Jason Schwartzman. La excelente fotografía animada es de Tristan Oliver y la estupenda música de Alexandre Desplat. Entre los ilustres nombres que prestan sus voces a las criaturas de las dos especies están Bryan Cranston, Edward Norton, Liev Schreiber, Jeff Goldblum, Greta Gerwig o Frances McDormand.

Única y altamente recomendable. Véanla.

‘Un lugar tranquilo’: Los gritos del silencio

Día 89… Una familia compuesta por la madre, el padre, la hija mayor de unos once años, sorda, y dos niños pequeños, entran en un supermercado, en ruinas y abandonado, como todo el desolado entorno que les rodea. Mientras se abastecen de provisiones, utensilios y medicinas, ponen un cuidado extremo en no hacer ruido y hablan muy bajo o en lenguaje de signos. Esta es una de las particularidades de Un lugar tranquilo, precisamente. Sus silencios.

Pero al menor se le antoja un cohete, con el que tiene la fantasía de que puedan escapar de tal infierno, con sus pilas. La hermana  se lo da, a espaldas de los progenitores. El sonido, enfurece a las criaturas monstruosas responsables de la devastación planetaria en un futuro apocalíptico y…

Más de un año después, aún en duelo por tan trágica pérdida, este grupo humano va a aumentarse con un nuevo miembro y siguen atrapados en un espacio inhabitable y lleno de peligros, en el que están obligados a sobrevivir. Porque los enemigos continúan al acecho y cualquier error podría volver a ser fatal.

Así es el atractivo, inquietante y singular punto de partida de esta producción norteamericana de 95 minutos de intenso metraje, dirigida y coescrita, junto a Scott Beck y Bryan Woods, sobre una historia de estos últimos, por el actor, escritor, productor y realizador de cine y televisión en series tan populares como ‘Ley y Orden. U.V.E’ o ‘The Office’,  John Krasinski, cosecha del 79.

Su excelente fotografía es de otra mujer, Charlotte Bruus Christensen. Que se une, felizmente a las responsables de las notables imágenes de filmes tan notables como ‘Custodia compartida’, Nathalie Durand, y ‘Alma mater’, Virginie Surdej. Su música, que suena únicamente cuando debe, la firma Marco Beltrami.

El mérito del realizador es convertir esta atractiva y compleja mezcla thriller, terror, fantástico, ciencia ficción, futuro dantesco y extraterrestres en un drama familiar e intimista muy bien construido, que integra todos esos géneros armoniosamente en el relato y en la puesta en escena, sin que nada chirríe. Y sin que el ritmo, ni la tensión, antes al contrario, decaigan en un solo segundo.

Pone en valor a l@s protagonistas y sus interrelaciones – en un cuidado retrato de los personajes, con la complicidad de un reparto impecable en el que resaltan él mismo, la conocida actriz británica Emily Blunt, su esposa en la vida real, y la estupenda Millicent Simmonds, sorda también en la vida real – antes que a la parafernalia al uso de acción y efectos especiales.

Resalta asímismo la inteligencia antes que la fuerza bruta en dicha situación extrema. Pero incide también en la dictadura del terror a la que están sometidos unas personas condenadas al silencio, aunque busquen ingeniosamente lugares y espacios donde pueden eludirlo.

Y aunque el pater familias aparentemente sea el héroe de la función, el valor de una mujer embarazada, pariendo, criando a su bebé en tales circunstancias y cuidando de tod@s – con unas imágenes y secuencias de una tensión in crescendo y de un climax estremecedor… – es especialmente resaltado. Como el dolor y la culpa en la relación padre-hija. O ese final, nada autocomplaciente e inesperado.

Singular, aterradora, emotiva y absolutamente recomendable. No se la pierdan.

