Archivo diario: noviembre 9, 2013

SEFF Xª Edición. Sección Oficial. Toma III.’ Camille Claudel 1915

Antes de entrar en materia, nobleza obliga, quien esto firma debe hacer constar que en la sesión de esta mañana, en la que se proyectó la película que nos ocupa, se ha impuesto el buen sentido y se ha dado prioridad en la entrada a la sala a l@s acreditad@s de los medios. Escrito queda.

Afirma Bruno Dumont – Francia, cosecha del 58 -, y lo ha hecho esta mañana en la rueda de prensa posterior al pase de su cinta, que siendo joven tenía un póster de Camille Claudel en su habitación, porque era su ídolo. Que era una mujer fuerte y deslumbrante, una artista genial y también, por lo mismo, una figura trágica. Que tenía una conciencia clara de su talento y, por ende, de ello se derivaba una cierta soberbia y un cierto desprecio por otro tipo de gente menos dotada. Que esto lo compartía con su hermano, el poeta Paul Claudel.

Que se ha basado para hacer la película en la documentación aportada, entre otros documentos, por la correspondencia entre los dos hermanos, entre Paul y los médicos de ella y en otros escritos. Que no ha hecho una escritura fílmica al uso. Que no pensó en Juliette Binoche y fue ella quien le llamó para interpretar al personaje. Que la actriz hizo las pruebas pertinentes, aceptó rodar sin guión, sin maquillaje, en una institución real y con enferm@s reales, seleccionad@s y asesorad@s , durante la filmación, por sus doctores-as.

Que la escultora sí padecía una paranoia diagnosticada, pero que esto no justificó su internamiento de por vida, desde 1913 hasta su muerte. Que su historia terrible es una tragedia contemporánea. Que su condición de mujer creadora y su vida amorosa fueron piedra de escándalo para la sociedad, su familia y su época.  Y que pagó un alto precio por su libertad. Lo dicho, palabras del responsable de esta obra cinematográfica.

En 1915, la protagonista – una inmensa, luminosa, estremecedora y desgarrada Juliette Binoche – contaba con cincuenta años y llevaba dos internada en en el manicomio de Montdevergues. Su familia prohibió que recibiera visitas y nunca fueron a verla. Pese a su recuperación y a sus deses perados ruegos a Paul, el único en interesarse por ella, permaneció allí hasta su muerte, en 1943,  y  reposa en una tumba sin nombre, sólo con los números 1943-n392, en el propio cementerio de la institución mental.

El realizador describe este itinerario trágico dando cuenta precisa del discurrir de los días sin huella, pero intensamente desdichados, de una criatura única y llena de talento, enterrada en vida sin poder esculpir, y rodeada de seres alienados de los que la separaba un abismo. Pero Dumont, curiosamente, no asume lo que paradójicamente expresa tan bien en su filme. La posición paternalista y cómplice del hermano en el cruel encierro de la artista. Su autoridad manifiesta y su poder para decidir su destino. Y tampoco la superioridad moral de que hacía gala, tan bien expresada en su conversaciones con el sacerdote…, por el hecho de considerarse iluminado por la gracia de Dios y de su conversión religiosa. Y de cómo esta circunstancia afectó a su atribulada hermana.

Lecturas que están ahí, aunque su firmante no lo reconozca abiertamente. Como el partido que toma sin paliativos por esta mujer, por las mujeres. Así que, por todas estas cosas y por su puesta en escena serena y elegante, el tratamiento del paisaje y de los personajes – aunque, a veces, chirríe la representación fílmica de l@s enferm@s reales, su tempo lento y cadencioso, merece la pena ver esta cinta. Un digno homenaje a una creadora única y extraordinaria.

SEFF Xª Edición. Sección Oficial.Toma II. ‘Un episodio en la vida de un chatarrero’: Márgenes

Antes de entrar en el análisis de esta segunda propuesta de la Sección Oficial, hay que hacer constar que no es de recibo que gentes de la prensa y de los distintos jurados se hayan quedado literalmente sin sitio, en beneficio de espectadores que nada tienen que juzgar, ni escribir, ni reseñar. Esto ha ocurrido en la película de hoy y no puede, ni debe, repetirse. Sin entrar a cuestionar la apertura de estas sesiones a otros grupos, habría que dar prioridad en la entrada a l@s acreditad@s antes del comienzo de estas proyecciones y luego que pasara el resto del público. Es lo justo y se ha hecho, sin perjudicar ni discriminar a nadie, en otras ediciones de este Certamen.

Dicho esto, esta cinta superior sí que es, afortunadamente, el reverso de la moneda de la que la ha precedido. Su responsable, el bosnio Danis Tanovic, cosecha del 69, obtuvo ya un éxito internacional y numerosos reconocimientos con ‘En tierra de nadie’. Ahora con ‘Un episodio…’ se ha hecho con el Gran Premio del Jurado y el de Mejor Actor en el Festival de Berlín.

un dia en la vida de un chatarrero

La historia da cuenta de la paupérrima existencia  de un hombre, su mujer y sus dos hijas que sobreviven gracias a la búsqueda y venta de chatarra por parte del marido, mientras la mujer saca adelante al hogar y a sus hijas, dos niñas pequeñas. Embarazada de cinco meses, le sobreviene un aborto y le es negada la asistencia sanitaria por no tener tarjeta. El episodio en cuestión es la carrera contra reloj que emprende la familia para conseguir que atiendan a la esposa que padece fuertes dolores, sangra abundantemente y corre un grave riesgo de morir. Por si esto fuera poco, les cortan la electricidad por impago.

Esta dramática sinopsis no hace justicia al tono de la película que presenta los hechos con serenidad, sin acentuar la trágica situación en la que este grupo humano de parias de la tierra se ve inmerso. No hace falta. Sólo con mostrar su casa, su durísima forma de vida y sus vanos intentos por conseguir una atención médica de urgencia. Sólo con mostrar  la inenarrable crueldad de unas ordenanzas y un@s  doctores-as inmunes al sufrimiento y al dolor de una paciente no ‘identificada’ a la que pretenden cobrar una fortuna por sus servicios.

Sólo con mostrar la naturalidad de un reparto no profesional, la solidaridad de vecinos y parientes unidos por un destino de marginación. Sólo con mostrar a una gente que no se revuelve, que apenas si se queja, aunque sí se las ingenia para salir de una situación límite. Sólo con mostrar el agradecimiento y la bondad de que hacen gala, su fe inquebrantable, la alegría desarmante de las niñas… y con hacerlo, y describirlo tan bien, en el entorno de un paisaje gélido y gris, tan hostil como el estercolero social en el que se desenvuelven.

Sólo con eso, que es tanto, con esa mirada tan ajena a cualquier aspaviento, pero que retrata sin que le tiemble el pulso este episodio, este relato terrible y triste… Sólo con eso consigue registrar otra Europa nada complaciente, la de l@s desheredad@s de la fortuna. No se la pierdan.