 

En cartelera: Lugares y leyes

Profusión de oferta, muy heterogénea además, de películas de estreno las de ayer en las carteleras sevillanas. Pese a todo, y lamentablemente, se nos quedan, otra semana más, varias inéditas. Destacamos siete, de las que cinco se exhiben también en versión original. A saber, y las comentaremos por ese orden, dos estadounidenses, una francesa, una japonesa, una británica, una cubana y una española. Dos de ellas, de animación.

La primera es ‘Un lugar tranquilo’, de John Krasinski. Entre el terror, el fantástico, el thriller postapocalíptico y el drama, sigue a una familia que debe sobrevivir entre un planeta devastado y… sin emitir ruido alguno. Excelentes referencias,. Muy pronto, su reseña en este blog. No se la pierdan.

La segunda es de animación, ‘Isla de perros’, de Wes Anderson. L@s perr@s son exiliad@s por ley a una llamada isla, en realidad un vertedero. Un niño emprende viaje hasta allí para buscar al suyo. Ha gustado mucho y debe verse.

La tercera es ‘Custodia compartida’, de Xavier Legrand. Aquí tienen el enlace de su crítica:

https://sevillacinefila.com/2018/04/18/custodia-compartida-justicia-patriarcal/

Su visión es obligada.

La cuarta es también de animación, ‘Fireworks’, de Nobuyuki Takeuchi y Akiyuki Shinbo. Una esfera luminosa que abre un portal en el tiempo permite cambiar el futuro a una niña, a la que obligan a cambiar de escuela, y a su amigo. Basada en otra película de imagen real, ha cosechado división de opiniones, pero hay que darle una oportunidad.

La quinta es ‘Bailando la vida’, de Richard Loncraine. Entre la comedia, el drama y el romance, sigue a una mujer de clase media quien, al descubrir que su marido le es infiel, se muda con su hermana a una zona desfavorecida. Una historia de segundas oportunidades en gente mayor de edad, que ha recibido contrastes de pareceres, pero… Protagonizan los excelentes Imelda Staunton y Timothy Spall.

La sexta es ‘Sergio & Serguéi’, de Ernesto Daranas. Un cubano que conecta con un astronauta ruso, en plena crisis económica de su país con la desintegración de la URSS en los años 90. Premio del Público en el Festival de La Habana, ha gustado bastante y no hay que obviarla.

Y la séptima es ‘Las leyes de la termodinámica’, de Mateo Gil. Un físico se propone demostrarse a sí mismo que su relación con una cotizada modelo no ha fracasado por su culpa, sino por las leyes a las que alude su título. La han calificado de original, pero desequilibrada. No obstante, habrá que comprobarlo.

 

‘Custodia compartida’: Justicia patriarcal

Cuatro mujeres y un hombre – la magistrada, dos abogadas y una ex pareja – en el despacho de la primera, mientras se sobreimpresionan los títulos de crédito. Se trata de una reunión preliminar para decidir sobre la reclamación, interpuesta por el ex cónyuge, para conseguir la custodia compartida de su hijo menor de 11 años.

Ni éste – se leen sus lacerantes testimonios, ni su hermana, a punto de cumplir los 18  – quieren saber nada de un padre violento y maltratador. Pero nada valen sus pronunciamientos cuando la letrada del hombre siembra dudas , en un ambiente de tensión contenida, y el agresor, presentándose como padre amantísimo y marginado, logra su objetivo.

Así es el punto de partida de esta producción francesa, fechada en 2017, que filma y escribe, en su debut cinematográfico, Xavier Legrand, cosecha del 79, con una excelente fotografía de Nathalie Durand y un reparto en estado de gracia en el que destacamos a Léa Drucker, Denis Menochet y a un prodigioso Thomas Gioria.

Una película que Sevilla Cinéfila tuvo ocasión de ver el pasado lunes, 16,  en un preestreno simultáneo en cinco ciudades españolas y con el realizador desde Madrid, vía streaming. En los cines Nervión, lamentablemente doblada.

Una película que plantea – honesta y brutalmente, sin subrayados, ni dramatismos innecesarios – el calvario de una mujer y sus hijos cuando, por imperativo legal, vuelve a sus vidas – en el momento en el que comenzaban  tímidamente a recuperarlas – el villano que las devastó.

Y lo hace, tan perversa como abusivamente, utilizando a un niño, generoso y lleno de coraje al que, valiéndose del chantaje y la violencia, aliados al miedo que le inspira, poder sonsacarle los datos necesarios para irrumpir en una intimidad en la que no es bienvenido, para acosar a su ex mujer, para perturbar la celebración de la mayoría de edad de su hija, para…

La mirada del chico, su miedo, su fuerza, su impotencia, su determinación y su vulnerabilidad, tan conmovedoras, sumido en una relación de poder tan absolutamente desproporcionada, es el hilo conductor a través del que se nos narra esta historia. Pero no el único. También con, y a través de, él su madre, sobre todo, su hermana, sus abuelos y su tía, son daños colaterales de una furia desmedida.

Una historia filmada inteligentemente en clave de thriller de terror – ya que de terror se trata – con fundidos en negro, sin música y con una violencia, que refleja algunas de las dinámicas posibles del ciclo del maltrato. In crescendo, hasta el demoledor pathos final.

Inquietante, desasosegante, pertinente, valiosa, necesaria, cruel, feroz, de una tensión insoportable y tan aterradora como el horror que describe, su posicionamiento – y su compromiso – son incuestionables a favor de las víctimas. Mejor Director y Mejor Ópera Prima en Venecia, Premio del Público al Mejor Film Europeo en San Sebastián o Premio Otra Mirada de TVE, son algunos de los muy merecidos reconocimientos que la preceden. Bajo ningún concepto deberían perdérsela.

 

‘La casa torcida’: Ínfulas

Quien esto firma tenía, de entrada, una predisposición receptiva ante esta película pues su admirada Agatha Christie no ha sido nada mal adaptada al cine. Al menos, sin pretensiones de exhaustividad, en lo que se refiere a títulos como ‘Diez negritos’, de René Clair (1945), ‘Testigo de cargo’, de Billy Wilder (1957), la serie de George Pollock sobre Miss Marple en los años 60 o las dos versiones del ‘Asesinato en el Orient Express’, de Sidney Lumet (1974) y de Kenneth Branagh (2017), entre un largo etcétera.

Dados estos precedentes, aún siendo las comparaciones odiosas, pensaba que  iba a encontrarse, como mínimo, con una propuesta resultona, comercial pero digna y entretenida, elegante y eficiente dados su equipo técnico y artístico. Pero no.

No porque esta producción británica fechada en 2017, de 115 minutos de metraje, dirigida por el francés Gilles Paquet-Brenner, cosecha del 74, escrita por Julian Fellowes, fotografiada por Sebastian Wintero y con una banda sonora que firma Hugo de Chaire, pese a tener una factura impecable, algo obvio, patina lamentablemente tanto en la puesta en escena – ampulosa, hueca y vacía de contenido – como en el tratamiento de la historia.

Una historia atractiva – ambientada en los años 50 de la Guerra Fría, del espionaje y del anticomunismo – centrada en una familia tan torcida y perversa como la fastuosa mansión que habitan en la que el patriarca, de origen griego, es asesinado y su nieta favorita pide ayuda a un joven detective. con el que mantuvo un romance meses atrás, para aclarar los hechos. Porque lo inquietante es que el-la culpable es un@ de ell@s y que habrá más víctimas…

Contando con el hándicap de que ni Poirot, ni Miss Marple, protagonizan el relato, sino un investigador anónimo, el realizador podía haber jugado a fondo la baza del país, el escenario político y la crítica a una clase social, además del retrato de personajes, enriqueciendo la historia sin traicionar su trama. Hace un débil intento, fracasando estrepitosamente.

Llena de pretensiones, ínfulas, diálogos – vista en vose – y subrayados, supuestamente irónicos e inteligentes, resulta, por el contrario, un fiasco en su retrato, involuntariamente caricaturesco de un ambiente y de un paisanaje.

Incluso el reparto, mal dirigido y sobreactuado, acusa este despropósito. Max Irons está imposible y de momento no parece que haya heredado el talento de sus progenitores, Jeremy Irons y Sinead Cusack, a la que tanto se parece, ni mucho menos el del abuelo Cyril. Se salvan la prestancia de Terence Stamp. la fuerza de Glenn Close, la corrección de Julian Sands y, sobre todo, la carismática Honor Kneafsey.

En fin… Ustedes mism@s.

‘Alma mater’: Casa desolada

En estos tiempos aciagos en los que tres potencias occidentales han atacado a un país de Oriente Próximo, Siria – a su vez devastado por una llamada guerra que dura ya siete años y que se ha cobrado casi medio millón de víctimas civiles – es más que pertinente esta coproducción belga-franco-libanesa de 2017, ambientada en él aunque nunca se mencione.

87 minutos de metraje, escrita y realizada por el director de fotografía, guionista y realizador Philippe Van Leeuw, cosecha del 54 – segunda de su filmografía ocho años después de ‘El día en el que Dios se fue de viaje’ (2009), en la que el personaje central es una joven que malvive escondida en pleno genocidio ruandés – cuyas imágenes se deben a la sensibilidad, los matices y el talento de Virginie Surdej y cuya banda sonora, que se integra en el pathos del relato, es de Jean-Luc Fafchamps.

La historia, de reparto coral, tiene, sin embargo, su alma mater en esa mujer  fuerte, valiente y decidida – una espléndida Hiam Abass, pero también es ineludible mencionar a Diamond Bou Abboud, actrices ambas excelentes y de una sólida carrera, sobre todo Abass – quien, en ausencia del marido, opositor al régimen, debe tomar el mando de una casa, y de una situación límite, en la que se encuentran sus dos hijas, su hijo, su suegro, su sirvienta, el novio de la mayor que ha venido a visitarla y no puede salir y una joven madre vecina y su bebé que planea fugarse con su proscrito marido, también opositor.

Son l@s únic@s habitantes de un bloque de apartamentos sitiado por bombardeos, francotiradores, paramilitares y ladrones saqueadores, así que la supervivencia será más que complicada Más aún cuando tiene lugar un trágico suceso, que debe ocultarse por la seguridad de tod@s.

Y eso sabe plasmarlo muy bien Van Leeuw con un ambiente claustrofóbico, en el que lo más elemental escasea, las puertas están aseguradas con listones de madera, las cortinas echadas, el enemigo al acecho y la cocina se convierte en el único e improvisado refugio antiaéreo. Su compromiso está con es@s civiles inocentes que deben, al mando de una progenitora, amiga, vecina y nuera excepcional, atender tanto al orden doméstico, al día a día, como a evitar ser masacrados.

Elude además los tópicos del ardor guerrero épico y heroico al uso masculino, tan caro al cine bélico, pero resalta un coraje y una dignidad infinitamente mayores encarnadas especialmente en las mujeres. Porque ellas son, además, y una escena atroz lo prueba, botines de guerra. Porque entre las víctimas también hay silencios, secretos, sospechas y dudas pero, sobre todo, empatía y solidaridad. Porque ninguna – pese a ser musulmanas – está velada. Porque no es un hogar miserable y además, está lleno de libros.

Cruel y conmovedora, honesta, inquietante, diferente, valiosa, espléndida y necesaria, consiguió hacerse con los Premios del Público en Berlín, Copenhague y Sevilla, siendo, además, una de las elegidas para debatir en la próxima sesión del miércoles, 2 de mayo, de la tertulia de cine Luis Casal Pereyra. Bajo ningún concepto deberían perdérsela. VÉANLA CUANTO ANTES.

En cartelera: Riesgos, crímenes y asedios

Adelantamos en esta entrada la nueva oferta de la cartelera de mañana, en la que se reseñan cinco películas, cuatro de las cuales pueden verse también en versión original, de interés y calidad dispares. A saber, y por este orden, una británica, una francesa, una belga, una islandesa y una mexicana.

La primera es ‘Casa torcida’, de Gilles Paquet-Brenner. que adapta la novela homónima de Agatha Christie en la que el patriarca de una adinerada familia es asesinado justo después de que su nieta presente en sociedad a su prometido. Este es hijo de un detective de Scotland Yard, quien se encargará de la investigación. Cuenta con un atractivo reparto en el que destacamos a Glenn Close, Terence Stamp, Gillian Anderson y Christina Hendricks y con un intensa división de opiniones, pero no hay que obviarla.

La segunda es ‘El buen maestro’, de Olivier Ayache-Vidal. Sobre un profesor de literatura de un prestigioso instituto al que las circunstancias obligan a trasladarse a otro del extrarradio y conflictivo. ¿Les suena…?. Contraste de pareceres, pero…

La tercera es ‘Alma mater’ (‘Insyriated’), de Philippe Van Leeuw  Una mujer, atrapada en un apartamento de una ciudad sitiada, trata de proteger a sus hijos y a sus vecinos entre bombas y francotiradores. Premios del Público en Sevilla, Berlín y Copenhague, sus referencias son excelentes, su visión, obligada, y además es una de las elegidas para debatir en la próxima sesión del miércoles, 2 de mayo, de nuestra tertulia de cine Luis Casal Pereyra.

La cuarta es ‘Heartstone’, de Güomundur Arnar Güomundsson. Proyectada hace dos años en la Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de nuestra ciudad, da cuenta de las divergentes inclinaciones amorosas entre dos chicos, íntimos amigos, en una comunidad  cerrada, conservadora y ferozmente machista. Sus críticas son, en general, positivas con algunas reticencias. No deberían verla quienes sienten empatía por los animales, debido a la crudeza de algunas de sus escenas. Quien esto firma, por esta causa, se salió de su proyección. Aquí tienen su entrada en este blog:

https://sevillacinefila.com/2016/11/06/seff-016-toma-5-seccion-oficial-heartstone-verano-turbio/

Y la quinta es ‘La delgada línea amarilla’, de Celso García. Narra el viaje, que cambiará sus vidas y valores, de cinco hombres contratados para pintar la línea divisoria de una carretera que conecta dos pueblos. Fechada hace tres años, obtuvo entonces el Premio Especial del Jurado y el de Mejor Guión en Gijón. No hay que perdérsela.

Post scriptum:

Esta selección restringida se aplica a Sevilla capital. En ciudades con más fortuna, además de las citadas, podrán verse otros títulos, la mayoría de mucho interés, que aquí se nos quedan – en esta, como en casi todas las semanas – lamentablemente inéditos. Pero hay otras que tienen aún menos suerte…

No solo cine. Sevilla Antitaurina: Ni morir, ni matar…

A propósito de alguien que glosaba el «valor» y el «mérito» inherentes a quienes perpetran la tortura y el asesinato en serie de herbívoros inocentes, un-a animalista comentó : «Pero es que el toro no quiere ni morir, ni matar» . Porque no quieren ni morir, ni matar, pero van sin saberlo al más atroz sacrificio en cámara lenta, y además no tienen voz, unas 2000 personas han salido a las calles sevillanas esta tarde para clamar por ellos.

Porque «nuestra misión es la abolición». Porque «cobarde es quien agrede y valiente quien defiende». Porque «aquí estamos, nosotr @ s no matamos». Porque defendemos que «el maltrato animal, al Código Penal». Porque «vergüenza nos da la Fiesta Nacional».

Porque «toros sí, toreros no». Porque «esa Plaza la vamos a cerrar». Porque «la que se avecina, Sevilla Antitaurina». Porque «no estamos en el siglo I, sino en el XXI». Porque «el traje de luces arcadas nos produce», Porque «con el sufrimiento, yo no me divierto». Porque «la tortura, no es arte, ni cultura» Porque …

Por todo esto y mucho más, convocados por el Partido Animalista, PACMA – al que se unieron protectoras, organizaciones y colectivos varios – nos dimos cita a las 17 horas en el Palacio de San Telmo. Con pancartas, camisetas, pañuelos, pegatinas y toda la fuerza de «la rabia y de la idea» salvadoras a las que aludía Antonio Machado. Personas humanas, hermosa gente empática y solidaria, de toda edad y condición y personas no humanas de toda edad y pelaje.

Pisando las calles nuevamente. Dignificando el centro histórico, en un itinerario diferente al pasado año que nos llevó a cruzar el Paseo Colón, siguiendo por Almirantazgo, Dos de Mayo y calles adyacentes, para volver sobre nuestros pasos hasta la Puerta de Jerez, donde se culminó con varias e intensas intervenciones cargadas de lucidez y pasión.

Pero no se nos permitió acercarnos a la Plaza de la Infamia donde se consumaba la matanza de nuestros hermanos y que estaba protegida, literalmente rodeada, por varios furgones policiales. Los lobbies taurinos todavía mandan mucho, aunque nos temen más, porque saben que sus días están contados.

Vibrante, arrolladora, multitudinaria, intensa y emocionante demostración del poderío animalista y de la fuerza de la razón de nuestra lucha. Millares de gargantas y millares de corazones contra la barbarie de una llamada celebración de la sangre y la muerte en la arena. Y por la ABOLICIÓN.

 

Verano de una familia de Tokio: Insolación

Yoji Yamada es un guionista, ayudante de dirección y cineasta japonés de la cosecha del 31, conocido por su trilogía del Samurai, la serie de Tora-San, a la que ahora le añade esta que nos ocupa, tercera de otra que tuvo sus precedentes en ‘Una familia de Tokio’ (2013) y en ‘Maravillosa familia de Tokio'(2017), cuyo enlace a su crítica en este blog es el siguiente;

https://sevillacinefila.com/2017/05/19/maravillosa-familia-de-tokio-aciertos-y-despropositos/

113 minutos de metraje. Su guión lo escriben él mismo y Emiko Hiratmasu. Su fotografía es de Masashi Chikamori y su banda sonora, que subraya los momentos más presuntamente cómicos, Joe Hisaishi, su equipo habitual. El reparto, lógicamente, es el mismo de la anterior, con sus anexos y algunos secundarios nuevos.

La historia retoma a ese peculiar grupo humano – dos hermanos, una hermana, con sus parejas y  unido por lazos de sangre – preocupados por la seguridad del pater familias que es un conductor temerario a sus años…

De entrada, es bastante peor que la anterior y mucho más que la primera. Si nunca segundas partes fueron buenas, de las terceras ni hablamos… Porque aquí ese costumbrismo vodevilesco, esa presunta sátira, pierden cualquier contenido crítico, atenta tan solo al golpe de efecto de gags tan primitivos como burdos.

El desencuentro generacional – mínimo o debido a motivos nimios – se resuelve a favor de un patriarca tan odioso que hasta tiene reminiscencias – al menos, para quien esto firma – de Paco Martínez Soria. Con esto ya está escrito todo. Desaprovecha lamentablemente los enfoques  – que en la otra sí que estaban en mayor medida – críticos hacia la misoginia de una sociedad tan estratificada.

La ausencia, o la mínima presencia, del personaje de la madre – la más interesante, con diferencia  – y el no retomar el hilo de la ruptura de los progenitores,  deja cojo a un relato reiterativo, carente de ambición y autocomplaciente.

Ustedes mism@s.